/ miércoles 3 de noviembre de 2021

18 gobernadores

Mario Delgado, presidente de Morena, presumió que su partido ya gobierna en 18 estados de la República. Increíble, pero cierto. Morena tuvo un enorme éxito, en las últimas elecciones, en las que se llevó 11 de las 15 gubernaturas que se jugaron.

¿Con elecciones limpias y transparentes? No. Para muchos fueron los comicios más sucios, de los últimos tiempos, influenciados, encima, por un narcotráfico que intervino de manera pública y cínica. Poco importó porque se declararon ganadores sin reserva y ahora toman protesta.

Se les impuso en base al miedo y las presiones delincuenciales contra la oposición, pero, a pesar de las múltiples denuncias, se dio el pase a personajes endeudados, con la flor y nata de la mafia. Poco extraña si tomamos en cuenta la simpatía del emperador de Palacio, por los malandrines y sus familiares. En Sinaloa, cómo no iba a ganar el candidato de Morena después del Culiacanazo, en el que AMLO dejó libre al hijo del Chapo -Ovidio Guzmán-.

Lo inconcebible es que la sociedad se decantara por quienes poco podían ofrecer e hiciera a un lado a candidatos de mejor hechura. En Sonora, elegir a Alfonso Durazo, tras su descalabro al frente de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, fue inaudito. El crimen ha escalado a cifras jamás vistas y, quien estaba a cargo de prevenir el delito, llega a comandar el destino de los sonorenses.

En San Luis Potosí arrasó otro personaje polémico, con una estadía en prisión -de la que se libró por fallas en el proceso judicial, pero con delitos de los que nunca fue exonerado-. Bajo las siglas del mercachifle Verde, Ricardo Gallardo ocupa el palacio de gobierno. Ancha será Castilla para bandoleros de cualquier estirpe.

Varias mujeres accedieron al primer lugar estatal, solo una por el Partido Acción Nacional. La mayoría de las representantes de Morena son mujeres sin experiencia ni preparación suficientes para el cargo. El colmo fue lo sucedido en Guerrero, donde Evelyn Salgado sustituyó a su deplorable progenitor, por el dedazo del tabasqueño.

Quienes gobiernan bajo las siglas del partido guinda, son los peores calificados en el rating de Ejecutivos estatales. Personajes como Cuitláhuac García o Cuauhtémoc Blanco están considerados como los peores, a la par que el chiapaneco, Rutilio Escandón. De no dar crédito a la incompetencia de García o Escandón, de los que incluso se ha comentado que el propio AMLO pensó en bajarlos del sitial.

López Obrador reparte puestos determinantes, a quien se le viene en gana, sin tomar en cuenta capacidad y preparación. Habla de “honestidad, pero, si estos individuos la tuvieran no aceptarían ocupar un cargo que los rebasa. La incompetencia es una forma de corrupción.

Los gobernadores con mejores calificaciones han sido los panistas, al frente de Querétaro y Yucatán. Quirino Ordaz de Sinaloa y priísta al que AMLO le ofrece la embajada de España, también tenía una buena calificación. Lo raro fue que en su entidad ganara un moreno, cuando él entregó resultados. Habría que indagar sobre las concesiones que hizo y el papel del narco, determinante.

Bien dicen que cada cabeza es un mundo y para todo hay gustos, pero, elegir a candidatos de morena sin trayectoria -o, con larga “carrera”-, resulta paradójico y contradictorio.

Veremos como administran entidades con fuerte problemática, aunque sin duda alguna, tendrán toda la ayuda del Centro que se les ha negado a los de oposición.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Mario Delgado, presidente de Morena, presumió que su partido ya gobierna en 18 estados de la República. Increíble, pero cierto. Morena tuvo un enorme éxito, en las últimas elecciones, en las que se llevó 11 de las 15 gubernaturas que se jugaron.

¿Con elecciones limpias y transparentes? No. Para muchos fueron los comicios más sucios, de los últimos tiempos, influenciados, encima, por un narcotráfico que intervino de manera pública y cínica. Poco importó porque se declararon ganadores sin reserva y ahora toman protesta.

Se les impuso en base al miedo y las presiones delincuenciales contra la oposición, pero, a pesar de las múltiples denuncias, se dio el pase a personajes endeudados, con la flor y nata de la mafia. Poco extraña si tomamos en cuenta la simpatía del emperador de Palacio, por los malandrines y sus familiares. En Sinaloa, cómo no iba a ganar el candidato de Morena después del Culiacanazo, en el que AMLO dejó libre al hijo del Chapo -Ovidio Guzmán-.

Lo inconcebible es que la sociedad se decantara por quienes poco podían ofrecer e hiciera a un lado a candidatos de mejor hechura. En Sonora, elegir a Alfonso Durazo, tras su descalabro al frente de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, fue inaudito. El crimen ha escalado a cifras jamás vistas y, quien estaba a cargo de prevenir el delito, llega a comandar el destino de los sonorenses.

En San Luis Potosí arrasó otro personaje polémico, con una estadía en prisión -de la que se libró por fallas en el proceso judicial, pero con delitos de los que nunca fue exonerado-. Bajo las siglas del mercachifle Verde, Ricardo Gallardo ocupa el palacio de gobierno. Ancha será Castilla para bandoleros de cualquier estirpe.

Varias mujeres accedieron al primer lugar estatal, solo una por el Partido Acción Nacional. La mayoría de las representantes de Morena son mujeres sin experiencia ni preparación suficientes para el cargo. El colmo fue lo sucedido en Guerrero, donde Evelyn Salgado sustituyó a su deplorable progenitor, por el dedazo del tabasqueño.

Quienes gobiernan bajo las siglas del partido guinda, son los peores calificados en el rating de Ejecutivos estatales. Personajes como Cuitláhuac García o Cuauhtémoc Blanco están considerados como los peores, a la par que el chiapaneco, Rutilio Escandón. De no dar crédito a la incompetencia de García o Escandón, de los que incluso se ha comentado que el propio AMLO pensó en bajarlos del sitial.

López Obrador reparte puestos determinantes, a quien se le viene en gana, sin tomar en cuenta capacidad y preparación. Habla de “honestidad, pero, si estos individuos la tuvieran no aceptarían ocupar un cargo que los rebasa. La incompetencia es una forma de corrupción.

Los gobernadores con mejores calificaciones han sido los panistas, al frente de Querétaro y Yucatán. Quirino Ordaz de Sinaloa y priísta al que AMLO le ofrece la embajada de España, también tenía una buena calificación. Lo raro fue que en su entidad ganara un moreno, cuando él entregó resultados. Habría que indagar sobre las concesiones que hizo y el papel del narco, determinante.

Bien dicen que cada cabeza es un mundo y para todo hay gustos, pero, elegir a candidatos de morena sin trayectoria -o, con larga “carrera”-, resulta paradójico y contradictorio.

Veremos como administran entidades con fuerte problemática, aunque sin duda alguna, tendrán toda la ayuda del Centro que se les ha negado a los de oposición.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq