/ martes 18 de enero de 2022

2022: ¿ahora sí viene la recuperación?

El arranque del año suele ser una etapa de planeación y replanteamiento de metas; sin embargo la pandemia de COVID-19 nos ha mostrado que, incluso con un plan sólido, siempre hay que tener la capacidad de flexibilizar y tomar decisiones muy rápido.

Los sectores productivos en todo el mundo analizan las tendencias económicas del 2022 y evidentemente todas encuentran como factor transversal a la pandemia. Es decir que la interrupción de las cadenas productivas seguirá estando latente, ya que hay factores que están fuera del control de la industria, tales como el avance de la vacunación global o el surgimiento de nuevas cepas.

De hecho, desde el punto de vista económico, la variante Omicron, más contagiosa pero menos mortal, sigue siendo un riesgo clave, pues no permite recuperar el gasto en los hogares y se ha convertido en una barrera para la productividad en planta y para todas aquellas actividades que no es posible realizar a distancia, debido a sus altos niveles de contagio.

De acuerdo con la consultora global Oxford Economics, en la industria de transformación, la recuperación sigue dependiendo de que disminuya la escasez de componentes y se reduzcan los costos de insumos y materia prima, especialmente los importados. La buena noticia es que el mercado mantiene la demanda de productos y se ve claramente el aumento de pedidos en distintas industrias, no solo Alimentos y sector Médico. Desde luego, aquellos sectores que requieren semiconductores, verán una recuperación gradual, pues la fuente de los insumos eléctricos y electrónicos sigue siendo Asia.

Adicionalmente, se mantienen dos tendencias clave que ya veíamos desde el año pasado: 1) los envíos globales seguirán enfrentando cuellos de botella, lo cual seguirá generando retrasos en la línea de producción y en el anaquel. Y la que me parece de mayor relevancia: 2) la digitalización y la automatización llegaron para quedarse y, como lo mencionaba en columnas pasadas, estamos viviendo la época de transitar hacia el mundo híbrido, el cual es la antesala a un cambio estructural: la producción industrial se dirige hacia la automatización con más velocidad que nunca.

Para concluir, tengamos en mente que, si bien la tendencia es que al aumentar la vacunación global, las variantes sean cada vez menos mortales, esto no quiere decir que vayan a desaparecer en el corto plazo; hoy es Omicron pero mañana puede surgir una variante nueva que nos enfrente a problemas similares. Así que pensemos de forma preventiva y revisemos qué parte de nuestros procesos pueden realizarse a distancia, cuáles puedes digitalizarse y cuáles definitivamente requieren ser presenciales. Este análisis será clave en las empresas para determinar cuán preparadas están para mantenerse en esta etapa de recuperación gradual e intermitente.

Si 2021 fue el año de sentir los embates del 2020, pensemos en cómo le vamos a hacer para que 2022 sea el año del resurgimiento. Se espera que para el segundo semestre de éste año, la industria empiece a ver la luz, pero esto solo será posible si comenzamos ya a analizar en qué estado se encuentra nuestra unidad productiva y nuestro sector, así que si su empresa ha sobrevivido a esta larga tormenta, le invito a seguir adelante y estrechar la comunicación con otros miembros de su sector, con sus representantes en organismos industriales y a construir inteligencia colectiva a partir de los retos comunes.



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El arranque del año suele ser una etapa de planeación y replanteamiento de metas; sin embargo la pandemia de COVID-19 nos ha mostrado que, incluso con un plan sólido, siempre hay que tener la capacidad de flexibilizar y tomar decisiones muy rápido.

Los sectores productivos en todo el mundo analizan las tendencias económicas del 2022 y evidentemente todas encuentran como factor transversal a la pandemia. Es decir que la interrupción de las cadenas productivas seguirá estando latente, ya que hay factores que están fuera del control de la industria, tales como el avance de la vacunación global o el surgimiento de nuevas cepas.

De hecho, desde el punto de vista económico, la variante Omicron, más contagiosa pero menos mortal, sigue siendo un riesgo clave, pues no permite recuperar el gasto en los hogares y se ha convertido en una barrera para la productividad en planta y para todas aquellas actividades que no es posible realizar a distancia, debido a sus altos niveles de contagio.

De acuerdo con la consultora global Oxford Economics, en la industria de transformación, la recuperación sigue dependiendo de que disminuya la escasez de componentes y se reduzcan los costos de insumos y materia prima, especialmente los importados. La buena noticia es que el mercado mantiene la demanda de productos y se ve claramente el aumento de pedidos en distintas industrias, no solo Alimentos y sector Médico. Desde luego, aquellos sectores que requieren semiconductores, verán una recuperación gradual, pues la fuente de los insumos eléctricos y electrónicos sigue siendo Asia.

Adicionalmente, se mantienen dos tendencias clave que ya veíamos desde el año pasado: 1) los envíos globales seguirán enfrentando cuellos de botella, lo cual seguirá generando retrasos en la línea de producción y en el anaquel. Y la que me parece de mayor relevancia: 2) la digitalización y la automatización llegaron para quedarse y, como lo mencionaba en columnas pasadas, estamos viviendo la época de transitar hacia el mundo híbrido, el cual es la antesala a un cambio estructural: la producción industrial se dirige hacia la automatización con más velocidad que nunca.

Para concluir, tengamos en mente que, si bien la tendencia es que al aumentar la vacunación global, las variantes sean cada vez menos mortales, esto no quiere decir que vayan a desaparecer en el corto plazo; hoy es Omicron pero mañana puede surgir una variante nueva que nos enfrente a problemas similares. Así que pensemos de forma preventiva y revisemos qué parte de nuestros procesos pueden realizarse a distancia, cuáles puedes digitalizarse y cuáles definitivamente requieren ser presenciales. Este análisis será clave en las empresas para determinar cuán preparadas están para mantenerse en esta etapa de recuperación gradual e intermitente.

Si 2021 fue el año de sentir los embates del 2020, pensemos en cómo le vamos a hacer para que 2022 sea el año del resurgimiento. Se espera que para el segundo semestre de éste año, la industria empiece a ver la luz, pero esto solo será posible si comenzamos ya a analizar en qué estado se encuentra nuestra unidad productiva y nuestro sector, así que si su empresa ha sobrevivido a esta larga tormenta, le invito a seguir adelante y estrechar la comunicación con otros miembros de su sector, con sus representantes en organismos industriales y a construir inteligencia colectiva a partir de los retos comunes.



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