/ miércoles 28 de junio de 2017

Adultos mayores en proyectos ganar-ganar

Somos un país de inconformes, aceptémoslo. Más atentos a lo negativo, que no es poco, pero muy poco a los aspectos positivos que tenemos a nuestro alrededor, en los que hay un potencial extraordinario para salir adelante.

En todas partes, la política es el tema cotidiano, inevitable, pero desde un enfoque cortoplacista, que nos impide ver realidades severas e inevitables como el envejecimiento de la población, fenómeno que tendríamos que afrontar con profunda seriedad, si no queremos en unos cuantos años, encontrarnos con que somos un país de viejos, pobres y carentes de la energía necesaria para poder resolver los problemas, que no atendimos oportunamente.

El envejecimiento de la población, resultado de exitosas políticas de salud pública y de desarrollo económico del país, también constituye un reto para la sociedad, que debe saber adaptarse a este fenómeno demográfico para mejorar al máximo la salud y la capacidad funcional de las personas mayores, así como su participación social y su seguridad.

El envejecimiento, como todos sabemos, es un proceso natural, gradual, continuo e irreversible de cambios que sufre el ser humano a través del tiempo. Estos cambios se dan en el nivel biológico, psicológico y social, y están determinados por la historia, la cultura y las condiciones socioeconómicas de los grupos y las personas. Por ello, la forma de envejecer de cada persona es diferente.

La ONU establece la edad de 60 años para considerar que una persona es adulta mayor, un criterio mundialmente utilizado, como lo hace el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) y otras instancias como la Secretaría de Salud.

La población mundial se estima actualmente en poco más de 7 mil millones de personas, de las cuales 760 millones, o sea el 10.8%, son adultos mayores de 60 años.

En el caso de México, según datos del INEGI en junio de 2017 la población total de mexicanos es de 129 millones 678 mil 021 habitantes, es decir una tasa de 1.37%, de crecimiento anual. Del total de la población actual de mexicanos, 3 millones 928 mil 310 son adultos mayores, lo que significa un poco más del 10% del total de nuestra población. Y un dato revelador, por primera vez en nuestro país hay más adultos mayores que población infantil con menos de 5 años.

Según el INEGI para 2030, los adultos mayores en México serán 20.4 millones. Para 2050 las mujeres de 60 años, representarán 23.3% del total de población femenina, es decir, se estima que vivan 22 años más que hoy día, mientras que los varones constituirán 19.5% del total de la población; y para finales del siglo XXI el promedio de vida en México andará un poco más arriba de los 90 años.

Gobierno y sociedad, tenemos que asumir esta realidad en el marco de las nuevas políticas públicas. La problemática de las pensiones y la salud, son fundamentales, pero también lo es, la posibilidad de incorporar a los adultos mayores retirados o jubilados en nuevos esquemas innovadores ganar-ganar, como la enseñanza de oficios en vías de desaparición, como ebanistería, carpintería, relojería, tejido de bejuco, encuadernación, o la impartición de clases de regularización a infantes, en temas fundamentales como el civismo; impulsado todo esto por los municipios y la propia comunidad, constituirían un grano de arena importante para empezar a hacer camino al andar en materia de revalorar a la creciente población de adultos mayores, que si somos afortunados, llegaremos a ser.

rayarenas@gmail.com

Somos un país de inconformes, aceptémoslo. Más atentos a lo negativo, que no es poco, pero muy poco a los aspectos positivos que tenemos a nuestro alrededor, en los que hay un potencial extraordinario para salir adelante.

En todas partes, la política es el tema cotidiano, inevitable, pero desde un enfoque cortoplacista, que nos impide ver realidades severas e inevitables como el envejecimiento de la población, fenómeno que tendríamos que afrontar con profunda seriedad, si no queremos en unos cuantos años, encontrarnos con que somos un país de viejos, pobres y carentes de la energía necesaria para poder resolver los problemas, que no atendimos oportunamente.

El envejecimiento de la población, resultado de exitosas políticas de salud pública y de desarrollo económico del país, también constituye un reto para la sociedad, que debe saber adaptarse a este fenómeno demográfico para mejorar al máximo la salud y la capacidad funcional de las personas mayores, así como su participación social y su seguridad.

El envejecimiento, como todos sabemos, es un proceso natural, gradual, continuo e irreversible de cambios que sufre el ser humano a través del tiempo. Estos cambios se dan en el nivel biológico, psicológico y social, y están determinados por la historia, la cultura y las condiciones socioeconómicas de los grupos y las personas. Por ello, la forma de envejecer de cada persona es diferente.

La ONU establece la edad de 60 años para considerar que una persona es adulta mayor, un criterio mundialmente utilizado, como lo hace el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) y otras instancias como la Secretaría de Salud.

La población mundial se estima actualmente en poco más de 7 mil millones de personas, de las cuales 760 millones, o sea el 10.8%, son adultos mayores de 60 años.

En el caso de México, según datos del INEGI en junio de 2017 la población total de mexicanos es de 129 millones 678 mil 021 habitantes, es decir una tasa de 1.37%, de crecimiento anual. Del total de la población actual de mexicanos, 3 millones 928 mil 310 son adultos mayores, lo que significa un poco más del 10% del total de nuestra población. Y un dato revelador, por primera vez en nuestro país hay más adultos mayores que población infantil con menos de 5 años.

Según el INEGI para 2030, los adultos mayores en México serán 20.4 millones. Para 2050 las mujeres de 60 años, representarán 23.3% del total de población femenina, es decir, se estima que vivan 22 años más que hoy día, mientras que los varones constituirán 19.5% del total de la población; y para finales del siglo XXI el promedio de vida en México andará un poco más arriba de los 90 años.

Gobierno y sociedad, tenemos que asumir esta realidad en el marco de las nuevas políticas públicas. La problemática de las pensiones y la salud, son fundamentales, pero también lo es, la posibilidad de incorporar a los adultos mayores retirados o jubilados en nuevos esquemas innovadores ganar-ganar, como la enseñanza de oficios en vías de desaparición, como ebanistería, carpintería, relojería, tejido de bejuco, encuadernación, o la impartición de clases de regularización a infantes, en temas fundamentales como el civismo; impulsado todo esto por los municipios y la propia comunidad, constituirían un grano de arena importante para empezar a hacer camino al andar en materia de revalorar a la creciente población de adultos mayores, que si somos afortunados, llegaremos a ser.

rayarenas@gmail.com