/ miércoles 7 de octubre de 2015

Alas para volar / Sutilezas / Yolanda de la Torre V.

En vida, la pintora mexicana Frida Kahlo llevaba un diario en el que hacía un cotidiano relato de su devenir, en el que con su muy personal y culta forma de expresarse, mostraba la visión que tenía de la vida, particularmente por los obstáculos que debió enfrentar con la mayor fortaleza hasta el final de sus días. Una de las frases que más se recuerdan del diario de Frida Kahlo, es: “Pies, ¿para qué los quiero, si tengo alas para volar?”.

Efectivamente, a pesar de las limitaciones motrices que vivio, Frida Kahlo fue un personaje universal tanto en el arte, como en la sociedad, y desde luego en la política, formando parte del bloque que en su momento pidió al entonces presidente Lázaro Cárdenas, autorizar el asilo a León Trotski, cercano colaborador de Vladimir Ilich Lenin, en su tiempo, y posteriormente perseguido por Yuzef Stalin.

El recuerdo de Frida Kahlo es una buena forma de tener siempre presente que no hay límites en el fuero interno del ser humano, y si éstos llegan a existir se dan por autoimposiciones, o bien, por hacer frente a entornos culturales, legales y sociales, que de una u otra forma, limitan o restringen los niveles de inclusión.

Todas y todos, sin excepción, tenemos algo que aportar para el desarrollo de nuestro entorno, contribuyendo al crecimiento, lo que implica la capacidad de ser parte y beneficiarios del desarrollo, pero para que ello se nos presente como una realidad consolidada, es necesario contar con un esquema legal que abra de par en par las puertas para que no haya excepciones.

Precisamente en tal sentido, es que en la Cámara de Diputados he tenido oportunidad de presentar junto con el coordinador parlamentario del PRI, diputado César Camacho Quiroz y el diputado Jorge Carlos Ramírez Marín, la iniciativa que propone reformar el Artículo 4 Constitucional, con el objetivo de que todas las decisiones y actuaciones del Estado se velen y cumplan el principio de "Inclusión" de las personas con discapacidad.

Se trata de una iniciativa presentada con el ánimo de que en forma similar a lo que ocurre actualmente con base en el principio del "interés superior de la niñez" (del que fui impulsora en la LXI Legislatura), pues tiene como objetivo el generar un marco de referencia claro y preciso, a fin de que armonice el texto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos con el de la Convención de las Naciones Unidas en esa materia, lo que consolidará la integración de México en un entorno global que se muestra cada vez más incluyente.

La obligación central de todo servidor o servidora pública, es ver por los intereses de toda la población, lo que por supuesto incluye a quienes viven con algún tipo de discapacidad, particularmente en el entendido de que por mera tendencia natural, quien crece con algún tipo de carencia, suele compensarla con otras habilidades que generalmente no desarrollan personas que viven en una relativa normalidad.

Por ejemplo, quien es débil visual o ciego, suele afinar su oído a niveles insospechados. En su momento, Frida Kahlo, vivió limitaciones motrices que cada vez se le agudizaron más, hasta el grado de pasar sus últimos días en una cama, pero ya fuera caminando con limitaciones, desplazándose con silla de ruedas y aún acostada, como estuvo al final, Frida desarrolló lo más significativo de su obra, se mostró combativa en su ideario político y no dejó de lado su participación social.

Volar alto en cualquier cosa que emprendamos, es prácticamente una obligación de vida, que requiere de nuestro esfuerzo, pero también de una sociedad y un país sensibles y participativos, tal como impulsamos en esta nueva iniciativa en la Cámara de Diputados. yolalanda.delatorre@congreso.gob.mx

@yoladelatorre

En vida, la pintora mexicana Frida Kahlo llevaba un diario en el que hacía un cotidiano relato de su devenir, en el que con su muy personal y culta forma de expresarse, mostraba la visión que tenía de la vida, particularmente por los obstáculos que debió enfrentar con la mayor fortaleza hasta el final de sus días. Una de las frases que más se recuerdan del diario de Frida Kahlo, es: “Pies, ¿para qué los quiero, si tengo alas para volar?”.

Efectivamente, a pesar de las limitaciones motrices que vivio, Frida Kahlo fue un personaje universal tanto en el arte, como en la sociedad, y desde luego en la política, formando parte del bloque que en su momento pidió al entonces presidente Lázaro Cárdenas, autorizar el asilo a León Trotski, cercano colaborador de Vladimir Ilich Lenin, en su tiempo, y posteriormente perseguido por Yuzef Stalin.

El recuerdo de Frida Kahlo es una buena forma de tener siempre presente que no hay límites en el fuero interno del ser humano, y si éstos llegan a existir se dan por autoimposiciones, o bien, por hacer frente a entornos culturales, legales y sociales, que de una u otra forma, limitan o restringen los niveles de inclusión.

Todas y todos, sin excepción, tenemos algo que aportar para el desarrollo de nuestro entorno, contribuyendo al crecimiento, lo que implica la capacidad de ser parte y beneficiarios del desarrollo, pero para que ello se nos presente como una realidad consolidada, es necesario contar con un esquema legal que abra de par en par las puertas para que no haya excepciones.

Precisamente en tal sentido, es que en la Cámara de Diputados he tenido oportunidad de presentar junto con el coordinador parlamentario del PRI, diputado César Camacho Quiroz y el diputado Jorge Carlos Ramírez Marín, la iniciativa que propone reformar el Artículo 4 Constitucional, con el objetivo de que todas las decisiones y actuaciones del Estado se velen y cumplan el principio de "Inclusión" de las personas con discapacidad.

Se trata de una iniciativa presentada con el ánimo de que en forma similar a lo que ocurre actualmente con base en el principio del "interés superior de la niñez" (del que fui impulsora en la LXI Legislatura), pues tiene como objetivo el generar un marco de referencia claro y preciso, a fin de que armonice el texto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos con el de la Convención de las Naciones Unidas en esa materia, lo que consolidará la integración de México en un entorno global que se muestra cada vez más incluyente.

La obligación central de todo servidor o servidora pública, es ver por los intereses de toda la población, lo que por supuesto incluye a quienes viven con algún tipo de discapacidad, particularmente en el entendido de que por mera tendencia natural, quien crece con algún tipo de carencia, suele compensarla con otras habilidades que generalmente no desarrollan personas que viven en una relativa normalidad.

Por ejemplo, quien es débil visual o ciego, suele afinar su oído a niveles insospechados. En su momento, Frida Kahlo, vivió limitaciones motrices que cada vez se le agudizaron más, hasta el grado de pasar sus últimos días en una cama, pero ya fuera caminando con limitaciones, desplazándose con silla de ruedas y aún acostada, como estuvo al final, Frida desarrolló lo más significativo de su obra, se mostró combativa en su ideario político y no dejó de lado su participación social.

Volar alto en cualquier cosa que emprendamos, es prácticamente una obligación de vida, que requiere de nuestro esfuerzo, pero también de una sociedad y un país sensibles y participativos, tal como impulsamos en esta nueva iniciativa en la Cámara de Diputados. yolalanda.delatorre@congreso.gob.mx

@yoladelatorre