/ sábado 26 de agosto de 2017

Alto poder

  •  Se desvanece el optimismo en la renegociación del TLCAN
  •  Trump es un ciclotímico que puede meter a EU en una guerra
  •  Sansores, la primera aspirante a la Álvaro Obregón por Morena

 

Hasta ahora la renegociación del Tratado de Libre Comercio ha transcurrido con el pesimismo estadounidense, la cautela canadiense y la esperanza mexicana.

Por cultura, raza e idioma los canadienses a los que se supone muy amigos de México, lo son más de sus intereses y su sangre. México no debe hacerse cuentas alegres sobre el desarrollo de la modernización del acuerdo comercial, con gran apoyo

de Canadá.

La realidad es que a la mesa de negociaciones se han sentado magníficos elementos mexicanos, pero que les tiemblan las piernas ante un posible arrebato de los muchos que tiene el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que lo mismo se porta correctamente que pega un manazo sobre la mesa y se retira del tratado. Trump es un ciclotímico.

Los optimistas celebraron el supuesto cambio en el discurso de Trump ante el TLCAN, porque inició su gobierno anunciando la terminación del tratado, transcurridos ocho meses en la Casa Blanca sentó a lo que queda de su equipo a “negociar” con México bajo el lema “América first” (primero América). Pero el martes pasado, en Arizona, volvió a amenazar con retirarse del Tratado.

Robert Lighthizer, representante comercial de Trump, inició la mesa de negociación afirmando que el TLCAN había sido un fracaso y no tenían la intención de renovarlo, sino de establecer medidas que acabaran con el déficit comercial que favorece

a México.

Para tener firmes los pies en el piso, no debe soslayarse, que la primera ronda de negociaciones realizada en Washington, la semana pasada, concluyó sin puntos de acuerdo y presagia un proceso difícil para alcanzar consensos.

Lo peligroso de la negociación del TLCAN no está en la reducción de las importaciones mexicanas a Estados Unidos, ni en los bajos salarios de sus trabajadores, sino en los improntos de Trump que van de acuerdo si amanece de buen o mal humor.

 

LA RENEGOCIACIÓN ASIMÉTRICA

La representación mexicana, tras concluir la primera ronda, bajaron el tono a sus expectativas y aceptaron que no será sencillo encontrar una solución y se tiene mucho que dialogar para encontrar puntos de acuerdo que convengan a los tres países.

Nadie puede dudar, sin embargo, que se trata de una negociación asimétrica, donde hay muchos puntos desfavorables a las tres naciones y la minoría favorables.

Un gran peligro que deberá sortear México en la difícil empresa que se le avecina, de renegociar el TLCAN, es que el presidente Trump no decida grabar las remesas que los trabajadores mexicanos indocumentados envían a sus familias y que inyectan a la economía nacional por 26 mil 790 millones de dólares.

El momento en el que Trump decidió renegociar el TLCAN, fue de vital importancia para México, porque el presidente Enrique Peña Nieto y su equipo harán todo lo posible por concretar la firma del acuerdo, pensando permanecer en Los Pinos seis años más para completar el siglo de la permanencia.

Un laberinto de suposiciones y opiniones tiene que enfrentar México para que los salarios de sus trabajadores se eleven de tal manera que no queden tan desproporcionados como hasta ahora. No es fácil para el gobierno mexicano, equiparar 12 o 14 dólares la hora laboral a cuatro dólares con 45 centavos de dólar por una jornada de ocho horas.

El desequilibrio comercial que Trump asegura beneficia al vecino del sur, se debe a que los fabricantes estadounidenses ensamblan o maquilan su materia prima a México y al enviarla de regreso, lo consideran un producto de importación.

Los sectores estadounidenses más beneficiados por la mano de obra barata mexicana, son el automotriz, seguido por el

electrónico y, en tercer lugar, el textil.

Esto significa que México ha quitado 700 mil empleos a la Unión Americana y que Trump dice querer devolver a sus

conciudadanos.

PRIMER ROUND SIN GANADOR

Lamentablemente, aún no hay claridad en las rondas de conversaciones y especialmente la de los mexicanos, que son el punto más débil y por lo mismo, debe caminar

sigilosamente.

Entrevistado por Alto Poder, el investigador Enrique Pino Hidalgo, del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana, considera que “el resultado de la primera ronda de negociaciones del TLCAN fue neutro. Las representaciones de los tres gobiernos, sobre todo la estadounidense, presentaron sus objetivos”.

Pino Hidalgo también declaró que “en el caso mexicano, prácticamente se reducen a mantener en términos generales las reglas y normas que rigen el TLCAN. En una metáfora, es como el primer round de una pelea estelar, en la que simplemente intercambiaron algunas fintas, midieron espacios, pero es meramente protocolario”.

Un importante análisis de los especialistas de la UAM es que en este primer round presentaron los propósitos, los objetivos de cada una de las tres partes negociadoras. El problema se vislumbró con los objetivos que se propone la representación norteamericana que se reduce a dos o tres. Uno es reducir el déficit comercial con México, que es de alrededor de 60 mil millones de dólares.

El segundo, tiene que ver con la posibilidad de incrementar las exportaciones a México que es una forma de reducir el saldo negativo de esa balanza comercial, el tercero es cómo reducir las exportaciones

mexicanas.

El sector empresarial mexicano ya advierte la necesidad de acelerar los resultados de esa negociación y confía que los primeros acuerdos se alcancen en México los primeros días de septiembre, cuando se realizará la segunda ronda.

A finales del próximo mes, también Canadá será sede de la tercera fase de negociación del TLCAN, donde ya deberá existir un borrador listo para ser firmado en los Estados Unidos en octubre de este año.

México enfrenta una política muy agresiva de los estadounidenses ante la cual no se tiene claro cuáles sean las herramientas o instrumentos de negociación de la parte nacional.

No olvidemos que, previo al TLCAN de 1994, dos o tres años antes, Canadá ya había firmado un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos donde obtuvo ventajas importantes de socio estratégico.

México es indudablemente el participante más débil, porque el 80% de las exportaciones están concentradas en un solo mercado, el norteamericano y segundo porque es un gran receptor extranjero predominantemente estadounidense. Esto significa que Canadá ha llevado una política moderada porque se considera una parte negociadora más cómoda ante Estados Unidos.

La mejor estrategia que México debe manejar públicamente es un bloque, una alianza comercial con el gobierno canadiense porque, sin duda, la parte fuerte y dura en la negociación asimétrica es Estados Unidos.

Que las lenguas de fuego de la sabiduría penetren en los negociadores mexicanos para sacar adelante tan complicado

instrumento como es el TLCAN.

 

LAYDA SANSORES ARRANCÓ LA SUCESIÓN

Finalmente, después que el perredista Leonel Luna se apoderó del gobierno en la delegación Álvaro Obregón, Morena está decidido a evitar que continúe el cacicazgo apoyada por Layda Sansores Sanromán, que lleva 20 años viviendo en esa demarcación.

Luna permaneció dos años como delegado, fue asambleísta y ahora es diputado. Es constructor de edificios y no obstante que la demarcación la ocupa otro político perredista, los negocios sospechosos los maneja Leonel.

Este singular cacique urbano autoriza y desarrolla obras de todo tipo y, especialmente, las de agua potable donde es monopolista y todo aquello que deja dinero.

Todas sus ocupaciones no le impiden pasar la charola y exigir el diezmo laico a quienes pretenden hacer obras o abrir

negocios en la Álvaro Obregón.

Para evitar que siga creciendo aún más el reino de la corrupción de Leonel Luna, entró en acción la valiente política Layda Sansores, para poner los puntos sobre las íes.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.

manuelmejidot@gmail.com

  •  Se desvanece el optimismo en la renegociación del TLCAN
  •  Trump es un ciclotímico que puede meter a EU en una guerra
  •  Sansores, la primera aspirante a la Álvaro Obregón por Morena

 

Hasta ahora la renegociación del Tratado de Libre Comercio ha transcurrido con el pesimismo estadounidense, la cautela canadiense y la esperanza mexicana.

Por cultura, raza e idioma los canadienses a los que se supone muy amigos de México, lo son más de sus intereses y su sangre. México no debe hacerse cuentas alegres sobre el desarrollo de la modernización del acuerdo comercial, con gran apoyo

de Canadá.

La realidad es que a la mesa de negociaciones se han sentado magníficos elementos mexicanos, pero que les tiemblan las piernas ante un posible arrebato de los muchos que tiene el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que lo mismo se porta correctamente que pega un manazo sobre la mesa y se retira del tratado. Trump es un ciclotímico.

Los optimistas celebraron el supuesto cambio en el discurso de Trump ante el TLCAN, porque inició su gobierno anunciando la terminación del tratado, transcurridos ocho meses en la Casa Blanca sentó a lo que queda de su equipo a “negociar” con México bajo el lema “América first” (primero América). Pero el martes pasado, en Arizona, volvió a amenazar con retirarse del Tratado.

Robert Lighthizer, representante comercial de Trump, inició la mesa de negociación afirmando que el TLCAN había sido un fracaso y no tenían la intención de renovarlo, sino de establecer medidas que acabaran con el déficit comercial que favorece

a México.

Para tener firmes los pies en el piso, no debe soslayarse, que la primera ronda de negociaciones realizada en Washington, la semana pasada, concluyó sin puntos de acuerdo y presagia un proceso difícil para alcanzar consensos.

Lo peligroso de la negociación del TLCAN no está en la reducción de las importaciones mexicanas a Estados Unidos, ni en los bajos salarios de sus trabajadores, sino en los improntos de Trump que van de acuerdo si amanece de buen o mal humor.

 

LA RENEGOCIACIÓN ASIMÉTRICA

La representación mexicana, tras concluir la primera ronda, bajaron el tono a sus expectativas y aceptaron que no será sencillo encontrar una solución y se tiene mucho que dialogar para encontrar puntos de acuerdo que convengan a los tres países.

Nadie puede dudar, sin embargo, que se trata de una negociación asimétrica, donde hay muchos puntos desfavorables a las tres naciones y la minoría favorables.

Un gran peligro que deberá sortear México en la difícil empresa que se le avecina, de renegociar el TLCAN, es que el presidente Trump no decida grabar las remesas que los trabajadores mexicanos indocumentados envían a sus familias y que inyectan a la economía nacional por 26 mil 790 millones de dólares.

El momento en el que Trump decidió renegociar el TLCAN, fue de vital importancia para México, porque el presidente Enrique Peña Nieto y su equipo harán todo lo posible por concretar la firma del acuerdo, pensando permanecer en Los Pinos seis años más para completar el siglo de la permanencia.

Un laberinto de suposiciones y opiniones tiene que enfrentar México para que los salarios de sus trabajadores se eleven de tal manera que no queden tan desproporcionados como hasta ahora. No es fácil para el gobierno mexicano, equiparar 12 o 14 dólares la hora laboral a cuatro dólares con 45 centavos de dólar por una jornada de ocho horas.

El desequilibrio comercial que Trump asegura beneficia al vecino del sur, se debe a que los fabricantes estadounidenses ensamblan o maquilan su materia prima a México y al enviarla de regreso, lo consideran un producto de importación.

Los sectores estadounidenses más beneficiados por la mano de obra barata mexicana, son el automotriz, seguido por el

electrónico y, en tercer lugar, el textil.

Esto significa que México ha quitado 700 mil empleos a la Unión Americana y que Trump dice querer devolver a sus

conciudadanos.

PRIMER ROUND SIN GANADOR

Lamentablemente, aún no hay claridad en las rondas de conversaciones y especialmente la de los mexicanos, que son el punto más débil y por lo mismo, debe caminar

sigilosamente.

Entrevistado por Alto Poder, el investigador Enrique Pino Hidalgo, del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana, considera que “el resultado de la primera ronda de negociaciones del TLCAN fue neutro. Las representaciones de los tres gobiernos, sobre todo la estadounidense, presentaron sus objetivos”.

Pino Hidalgo también declaró que “en el caso mexicano, prácticamente se reducen a mantener en términos generales las reglas y normas que rigen el TLCAN. En una metáfora, es como el primer round de una pelea estelar, en la que simplemente intercambiaron algunas fintas, midieron espacios, pero es meramente protocolario”.

Un importante análisis de los especialistas de la UAM es que en este primer round presentaron los propósitos, los objetivos de cada una de las tres partes negociadoras. El problema se vislumbró con los objetivos que se propone la representación norteamericana que se reduce a dos o tres. Uno es reducir el déficit comercial con México, que es de alrededor de 60 mil millones de dólares.

El segundo, tiene que ver con la posibilidad de incrementar las exportaciones a México que es una forma de reducir el saldo negativo de esa balanza comercial, el tercero es cómo reducir las exportaciones

mexicanas.

El sector empresarial mexicano ya advierte la necesidad de acelerar los resultados de esa negociación y confía que los primeros acuerdos se alcancen en México los primeros días de septiembre, cuando se realizará la segunda ronda.

A finales del próximo mes, también Canadá será sede de la tercera fase de negociación del TLCAN, donde ya deberá existir un borrador listo para ser firmado en los Estados Unidos en octubre de este año.

México enfrenta una política muy agresiva de los estadounidenses ante la cual no se tiene claro cuáles sean las herramientas o instrumentos de negociación de la parte nacional.

No olvidemos que, previo al TLCAN de 1994, dos o tres años antes, Canadá ya había firmado un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos donde obtuvo ventajas importantes de socio estratégico.

México es indudablemente el participante más débil, porque el 80% de las exportaciones están concentradas en un solo mercado, el norteamericano y segundo porque es un gran receptor extranjero predominantemente estadounidense. Esto significa que Canadá ha llevado una política moderada porque se considera una parte negociadora más cómoda ante Estados Unidos.

La mejor estrategia que México debe manejar públicamente es un bloque, una alianza comercial con el gobierno canadiense porque, sin duda, la parte fuerte y dura en la negociación asimétrica es Estados Unidos.

Que las lenguas de fuego de la sabiduría penetren en los negociadores mexicanos para sacar adelante tan complicado

instrumento como es el TLCAN.

 

LAYDA SANSORES ARRANCÓ LA SUCESIÓN

Finalmente, después que el perredista Leonel Luna se apoderó del gobierno en la delegación Álvaro Obregón, Morena está decidido a evitar que continúe el cacicazgo apoyada por Layda Sansores Sanromán, que lleva 20 años viviendo en esa demarcación.

Luna permaneció dos años como delegado, fue asambleísta y ahora es diputado. Es constructor de edificios y no obstante que la demarcación la ocupa otro político perredista, los negocios sospechosos los maneja Leonel.

Este singular cacique urbano autoriza y desarrolla obras de todo tipo y, especialmente, las de agua potable donde es monopolista y todo aquello que deja dinero.

Todas sus ocupaciones no le impiden pasar la charola y exigir el diezmo laico a quienes pretenden hacer obras o abrir

negocios en la Álvaro Obregón.

Para evitar que siga creciendo aún más el reino de la corrupción de Leonel Luna, entró en acción la valiente política Layda Sansores, para poner los puntos sobre las íes.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.

manuelmejidot@gmail.com