/ miércoles 6 de septiembre de 2017

Avances contra la pobreza

Uno de los objetivos de las políticas públicas del gobierno de la República, es sin duda, abatir la pobreza y reducir la desigualdad. Para ello a lo largo de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, se han puesto en marcha diversos programas y estrategias cuyo propósito es el de contribuir a mejorar las condiciones de vida de la población, particularmente, de aquella que padece los mayores rezagos sociales, así como una insuficiencia de ingresos que le impide acceder a los bienes que en su conjunto conforman la canasta básica de alimentos, o bien ésta y la canasta no alimentaria (transporte, renta de vivienda, calzado, vestido, etc.).

En primer lugar, los resultados de la Encuesta Nacional Ingreso-Gasto de los Hogares (ENIGH) del INEGI, permite conocer el comportamiento del ingreso y gasto promedio de las familias mexicanas; en tanto que en segundo lugar, el reporte de la Medición de la pobreza en México y en las entidades federativas 2016, presenta una valoración de los resultados de las políticas dirigidas a reducir los rezagos sociales y a mejorar el nivel de ingreso de las familias mexicanas.

En general, los dos instrumentos permiten ver la mejoría en el ingreso promedio de las familias, así como en las condiciones de vida de la población en pobreza y pobreza extrema. Destaca por ejemplo que después de los efectos de la crisis mundial de 2008, la tendencia del ingreso promedio de los hogares es positiva. El ingreso promedio nacional entre 2012 y 2016 aumentó 2.2%, si se revisa el comportamiento por grupos de 10% de la población, ordenados por su nivel de ingreso, se observa que un primer grupo de familias (10% de la población) con menores ingresos del país, tuvo un aumento en su ingreso de 15.2% y si se considera a los dos primeros grupos (20% de la población) de menores ingresos su mejoría es de 11.3%. Esto es, una quinta parte de las familias del país  (Las de menores ingresos), mejoraron sus percepciones hasta más de cinco veces por arriba del promedio nacional.

De este modo, el porcentaje de la población en situación de pobreza en 2016, fue de 43.6%, porcentaje menor al de 2012 (45.5%). Igualmente, en 2016, en materia de pobreza extrema, 7.6% de la población padecía esa situación, un porcentaje menor al observado en 2012, esto es 9.8%o.

Por otra parte, en 27 entidades federativas el porcentaje de la población en situación de pobreza se redujo entre 2010 y 2016, así como entre 2014 y 2016. Asimismo, entre 2010 y 2016, en 31 entidades federativas se observa una reducción del porcentaje de población en situación de pobreza extrema y entre 2014 y 2016 esta reducción se presentó en 29 entidades, especialmente entre los estados que mostraban los mayores niveles de población en pobreza extrema.

Estos resultados muestran una evolución positiva en términos del bienestar de las familias mexicanas, lo que representa un resultado favorable congruente con los objetivos trazados por el gobierno federal. Con esos avances, es importante reconocer, que aún con los esfuerzos realizados hay mucho por hacer.

En 2016, por ejemplo, 9.4 millones de mexicanos se encontraban en pobreza extrema. Esta última cifra si bien es menor en 2.1 millones a la registrada en 2012, da cuenta de la necesidad de reforzar la política social, sobre todo la dirigida a la atención de los grupos más vulnerables como lo es la población indígena. En este caso, dentro del universo de la población indígena el porcentaje en condiciones de pobreza extrema se redujo de 30.6% en 2012 a 28.0% en 2016; aún con estos resultados positivos, representa una tercera parte de la población total en pobreza extrema. Es por ello que la acción pública dirigida a este grupo de la población se ha venido reforzando para seguir construyendo el México incluyente al que todos aspiramos.

Directora general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas

Uno de los objetivos de las políticas públicas del gobierno de la República, es sin duda, abatir la pobreza y reducir la desigualdad. Para ello a lo largo de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, se han puesto en marcha diversos programas y estrategias cuyo propósito es el de contribuir a mejorar las condiciones de vida de la población, particularmente, de aquella que padece los mayores rezagos sociales, así como una insuficiencia de ingresos que le impide acceder a los bienes que en su conjunto conforman la canasta básica de alimentos, o bien ésta y la canasta no alimentaria (transporte, renta de vivienda, calzado, vestido, etc.).

En primer lugar, los resultados de la Encuesta Nacional Ingreso-Gasto de los Hogares (ENIGH) del INEGI, permite conocer el comportamiento del ingreso y gasto promedio de las familias mexicanas; en tanto que en segundo lugar, el reporte de la Medición de la pobreza en México y en las entidades federativas 2016, presenta una valoración de los resultados de las políticas dirigidas a reducir los rezagos sociales y a mejorar el nivel de ingreso de las familias mexicanas.

En general, los dos instrumentos permiten ver la mejoría en el ingreso promedio de las familias, así como en las condiciones de vida de la población en pobreza y pobreza extrema. Destaca por ejemplo que después de los efectos de la crisis mundial de 2008, la tendencia del ingreso promedio de los hogares es positiva. El ingreso promedio nacional entre 2012 y 2016 aumentó 2.2%, si se revisa el comportamiento por grupos de 10% de la población, ordenados por su nivel de ingreso, se observa que un primer grupo de familias (10% de la población) con menores ingresos del país, tuvo un aumento en su ingreso de 15.2% y si se considera a los dos primeros grupos (20% de la población) de menores ingresos su mejoría es de 11.3%. Esto es, una quinta parte de las familias del país  (Las de menores ingresos), mejoraron sus percepciones hasta más de cinco veces por arriba del promedio nacional.

De este modo, el porcentaje de la población en situación de pobreza en 2016, fue de 43.6%, porcentaje menor al de 2012 (45.5%). Igualmente, en 2016, en materia de pobreza extrema, 7.6% de la población padecía esa situación, un porcentaje menor al observado en 2012, esto es 9.8%o.

Por otra parte, en 27 entidades federativas el porcentaje de la población en situación de pobreza se redujo entre 2010 y 2016, así como entre 2014 y 2016. Asimismo, entre 2010 y 2016, en 31 entidades federativas se observa una reducción del porcentaje de población en situación de pobreza extrema y entre 2014 y 2016 esta reducción se presentó en 29 entidades, especialmente entre los estados que mostraban los mayores niveles de población en pobreza extrema.

Estos resultados muestran una evolución positiva en términos del bienestar de las familias mexicanas, lo que representa un resultado favorable congruente con los objetivos trazados por el gobierno federal. Con esos avances, es importante reconocer, que aún con los esfuerzos realizados hay mucho por hacer.

En 2016, por ejemplo, 9.4 millones de mexicanos se encontraban en pobreza extrema. Esta última cifra si bien es menor en 2.1 millones a la registrada en 2012, da cuenta de la necesidad de reforzar la política social, sobre todo la dirigida a la atención de los grupos más vulnerables como lo es la población indígena. En este caso, dentro del universo de la población indígena el porcentaje en condiciones de pobreza extrema se redujo de 30.6% en 2012 a 28.0% en 2016; aún con estos resultados positivos, representa una tercera parte de la población total en pobreza extrema. Es por ello que la acción pública dirigida a este grupo de la población se ha venido reforzando para seguir construyendo el México incluyente al que todos aspiramos.

Directora general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas