/ jueves 17 de noviembre de 2016

Certificación del Conocimiento y Evaluación del Desempeño

Para la evaluación del Servicio Público existen diferentes metodologías, denominadas de Resultados, por Objetivos, del Desempeño, etc. Todas ellas implican la actualización de conocimientos, cumplimiento de metas y un proceso de evaluación, dentro del cual quisiera destacar el referido al Desempeño, en razón de su precisión y exposición en la formas de hacer las cosas y el apoyo del mismo con los avances tecnológicos, tanto en aspectos genéricos de las ciencias políticas, sociales y administrativas, como de las especializaciones matemáticas y técnicas en su realización.

El Servicio Público, sea éste sobre trámites, permisos, registros, certificaciones, aplicación normativa, de obras o mantenimientos, profesionales, de mando, etc., implica actividades genéricas sujetas a una alta movilidad propiciada por la “explosión del conocimiento”, dinamizado por la “sociedad de la información”. La cantidad de conocimiento disciplinario se duplicó en mil 750 años por primera vez, para después hacerlo cada 150 años y después cada 50 años; ahora lo hace cada 5 años y se estima para el año 2020 duplicarse cada 73 días.

Lo anterior implica la necesidad de transformar los modelos educativos, hacerlos más flexibles y enseñar para aprender. El educador ya no se debe limitar en ser un simple transmisor de información, sino enseñar a localizar información, juzgarla y aprender a aplicarla. La paradoja actual cae en una especia de juego de palabras; instituciones quienes informan debiendo complementarse con formación.

Asimismo debe efectuarse una valoración de la aplicación de los conocimientos actualizados asumidos, pasando a la gran vertiente de Evaluación del Desempeño, esto es, cómo me desempeño como servidor público y los resultados provenientes de mi ejercicio. Valorar y evaluar mi trabajo cotidiano requiere de indicadores y estrategias diversas a la sola capacitación-actualización. Paradójicamente el denominado “Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal” (según la ley relativa) requiere revisarse y actualizarse.

La práctica del deseable aporte de los Servidores en la Administración Pública, requiere de un ejercicio evaluatorio permanente de manera secuencial con plazos preestablecidos y no circunscribirse al “concurso de plazas” como práctica perniciosa de adquisición de empleos, alejado de un ejercicio sano, eficaz y eficiente en beneficio de la sociedad. Sus referentes para la Evaluación del Desempeño deben contener perfiles, cumplimiento de metas, actitud de servicio, solución de problemáticas, identificación de riesgos, todos ellos en el ejercicio a una imparcialidad y una práctica de lealtad sólida tanto al Estado como a la sociedad.

La permanencia en los espacios de la Administración Pública, aunado al crecimiento laboral y/o desarrollo a puestos de mando, deben obtenerse y ejercerse únicamente por las calificaciones de la absorción de nuevos conocimientos vinculatorios a los avances tecnológicos. La permanencia en el Servicio Público debe privilegiar el adecuado trazo de políticas públicas, visualizando si éstas son las requeridas por la ciudadanía, así como percibir si se cumplen los efectos sociales previstos, para lograr rendir cuentas positivas como Gobierno, en sus tres órdenes (Federal, Estatal y Municipal) y en sus tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).

hectorluna2026@gmail.com

Para la evaluación del Servicio Público existen diferentes metodologías, denominadas de Resultados, por Objetivos, del Desempeño, etc. Todas ellas implican la actualización de conocimientos, cumplimiento de metas y un proceso de evaluación, dentro del cual quisiera destacar el referido al Desempeño, en razón de su precisión y exposición en la formas de hacer las cosas y el apoyo del mismo con los avances tecnológicos, tanto en aspectos genéricos de las ciencias políticas, sociales y administrativas, como de las especializaciones matemáticas y técnicas en su realización.

El Servicio Público, sea éste sobre trámites, permisos, registros, certificaciones, aplicación normativa, de obras o mantenimientos, profesionales, de mando, etc., implica actividades genéricas sujetas a una alta movilidad propiciada por la “explosión del conocimiento”, dinamizado por la “sociedad de la información”. La cantidad de conocimiento disciplinario se duplicó en mil 750 años por primera vez, para después hacerlo cada 150 años y después cada 50 años; ahora lo hace cada 5 años y se estima para el año 2020 duplicarse cada 73 días.

Lo anterior implica la necesidad de transformar los modelos educativos, hacerlos más flexibles y enseñar para aprender. El educador ya no se debe limitar en ser un simple transmisor de información, sino enseñar a localizar información, juzgarla y aprender a aplicarla. La paradoja actual cae en una especia de juego de palabras; instituciones quienes informan debiendo complementarse con formación.

Asimismo debe efectuarse una valoración de la aplicación de los conocimientos actualizados asumidos, pasando a la gran vertiente de Evaluación del Desempeño, esto es, cómo me desempeño como servidor público y los resultados provenientes de mi ejercicio. Valorar y evaluar mi trabajo cotidiano requiere de indicadores y estrategias diversas a la sola capacitación-actualización. Paradójicamente el denominado “Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal” (según la ley relativa) requiere revisarse y actualizarse.

La práctica del deseable aporte de los Servidores en la Administración Pública, requiere de un ejercicio evaluatorio permanente de manera secuencial con plazos preestablecidos y no circunscribirse al “concurso de plazas” como práctica perniciosa de adquisición de empleos, alejado de un ejercicio sano, eficaz y eficiente en beneficio de la sociedad. Sus referentes para la Evaluación del Desempeño deben contener perfiles, cumplimiento de metas, actitud de servicio, solución de problemáticas, identificación de riesgos, todos ellos en el ejercicio a una imparcialidad y una práctica de lealtad sólida tanto al Estado como a la sociedad.

La permanencia en los espacios de la Administración Pública, aunado al crecimiento laboral y/o desarrollo a puestos de mando, deben obtenerse y ejercerse únicamente por las calificaciones de la absorción de nuevos conocimientos vinculatorios a los avances tecnológicos. La permanencia en el Servicio Público debe privilegiar el adecuado trazo de políticas públicas, visualizando si éstas son las requeridas por la ciudadanía, así como percibir si se cumplen los efectos sociales previstos, para lograr rendir cuentas positivas como Gobierno, en sus tres órdenes (Federal, Estatal y Municipal) y en sus tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).

hectorluna2026@gmail.com