/ jueves 18 de agosto de 2016

Consideraciones

  • Aarón Irízar López
  • Jóvenes mexicanos: problemas y retos

El pasado 12 de agosto se celebró el Día Internacional de la Juventud, lo que ofrece un momento propicio para reflexionar sobre la importancia, problemáticas y desafíos que enfrentan los jóvenes mexicanos para su incorporación a la vida nacional.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), nuestro país cuenta con 30.7 millones de jóvenes de 15 a 29 años, cifra que representa 26 por ciento de la población total, 29 por ciento son trabajadores industriales, artesanos y ayudantes; 18.5 por ciento son comerciantes; 13.3 por ciento trabajadores en los servicios personales; y 12 por ciento por ciento son trabajadores agropecuarios.

Sin duda, un elemento clave para su desarrollo futuro es el nivel educativo. Del total de jóvenes, 34.8 por ciento tienen al menos un año aprobado de secundaria; 32.9 al menos un año aprobado de educación media superior; 19.4 al menos un año aprobado de educación superior; 8.3 por ciento cuentan con primaria completa; 2.9 por ciento tienen primaria incompleta; y 1.2 por ciento sin escolaridad alguna.

Es importante destacar que cinco millones de jóvenes cursan la educación media superior y poco más de 3.6 millones la educación superior, lo que significa 14 y 10 por ciento de la matrícula total, escenario que plantea desafíos formidables, actual y potencialmente.

La evidencia revela que muchos de los jóvenes que egresan la educación media superior y superior, no consiguen emplearse en aquellos ámbitos que permitan su desarrollo profesional, incluso, hay quienes si bien cuentan con una carrera universitaria realizan actividades de ayudantes generales, como taxistas, o en el mejor de los casos, han emprendido un negocio propio.

También, existen casos en los que tienen que emigrar a otros lugares en busca de oportunidades, aunque no tengan ninguna relación con su desarrollo profesional. Por ejemplo, un biólogo marino egresado de la Universidad del Mar Campus Puerto Ángel, Oaxaca, que se va vivir a Zacatecas o a la Ciudad de México, o bien un ingeniero agrónomo con estudios en la Universidad Autónoma de Chapingo y que radica en Acapulco.

En general, los jóvenes enfrentan problemas estructurales relacionados con la falta de oportunidades, marginación, pobreza, fuga de cerebros, así como la ausencia de una legislación que proteja sus derechos e impulse su desarrollo integral.

La terciarización observada por la economía mexicana en las últimas décadas ha traído aparejadas problemáticas que es preciso considerar en el diseño de las políticas públicas. Existe una fuerte concentración de la matrícula en unas cuantas carreras, mala calidad educativa, bajos índices de eficiencia terminal, así como un mayor subempleo de los profesionistas.

El nuevo discurso de las agencias internacionales como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) destaca que "las instituciones de educación superior van a jugar un papel cada vez más importante aportando el saber, facilitando un desarrollo concentrado y siendo principales actores en los sistemas regionales de innovación".

Las exigencias globales apuntan a dar una orientación más social a la política económica, que se traduzca en una mejoría de las expectativas de trabajo de los jóvenes egresados de la educación superior, a través de una política educativa que permita diversificar la matrícula, actualizar los contenidos y la calidad de los programas.

En ello, la participación del sector productivo juega un papel fundamental, por lo que es prioritario fortalecer las políticas públicas que permitan vincular el sector educativo con las necesidades de desarrollo de las entidades federativas de acuerdo con sus vocaciones productivas y necesidades locales, a fin de retener a los jóvenes en sus lugares de origen y mejorar sistemáticamente su bienestar y el de sus familias. * Senador de la República por el Estado de Sinaloa.

Twitter: @AaronIrizar

https://www.facebook.com/aaron.irizarlopez

  • Aarón Irízar López
  • Jóvenes mexicanos: problemas y retos

El pasado 12 de agosto se celebró el Día Internacional de la Juventud, lo que ofrece un momento propicio para reflexionar sobre la importancia, problemáticas y desafíos que enfrentan los jóvenes mexicanos para su incorporación a la vida nacional.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), nuestro país cuenta con 30.7 millones de jóvenes de 15 a 29 años, cifra que representa 26 por ciento de la población total, 29 por ciento son trabajadores industriales, artesanos y ayudantes; 18.5 por ciento son comerciantes; 13.3 por ciento trabajadores en los servicios personales; y 12 por ciento por ciento son trabajadores agropecuarios.

Sin duda, un elemento clave para su desarrollo futuro es el nivel educativo. Del total de jóvenes, 34.8 por ciento tienen al menos un año aprobado de secundaria; 32.9 al menos un año aprobado de educación media superior; 19.4 al menos un año aprobado de educación superior; 8.3 por ciento cuentan con primaria completa; 2.9 por ciento tienen primaria incompleta; y 1.2 por ciento sin escolaridad alguna.

Es importante destacar que cinco millones de jóvenes cursan la educación media superior y poco más de 3.6 millones la educación superior, lo que significa 14 y 10 por ciento de la matrícula total, escenario que plantea desafíos formidables, actual y potencialmente.

La evidencia revela que muchos de los jóvenes que egresan la educación media superior y superior, no consiguen emplearse en aquellos ámbitos que permitan su desarrollo profesional, incluso, hay quienes si bien cuentan con una carrera universitaria realizan actividades de ayudantes generales, como taxistas, o en el mejor de los casos, han emprendido un negocio propio.

También, existen casos en los que tienen que emigrar a otros lugares en busca de oportunidades, aunque no tengan ninguna relación con su desarrollo profesional. Por ejemplo, un biólogo marino egresado de la Universidad del Mar Campus Puerto Ángel, Oaxaca, que se va vivir a Zacatecas o a la Ciudad de México, o bien un ingeniero agrónomo con estudios en la Universidad Autónoma de Chapingo y que radica en Acapulco.

En general, los jóvenes enfrentan problemas estructurales relacionados con la falta de oportunidades, marginación, pobreza, fuga de cerebros, así como la ausencia de una legislación que proteja sus derechos e impulse su desarrollo integral.

La terciarización observada por la economía mexicana en las últimas décadas ha traído aparejadas problemáticas que es preciso considerar en el diseño de las políticas públicas. Existe una fuerte concentración de la matrícula en unas cuantas carreras, mala calidad educativa, bajos índices de eficiencia terminal, así como un mayor subempleo de los profesionistas.

El nuevo discurso de las agencias internacionales como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) destaca que "las instituciones de educación superior van a jugar un papel cada vez más importante aportando el saber, facilitando un desarrollo concentrado y siendo principales actores en los sistemas regionales de innovación".

Las exigencias globales apuntan a dar una orientación más social a la política económica, que se traduzca en una mejoría de las expectativas de trabajo de los jóvenes egresados de la educación superior, a través de una política educativa que permita diversificar la matrícula, actualizar los contenidos y la calidad de los programas.

En ello, la participación del sector productivo juega un papel fundamental, por lo que es prioritario fortalecer las políticas públicas que permitan vincular el sector educativo con las necesidades de desarrollo de las entidades federativas de acuerdo con sus vocaciones productivas y necesidades locales, a fin de retener a los jóvenes en sus lugares de origen y mejorar sistemáticamente su bienestar y el de sus familias. * Senador de la República por el Estado de Sinaloa.

Twitter: @AaronIrizar

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