/ jueves 25 de agosto de 2016

Consideraciones

  • Aarón Irízar López
  • Inversión extranjera directa, pilar de la economía mexicana

Históricamente, la Inversión Extranjera Directa (IED) se ha constituido en un pilar fundamental de la economía nacional, siendo una de las principales fuentes de divisas, generadora de empleos y detonante del desarrollo regional.

En efecto, existe consenso entre los organismos económicos internacionales y los especialistas, sobre sus bondades y beneficios potenciales en los países receptores.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), plantea que puede convertirse en un propulsor del desarrollo que tiene efectos positivos para las economías destinatarias; en particular, puede complementar el ahorro nacional mediante nuevos aportes de capital y estimular las transferencias de tecnología y sistemas de gestión para la modernización productiva. Con todo –precisa– estos efectos no son automáticos.

Al cierre de 2015, la IED en México ascendió a 28 mil 382 millones de dólares, cifra que representó un incremento de 25.8 por ciento con respecto al año inmediato anterior. Dicha tendencia es favorable con respecto a la observada en la región en donde, inclusive, tuvo un descenso de 9.1 por ciento. Los datos regionales se vieron afectados principalmente por las contracciones de los flujos observados en Brasil, Colombia y Uruguay, con 23, 26 y 25 por ciento, respectivamente.

Cabe apuntar que pese a la caída de la IED en Brasil, sigue siendo el principal receptor en toda América Latina y el Caribe, al concentrar el 42 por ciento del total, siguiéndole en importancia México con 17 por ciento y Chile con 11 por ciento. En conjunto, cinco países concentran el 84 por ciento del total de las entradas de este tipo de inversión a nivel regional.

El comportamiento positivo de la IED en México, continuó entre enero a junio de este año, ya que se captaron 14 mil 385 millones de dólares, dato superior en 4.6 por ciento al del mismo periodo de 2015.

De esta manera, en lo que va de la actual administración, la IED acumulada suma 120 mil 292.2 millones de dólares, lo que significa un 51.8 por ciento mayor al monto original reportado hace seis años y correspondiente al mismo periodo transcurrido del sexenio anterior, de 79 mil 221.6 millones.

De acuerdo con la CEPAL, los países pueden adoptar diferentes aproximaciones de política para la atracción de IED, diferenciándose por el grado de intervención y proactividad de los gobiernos y el nivel de integración de estas políticas con el resto de las políticas de desarrollo económico.

Lo cierto es que en el caso mexicano, las medidas responsables de política económica implementadas por nuestro país, han sentado las bases para el crecimiento económico, el cual ha sido inclusive superior al registrado por diversos países en el mundo.

La estabilidad macroeconómica lograda a la fecha ha sido un aspecto poderoso para que México siga atrayendo inversiones foráneas, las cuales constituyen una fuente importante para la generación de empleos y como detonante del desarrollo regional.

Empero, hay que considerar lo planteado por la CEPAL, en el sentido de que cuando las políticas de atracción de IED se coordinan e integran con el resto de las políticas de desarrollo, se potencian las condiciones que hacen que un país sea atractivo para los inversionistas y se aprovechan al máximo los beneficios de este tipo de inversión.

Solo en la medida en que se sigan implementando políticas públicas económicas, pertinentes y viables, será posible garantizar un crecimiento económico sostenible a largo plazo, así como una mayor atracción de IED, que se traduzca en el mejoramiento del bienestar de las familias mexicanas. * Senador de la República por el Estado de Sinaloa.

Twitter: @AaronIrizar

https://www.facebook.com/aaron.irizarlopez

  • Aarón Irízar López
  • Inversión extranjera directa, pilar de la economía mexicana

Históricamente, la Inversión Extranjera Directa (IED) se ha constituido en un pilar fundamental de la economía nacional, siendo una de las principales fuentes de divisas, generadora de empleos y detonante del desarrollo regional.

En efecto, existe consenso entre los organismos económicos internacionales y los especialistas, sobre sus bondades y beneficios potenciales en los países receptores.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), plantea que puede convertirse en un propulsor del desarrollo que tiene efectos positivos para las economías destinatarias; en particular, puede complementar el ahorro nacional mediante nuevos aportes de capital y estimular las transferencias de tecnología y sistemas de gestión para la modernización productiva. Con todo –precisa– estos efectos no son automáticos.

Al cierre de 2015, la IED en México ascendió a 28 mil 382 millones de dólares, cifra que representó un incremento de 25.8 por ciento con respecto al año inmediato anterior. Dicha tendencia es favorable con respecto a la observada en la región en donde, inclusive, tuvo un descenso de 9.1 por ciento. Los datos regionales se vieron afectados principalmente por las contracciones de los flujos observados en Brasil, Colombia y Uruguay, con 23, 26 y 25 por ciento, respectivamente.

Cabe apuntar que pese a la caída de la IED en Brasil, sigue siendo el principal receptor en toda América Latina y el Caribe, al concentrar el 42 por ciento del total, siguiéndole en importancia México con 17 por ciento y Chile con 11 por ciento. En conjunto, cinco países concentran el 84 por ciento del total de las entradas de este tipo de inversión a nivel regional.

El comportamiento positivo de la IED en México, continuó entre enero a junio de este año, ya que se captaron 14 mil 385 millones de dólares, dato superior en 4.6 por ciento al del mismo periodo de 2015.

De esta manera, en lo que va de la actual administración, la IED acumulada suma 120 mil 292.2 millones de dólares, lo que significa un 51.8 por ciento mayor al monto original reportado hace seis años y correspondiente al mismo periodo transcurrido del sexenio anterior, de 79 mil 221.6 millones.

De acuerdo con la CEPAL, los países pueden adoptar diferentes aproximaciones de política para la atracción de IED, diferenciándose por el grado de intervención y proactividad de los gobiernos y el nivel de integración de estas políticas con el resto de las políticas de desarrollo económico.

Lo cierto es que en el caso mexicano, las medidas responsables de política económica implementadas por nuestro país, han sentado las bases para el crecimiento económico, el cual ha sido inclusive superior al registrado por diversos países en el mundo.

La estabilidad macroeconómica lograda a la fecha ha sido un aspecto poderoso para que México siga atrayendo inversiones foráneas, las cuales constituyen una fuente importante para la generación de empleos y como detonante del desarrollo regional.

Empero, hay que considerar lo planteado por la CEPAL, en el sentido de que cuando las políticas de atracción de IED se coordinan e integran con el resto de las políticas de desarrollo, se potencian las condiciones que hacen que un país sea atractivo para los inversionistas y se aprovechan al máximo los beneficios de este tipo de inversión.

Solo en la medida en que se sigan implementando políticas públicas económicas, pertinentes y viables, será posible garantizar un crecimiento económico sostenible a largo plazo, así como una mayor atracción de IED, que se traduzca en el mejoramiento del bienestar de las familias mexicanas. * Senador de la República por el Estado de Sinaloa.

Twitter: @AaronIrizar

https://www.facebook.com/aaron.irizarlopez