/ miércoles 13 de septiembre de 2017

Cuchillito de palo | Una Fiscalía Siglo XXI

Fue solo el primer paso a la fundación de una nueva Procuraduría –lo que se plantea con la Fiscalía-, autónoma, a la vez que se reestructure su cuerpo medular, su transparencia y su rendición de cuentas.

La idea no es nueva. Zedillo presidente, el entonces procurador, Jorge Madrazo (Gran constitucionalista y con profundos conocimientos del Derecho Penal), planteó el esquema de lo que ya se veía como una necesidad: la transformación de la PGR en un organismo independiente del Ejecutivo y abocado a su verdadera esencia de administrar justicia.

La tarea se hizo a conciencia, con la participación de grandes juristas, aunque se quedó en el tintero. Se retoma la urgencia, para lo que se modificó la Constitución, aunque ahora el Congreso elimine el inciso en discordia.

Importante la aportación que se hizo desde las organizaciones civiles y que se presentó ante el presidente del Senado. Representantes de la Iniciativa Privada, Organismos no gubernamentales, académicos e intelectuales, decidieron formular un proyecto para incidir en el que debería ser, un monumental cambio.

Una de las quejas más sentidas es sobre la administración y la impartición de justicia.

A cargo de los delitos del fuero federal está la PGR y las denuncias –ejemplifico-sobre la deplorable actuación de un buen número de ministerios públicos, se multiplican.

La desatención, de un alto porcentaje de estos servidores públicos, desacredita a su gremio. Hay quejas sobre corrupción, extorsión a las víctimas; componendas con los presuntos culpables o simple incapacidad para formar el expediente acusatorio.

Se perciben como a la pieza más deplorable del sistema, se hace hincapié en que no hay “ninguno honrado”; que son altaneros, prepotentes e ineficaces para la labor que tendrían que manejar al dedillo.

En la propuesta se menciona un Consejo de Ministerios Públicos. Habría que darles el correcto entrenamiento, la capacitación exhaustiva para ejercer su desempeño y una evaluación rigurosa de solvencia moral.

Lo mismo se señala para quien ocupe el puesto de Fiscal General. Para acceder como aspirante se exigiría que no exista el mínimo nexo con ningún partido político, ni se haya ejercido un cargo de representación popular.

Sugieren que la vigencia del encargo sea de seis y no nueve años, como está planteada, en razón del desgaste que sufre un Procurador. Decía Jorge Carpizo que más valía no descender a los establos, porque te hundes en estiércol. Lo comparaba con el trabajo en la institución, en la que todos los días te rozas con los instintos más bajos del hombre, lo que tensiona a quien está en trato constante con este horror.

Los procuradores, sean buenos, malos o regulares, jamás salen “limpios”, ante los ojos de la sociedad. Se les denuesta, a pesar de vivir en el infierno del horario de 24 horas, de frecuentes amenazas, de perder su vida privada y otros grandes sacrificios, que agotan a la personalidad más dura y recia.

Los legisladores deben analizar a fondo el documento y llevarlo a la letra de las grandes reformas. La PGR necesita una refundación y es el momento de hacerla.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Fue solo el primer paso a la fundación de una nueva Procuraduría –lo que se plantea con la Fiscalía-, autónoma, a la vez que se reestructure su cuerpo medular, su transparencia y su rendición de cuentas.

La idea no es nueva. Zedillo presidente, el entonces procurador, Jorge Madrazo (Gran constitucionalista y con profundos conocimientos del Derecho Penal), planteó el esquema de lo que ya se veía como una necesidad: la transformación de la PGR en un organismo independiente del Ejecutivo y abocado a su verdadera esencia de administrar justicia.

La tarea se hizo a conciencia, con la participación de grandes juristas, aunque se quedó en el tintero. Se retoma la urgencia, para lo que se modificó la Constitución, aunque ahora el Congreso elimine el inciso en discordia.

Importante la aportación que se hizo desde las organizaciones civiles y que se presentó ante el presidente del Senado. Representantes de la Iniciativa Privada, Organismos no gubernamentales, académicos e intelectuales, decidieron formular un proyecto para incidir en el que debería ser, un monumental cambio.

Una de las quejas más sentidas es sobre la administración y la impartición de justicia.

A cargo de los delitos del fuero federal está la PGR y las denuncias –ejemplifico-sobre la deplorable actuación de un buen número de ministerios públicos, se multiplican.

La desatención, de un alto porcentaje de estos servidores públicos, desacredita a su gremio. Hay quejas sobre corrupción, extorsión a las víctimas; componendas con los presuntos culpables o simple incapacidad para formar el expediente acusatorio.

Se perciben como a la pieza más deplorable del sistema, se hace hincapié en que no hay “ninguno honrado”; que son altaneros, prepotentes e ineficaces para la labor que tendrían que manejar al dedillo.

En la propuesta se menciona un Consejo de Ministerios Públicos. Habría que darles el correcto entrenamiento, la capacitación exhaustiva para ejercer su desempeño y una evaluación rigurosa de solvencia moral.

Lo mismo se señala para quien ocupe el puesto de Fiscal General. Para acceder como aspirante se exigiría que no exista el mínimo nexo con ningún partido político, ni se haya ejercido un cargo de representación popular.

Sugieren que la vigencia del encargo sea de seis y no nueve años, como está planteada, en razón del desgaste que sufre un Procurador. Decía Jorge Carpizo que más valía no descender a los establos, porque te hundes en estiércol. Lo comparaba con el trabajo en la institución, en la que todos los días te rozas con los instintos más bajos del hombre, lo que tensiona a quien está en trato constante con este horror.

Los procuradores, sean buenos, malos o regulares, jamás salen “limpios”, ante los ojos de la sociedad. Se les denuesta, a pesar de vivir en el infierno del horario de 24 horas, de frecuentes amenazas, de perder su vida privada y otros grandes sacrificios, que agotan a la personalidad más dura y recia.

Los legisladores deben analizar a fondo el documento y llevarlo a la letra de las grandes reformas. La PGR necesita una refundación y es el momento de hacerla.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq