/ lunes 12 de junio de 2017

Cuentas claras

Azúcar

El acuerdo alcanzado por los gobiernos de México y Estados Unidos nos mostró cómo será la renegociación o modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte: habrá que ceder para concretar resultados, aunque no sean del todo favorables para nuestro país.

El problema con las exportaciones de azúcar mexicana a Estados Unidos inició desde hace más de tres años, cuando el vecino del norte argumentó que había dumping y que nuestras ventas del dulce estaban subsidiadas, por lo que exigió la aplicación de aranceles. Se llegó a un convenio para evitar que se castigara las exportaciones de azúcar; pero terminaba la vigencia de dicho acuerdo y por lo tanto había que negociar.

Las negociaciones, encabezadas por el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, y el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, concluyeron la semana pasada. Se logró evitar la aplicación de cuotas compensatorias en contra del azúcar mexicana -de entre 40.48 y 42.14% por la investigación de dumping y de 5.78 a 43.93% por la de subsidios.

Se seguirán exportando a Estados Unidos las mismas cantidades de azúcar, pero con cambios que repercutirán en los ingenios azucareros. Ahora, del total de las exportaciones, las de azúcar en crudo representarán el 70% y bajarán las de azúcar refinada.

Nuestro país tuvo que ceder, pero no se cerró el mercado para las exportaciones de azúcar mexicana, que era lo que buscaban los industriales estadounidenses. Además, México aseguró que cualquier requerimiento adicional de azúcar en Estados Unidos será ofrecido en primera instancia a los productores de nuestro país.

Esto significa que México seguirá siendo el principal proveedor de azúcar en el mercado estadounidense. Poro lo pronto, este año las exportaciones del dulce serán de 970 mil toneladas de azúcar y el próximo año podrían llegar a dos millones de toneladas.

Las negociaciones fueron complicadas, pero aún falta que los empresarios de Estados Unidos acepten el acuerdo y hay que destacar que los industriales azucareros del vecino país representan un grupo políticamente poderoso. Si todo marcha bien, antes de julio se estará firmando el acuerdo.

Por lo pronto, lo que vimos con el acuerdo azucarero es que los funcionarios estadounidenses tienen apertura para negociar, pero en el “estira y afloja” habrá que conceder algunas cosas para poder alcanzar un acuerdo, que esperemos no afecte tanto a nuestro país.

Confiemos en las habilidades del secretario de Economía, quien tiene bajo su responsabilidad llevar a buen término las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, para lo que deberá desplegar todas sus dotes negociadoras.

++++

En una reunión con 700 estudiantes de universidades públicas y privadas de Quintana Roo, así como autoridades de esa entidad, el fundador del Grupo Salinas, Ricardo B. Salinas, presentó ideas sobre los determinantes de la riqueza de los países y destacó en primer plano el dinamismo, energía y capital humano de la juventud mexicana.

Citando a Kevin Kelly, autor del libro Lo inevitable, Salinas dijo que el mundo ha cambiado drásticamente en las últimas décadas y lo hará de manera más vigorosa en los próximos años, por lo que los jóvenes deberán detectar y aprovechar las grandes oportunidades para innovar.

Salinas invitó a los jóvenes a participar en proyectos sociales para impulsar a México hacia una prosperidad compartida que genere valor económico, social y ambiental.

caro.navarrete@yahoo.com.mx

Azúcar

El acuerdo alcanzado por los gobiernos de México y Estados Unidos nos mostró cómo será la renegociación o modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte: habrá que ceder para concretar resultados, aunque no sean del todo favorables para nuestro país.

El problema con las exportaciones de azúcar mexicana a Estados Unidos inició desde hace más de tres años, cuando el vecino del norte argumentó que había dumping y que nuestras ventas del dulce estaban subsidiadas, por lo que exigió la aplicación de aranceles. Se llegó a un convenio para evitar que se castigara las exportaciones de azúcar; pero terminaba la vigencia de dicho acuerdo y por lo tanto había que negociar.

Las negociaciones, encabezadas por el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, y el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, concluyeron la semana pasada. Se logró evitar la aplicación de cuotas compensatorias en contra del azúcar mexicana -de entre 40.48 y 42.14% por la investigación de dumping y de 5.78 a 43.93% por la de subsidios.

Se seguirán exportando a Estados Unidos las mismas cantidades de azúcar, pero con cambios que repercutirán en los ingenios azucareros. Ahora, del total de las exportaciones, las de azúcar en crudo representarán el 70% y bajarán las de azúcar refinada.

Nuestro país tuvo que ceder, pero no se cerró el mercado para las exportaciones de azúcar mexicana, que era lo que buscaban los industriales estadounidenses. Además, México aseguró que cualquier requerimiento adicional de azúcar en Estados Unidos será ofrecido en primera instancia a los productores de nuestro país.

Esto significa que México seguirá siendo el principal proveedor de azúcar en el mercado estadounidense. Poro lo pronto, este año las exportaciones del dulce serán de 970 mil toneladas de azúcar y el próximo año podrían llegar a dos millones de toneladas.

Las negociaciones fueron complicadas, pero aún falta que los empresarios de Estados Unidos acepten el acuerdo y hay que destacar que los industriales azucareros del vecino país representan un grupo políticamente poderoso. Si todo marcha bien, antes de julio se estará firmando el acuerdo.

Por lo pronto, lo que vimos con el acuerdo azucarero es que los funcionarios estadounidenses tienen apertura para negociar, pero en el “estira y afloja” habrá que conceder algunas cosas para poder alcanzar un acuerdo, que esperemos no afecte tanto a nuestro país.

Confiemos en las habilidades del secretario de Economía, quien tiene bajo su responsabilidad llevar a buen término las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, para lo que deberá desplegar todas sus dotes negociadoras.

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En una reunión con 700 estudiantes de universidades públicas y privadas de Quintana Roo, así como autoridades de esa entidad, el fundador del Grupo Salinas, Ricardo B. Salinas, presentó ideas sobre los determinantes de la riqueza de los países y destacó en primer plano el dinamismo, energía y capital humano de la juventud mexicana.

Citando a Kevin Kelly, autor del libro Lo inevitable, Salinas dijo que el mundo ha cambiado drásticamente en las últimas décadas y lo hará de manera más vigorosa en los próximos años, por lo que los jóvenes deberán detectar y aprovechar las grandes oportunidades para innovar.

Salinas invitó a los jóvenes a participar en proyectos sociales para impulsar a México hacia una prosperidad compartida que genere valor económico, social y ambiental.

caro.navarrete@yahoo.com.mx