/ sábado 5 de agosto de 2017

Cuidemos el agua

El agua es un elemento fundamental para nuestra vida diaria y la de todas las demás especies y ecosistemas del mundo. La escasez de este recurso, su mala calidad y un inadecuado saneamiento en muchas regiones es causa de pobreza, subdesarrollo, migración e inclusive de conflictos armados entre naciones, por ello, su cuidado y acceso es vital para el futuro de toda la humanidad.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial, porcentaje que podría aumentar en los próximos años. Asimismo, cerca de mil 800 millones de personas en todo el mundo utilizan agua potable que se encuentra contaminada por restos fecales.

Según la Fundación de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la demanda de agua es cada vez mayor, de 1950 a la fecha su consumo se ha triplicado.

México cuenta con 471.5 mil millones de metros cúbicos de agua dulce renovable al año, sin embargo existen grandes contrastes en el territorio nacional, ya que hay lugares no muy habitados donde hay excedente de agua y otros muy habitados donde hay escasez.

Si bien el agua se considera como un recurso renovable, su mal uso, la sobreexplotación y contaminación dan lugar a una menor disponibilidad para el consumo humano. Según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el 22.7% del agua superficial se encuentra contaminada o fuertemente contaminada. Aunque aproximadamente el 92% de la población tiene acceso al servicio público de agua potable, este porcentaje disminuye cuando se considera su calidad.

La forma en cómo utilizamos este recurso también es importante para su preservación, actualmente el 70% a nivel mundial se utiliza para las actividades agrícolas, el 22% para la industria y el 8% para el uso doméstico.

En las ciudades se desperdicia cerca del 40% del agua, debido principalmente a fugas en las redes de abastecimiento y distribución y en tomas domiciliarias. A esto se agrega que para el año 2030 más del 80% de la población se asentará en zonas urbanas y 70% del crecimiento poblacional se registrarán en lugares donde ya hay una gran presión sobre los recursos hídricos.

El sexto objetivo de la Agenda 2030, busca garantizar la disponibilidad del agua, su gestión sostenible y saneamiento para todos, si utilizamos este recurso inteligente y conscientemente podremos garantizar su disponibilidad para toda la población, cuidar nuestros ecosistemas hídricos y su diversidad biológica.

No todos consumimos las mismas cantidades de agua pero sí es responsabilidad de todos cuidarla. Es imprescindible crear una cultura de uso responsable y de cuidado al medio ambiente, para evitar que se desperdicie y contamine el agua, sólo así podremos lograr que siga siendo un recurso disponible y de calidad.

De cómo utilicemos y cuidemos el agua dependerá el porvenir de las futuras generaciones y del planeta. Todos podemos hacer algo al respecto: no dejes correr el agua del grifo cuando la utilices, toma baños breves –ya que es el lugar en donde más se desperdicia el líquido-, no utilices la manguera para barrer banquetas o lavar el auto,  reporta las fugas de tu colonia y paga puntualmente el agua.

(*) Senador de la República por el Estado de Sinaloa.

Twitter: @AaronIrizar 

Facebook.com/aaron.irizarlopez

El agua es un elemento fundamental para nuestra vida diaria y la de todas las demás especies y ecosistemas del mundo. La escasez de este recurso, su mala calidad y un inadecuado saneamiento en muchas regiones es causa de pobreza, subdesarrollo, migración e inclusive de conflictos armados entre naciones, por ello, su cuidado y acceso es vital para el futuro de toda la humanidad.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial, porcentaje que podría aumentar en los próximos años. Asimismo, cerca de mil 800 millones de personas en todo el mundo utilizan agua potable que se encuentra contaminada por restos fecales.

Según la Fundación de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la demanda de agua es cada vez mayor, de 1950 a la fecha su consumo se ha triplicado.

México cuenta con 471.5 mil millones de metros cúbicos de agua dulce renovable al año, sin embargo existen grandes contrastes en el territorio nacional, ya que hay lugares no muy habitados donde hay excedente de agua y otros muy habitados donde hay escasez.

Si bien el agua se considera como un recurso renovable, su mal uso, la sobreexplotación y contaminación dan lugar a una menor disponibilidad para el consumo humano. Según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el 22.7% del agua superficial se encuentra contaminada o fuertemente contaminada. Aunque aproximadamente el 92% de la población tiene acceso al servicio público de agua potable, este porcentaje disminuye cuando se considera su calidad.

La forma en cómo utilizamos este recurso también es importante para su preservación, actualmente el 70% a nivel mundial se utiliza para las actividades agrícolas, el 22% para la industria y el 8% para el uso doméstico.

En las ciudades se desperdicia cerca del 40% del agua, debido principalmente a fugas en las redes de abastecimiento y distribución y en tomas domiciliarias. A esto se agrega que para el año 2030 más del 80% de la población se asentará en zonas urbanas y 70% del crecimiento poblacional se registrarán en lugares donde ya hay una gran presión sobre los recursos hídricos.

El sexto objetivo de la Agenda 2030, busca garantizar la disponibilidad del agua, su gestión sostenible y saneamiento para todos, si utilizamos este recurso inteligente y conscientemente podremos garantizar su disponibilidad para toda la población, cuidar nuestros ecosistemas hídricos y su diversidad biológica.

No todos consumimos las mismas cantidades de agua pero sí es responsabilidad de todos cuidarla. Es imprescindible crear una cultura de uso responsable y de cuidado al medio ambiente, para evitar que se desperdicie y contamine el agua, sólo así podremos lograr que siga siendo un recurso disponible y de calidad.

De cómo utilicemos y cuidemos el agua dependerá el porvenir de las futuras generaciones y del planeta. Todos podemos hacer algo al respecto: no dejes correr el agua del grifo cuando la utilices, toma baños breves –ya que es el lugar en donde más se desperdicia el líquido-, no utilices la manguera para barrer banquetas o lavar el auto,  reporta las fugas de tu colonia y paga puntualmente el agua.

(*) Senador de la República por el Estado de Sinaloa.

Twitter: @AaronIrizar 

Facebook.com/aaron.irizarlopez