/ lunes 4 de enero de 2016

Difícil entorno mundial / Cuentas Claras / Carolina Navarrete

Realista el artículo que la directora-gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, escribió para el periódico alemán Handelsblatt, en donde plantea que el crecimiento económico mundial del 2016 será decepcionante y desigual, pues siete años después del colapso de Lehman Brothers, la estabilidad financiera internacional todavía no está asegurada.

Advirtió que el sector financiero aún tiene debilidades y están aumentando los riesgos en los mercados emergentes. Y tiene razón, porque después del alza en las tasas de interés en Estados Unidos, lo lógico es que los capitales que están en los países emergentes decidan emigrar en busca de rendimientos mejores y más seguros.

Esto, sin lugar a dudas, causará problemas a los países emergentes, que deben ya estar preparados para hacer frente a una eventual salida de capitales, aunque se espera que la situación sea diferenciada y que las decisiones de desinversión se basen en los fundamentos económicos de cada país.

Además, hay que considerar que muchos países tienen contratadas deudas en dólares, por lo que el aumento en las tasas de interés estadounidenses inevitablemente elevará el costo de la deuda y, por lo tanto, las empresas, algunos bancos o incluso algunos países pueden tener problemas para hacer frente al pago de dichos compromisos.

Por otro lado, hay que señalar que el panorama del mercado petrolero internacional no es nada favorable. Como le hemos comentado en otras ocasiones, las naciones miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) han decidido mantener sus cuotas de producción hasta mediados del año, que es muy superior a la demanda que existe en el mercado.

En  vista de esto, se espera que por lo menos la primera mitad de este año sea de precios bajos de los energéticos en los mercados internacionales, lo que afecta a los países productores de petróleo, como es el caso de México, que en el transcurso de este año ha resentido una importante baja en sus ingresos petroleros.

De acuerdo con un informe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de enero a noviembre los ingresos petroleros sumaron 724 mil 53.9 millones de pesos, lo que significa una caída de 36.7 por ciento con respecto al mismo período del año anterior.

Con esto, los ingresos petroleros representaron únicamente el 19.3 por ciento del total de ingresos presupuestarios del sector público. La caída en estos ingresos se debió a una baja de 49.2 por ciento en el precio promedio de exportación de la mezcla mexicana de petróleo, que pasó de 91.5 dólares en 2014 a 46.5 dólares el barril en este año.

Además, también hubo una disminución de 7.2 por ciento en la producción e petróleo, que pasó de 2 millones 450 mil barriles diarios a 2 millones 273 mil barriles diarios. A esto se sumó una baja de 33.8 por ciento en el precio del gas natural. Estos efectos se compensaron parcialmente con la depreciación del tipo de cambio.

Pero esta caída de ingresos petroleros fue más que compensada por los ingresos no petroleros, que sumaron 3 billones 31 mil 199.8 millones de pesos, 21.5 por ciento más que en igual lapso del año previo.

Aquí vale la pena destacar que los ingresos tributarios sumaron 2 billones 144 mil 102.1 millones de pesos, monto mayor en 27.5 por ciento en comparación con el mismo período del 2014. Dentro de estos ingresos destacan las alzas de 23.4 por ciento en el Sistema renta, de 229.9 por ciento en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios y de 27.5 por ciento en importaciones. caro.navarrete@yahoo.com.mx

Realista el artículo que la directora-gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, escribió para el periódico alemán Handelsblatt, en donde plantea que el crecimiento económico mundial del 2016 será decepcionante y desigual, pues siete años después del colapso de Lehman Brothers, la estabilidad financiera internacional todavía no está asegurada.

Advirtió que el sector financiero aún tiene debilidades y están aumentando los riesgos en los mercados emergentes. Y tiene razón, porque después del alza en las tasas de interés en Estados Unidos, lo lógico es que los capitales que están en los países emergentes decidan emigrar en busca de rendimientos mejores y más seguros.

Esto, sin lugar a dudas, causará problemas a los países emergentes, que deben ya estar preparados para hacer frente a una eventual salida de capitales, aunque se espera que la situación sea diferenciada y que las decisiones de desinversión se basen en los fundamentos económicos de cada país.

Además, hay que considerar que muchos países tienen contratadas deudas en dólares, por lo que el aumento en las tasas de interés estadounidenses inevitablemente elevará el costo de la deuda y, por lo tanto, las empresas, algunos bancos o incluso algunos países pueden tener problemas para hacer frente al pago de dichos compromisos.

Por otro lado, hay que señalar que el panorama del mercado petrolero internacional no es nada favorable. Como le hemos comentado en otras ocasiones, las naciones miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) han decidido mantener sus cuotas de producción hasta mediados del año, que es muy superior a la demanda que existe en el mercado.

En  vista de esto, se espera que por lo menos la primera mitad de este año sea de precios bajos de los energéticos en los mercados internacionales, lo que afecta a los países productores de petróleo, como es el caso de México, que en el transcurso de este año ha resentido una importante baja en sus ingresos petroleros.

De acuerdo con un informe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de enero a noviembre los ingresos petroleros sumaron 724 mil 53.9 millones de pesos, lo que significa una caída de 36.7 por ciento con respecto al mismo período del año anterior.

Con esto, los ingresos petroleros representaron únicamente el 19.3 por ciento del total de ingresos presupuestarios del sector público. La caída en estos ingresos se debió a una baja de 49.2 por ciento en el precio promedio de exportación de la mezcla mexicana de petróleo, que pasó de 91.5 dólares en 2014 a 46.5 dólares el barril en este año.

Además, también hubo una disminución de 7.2 por ciento en la producción e petróleo, que pasó de 2 millones 450 mil barriles diarios a 2 millones 273 mil barriles diarios. A esto se sumó una baja de 33.8 por ciento en el precio del gas natural. Estos efectos se compensaron parcialmente con la depreciación del tipo de cambio.

Pero esta caída de ingresos petroleros fue más que compensada por los ingresos no petroleros, que sumaron 3 billones 31 mil 199.8 millones de pesos, 21.5 por ciento más que en igual lapso del año previo.

Aquí vale la pena destacar que los ingresos tributarios sumaron 2 billones 144 mil 102.1 millones de pesos, monto mayor en 27.5 por ciento en comparación con el mismo período del 2014. Dentro de estos ingresos destacan las alzas de 23.4 por ciento en el Sistema renta, de 229.9 por ciento en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios y de 27.5 por ciento en importaciones. caro.navarrete@yahoo.com.mx