/ viernes 26 de agosto de 2016

ESTO y algo más

Un clásico diferente

“Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”.

Charles Darwin. El clásico llega temprano, aún la calificación a la liguilla es lejana, la presión por los puntos es poca, los dos equipos siguen teniendo dudas en sus parados tácticos y en su once titular, sin embargo, este partido suele marcar al club que se lleva la victoria y al que pierde los puntos. El encuentro entre América y Chivas representa dos visiones antagónicas y los contrastes están a la vista. Los de la perla tapatía han establecido en sus principios y visión el jugar siempre con futbolistas mexicanos, en cambio, para los azulcremas los jugadores extranjeros son la columna vertebral del equipo. Asimismo, al Guadalajara se le ha identificado más con el “pueblo”, es decir, con sectores populares; los de Coapa, debido a sus vínculos con la televisora más poderosa y su fuerte inversión en futbolistas, lo ponen como el conjunto que aparentemente encarna a las clases altas, al poder del dinero. Por lo tanto, la representación y papel que tienen estos dos conjuntos en la sociedad y sus distintos orígenes y características realzan la rivalidad, además, que, siendo los dos equipos más populares tienen sobre sus hombros el humor de millones de aficionados que los siguen en la mayor parte del territorio nacional y Estados Unidos.

Al igual que en México, los clásicos de futbol alrededor del mundo son construidos por las características históricas, políticas y económicas de cada país, el pobre contra el rico, el débil frente al poderoso, el del norte contra el del sur o por ser de regiones o ciudades que compiten por su identidad, etc. Muchos ejemplos podemos establecer con estas similitudes: el Boca-River en Argentina, los millonarios contra los del barrio; Nacional-Peñarol en Uruguay, la lucha por los equipos más populares del país y uno de los más antiguos del continente; el Fla- Flu, una de las rivalidades más fuertes de la ciudad de Río de Janeiro; Real Madrid y Barcelona, el enfrentamiento de dos identidades y costumbres aunque sean del mismo país, etc. Los clásicos son partidos aparte, sus aficionados los esperan con ansia, suspenden sus actividades para entregarse, normalmente dos veces al año, y gozar la derrota del rival o sufrir por la amarga derrota. El clásico representa la diferencia de gustos y preferencias, un momento de sentirte parte de los colores, la historia e identidad, y compartirlo con miles de personas.

En cuestiones de popularidad, los campeonatos que ha conseguido el América lo han colocado como el club más popular del país con 24.5 por ciento de seguidores, el Guadalajara, por su parte, cuenta con 17.2 por ciento de los aficionados a nivel nacional, números que han venido disminuyendo por el “factor Vergara” (Universo Deportivo, 25 de agosto de 2016, p.D6). En cuestión de rechazo y aversión, los “millonetas” superan a cualquier equipo con el 38.5 por ciento. Por lo tanto, aunque es la escuadra que cuenta con más seguidores, la población que tiene un sentimiento contrario los supera por mucho, es decir, el conjunto más odiado, pero el que genera más rivalidad. Un producto muy vendible. Ahora bien, los dos llegan sin presiones, ya que los tapatíos salieron de zonas de descenso y el cuerpo técnico americanista está firme en su puesto. El partido no tendrá el extra de buscar de dejar al acérrimo rival fuera de la calificación, por lo prematuro del encuentro, pero ganarlo provocará mayor colchón para los dos proyectos. Veremos.

Algo Más. Después del fracaso de la delegación en Río y diversos casos de nepotismo y corrupción, la Cámara de Diputados, con mayoría priísta y su rémora, el Verde, citará a Alfredo Castillo el lunes con el objetivo de arroparlo y olvidar lo sucedido en las olimpiadas pasadas como lo declaró el senador Daniel Ávila, del PAN. Vivimos en el México del amiguismo y los favores.

pedropenaloza@yahoo.com/Twitter: @pedro_penaloz

Un clásico diferente

“Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”.

Charles Darwin. El clásico llega temprano, aún la calificación a la liguilla es lejana, la presión por los puntos es poca, los dos equipos siguen teniendo dudas en sus parados tácticos y en su once titular, sin embargo, este partido suele marcar al club que se lleva la victoria y al que pierde los puntos. El encuentro entre América y Chivas representa dos visiones antagónicas y los contrastes están a la vista. Los de la perla tapatía han establecido en sus principios y visión el jugar siempre con futbolistas mexicanos, en cambio, para los azulcremas los jugadores extranjeros son la columna vertebral del equipo. Asimismo, al Guadalajara se le ha identificado más con el “pueblo”, es decir, con sectores populares; los de Coapa, debido a sus vínculos con la televisora más poderosa y su fuerte inversión en futbolistas, lo ponen como el conjunto que aparentemente encarna a las clases altas, al poder del dinero. Por lo tanto, la representación y papel que tienen estos dos conjuntos en la sociedad y sus distintos orígenes y características realzan la rivalidad, además, que, siendo los dos equipos más populares tienen sobre sus hombros el humor de millones de aficionados que los siguen en la mayor parte del territorio nacional y Estados Unidos.

Al igual que en México, los clásicos de futbol alrededor del mundo son construidos por las características históricas, políticas y económicas de cada país, el pobre contra el rico, el débil frente al poderoso, el del norte contra el del sur o por ser de regiones o ciudades que compiten por su identidad, etc. Muchos ejemplos podemos establecer con estas similitudes: el Boca-River en Argentina, los millonarios contra los del barrio; Nacional-Peñarol en Uruguay, la lucha por los equipos más populares del país y uno de los más antiguos del continente; el Fla- Flu, una de las rivalidades más fuertes de la ciudad de Río de Janeiro; Real Madrid y Barcelona, el enfrentamiento de dos identidades y costumbres aunque sean del mismo país, etc. Los clásicos son partidos aparte, sus aficionados los esperan con ansia, suspenden sus actividades para entregarse, normalmente dos veces al año, y gozar la derrota del rival o sufrir por la amarga derrota. El clásico representa la diferencia de gustos y preferencias, un momento de sentirte parte de los colores, la historia e identidad, y compartirlo con miles de personas.

En cuestiones de popularidad, los campeonatos que ha conseguido el América lo han colocado como el club más popular del país con 24.5 por ciento de seguidores, el Guadalajara, por su parte, cuenta con 17.2 por ciento de los aficionados a nivel nacional, números que han venido disminuyendo por el “factor Vergara” (Universo Deportivo, 25 de agosto de 2016, p.D6). En cuestión de rechazo y aversión, los “millonetas” superan a cualquier equipo con el 38.5 por ciento. Por lo tanto, aunque es la escuadra que cuenta con más seguidores, la población que tiene un sentimiento contrario los supera por mucho, es decir, el conjunto más odiado, pero el que genera más rivalidad. Un producto muy vendible. Ahora bien, los dos llegan sin presiones, ya que los tapatíos salieron de zonas de descenso y el cuerpo técnico americanista está firme en su puesto. El partido no tendrá el extra de buscar de dejar al acérrimo rival fuera de la calificación, por lo prematuro del encuentro, pero ganarlo provocará mayor colchón para los dos proyectos. Veremos.

Algo Más. Después del fracaso de la delegación en Río y diversos casos de nepotismo y corrupción, la Cámara de Diputados, con mayoría priísta y su rémora, el Verde, citará a Alfredo Castillo el lunes con el objetivo de arroparlo y olvidar lo sucedido en las olimpiadas pasadas como lo declaró el senador Daniel Ávila, del PAN. Vivimos en el México del amiguismo y los favores.

pedropenaloza@yahoo.com/Twitter: @pedro_penaloz

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