/ sábado 3 de octubre de 2015

Ejes fundamentales en materia educativa / Raúl Aarón Pozos Lanz

Durante las últimas cuatro décadas, los países de Asia, y de otras regiones del mundo, canalizaron parte de sus recursos para fortalecer los sistemas educativos de sus países, sino que también tomaron un conjunto de determinaciones políticas que transformaron la imagen y la forma en que se vinculan con las demás economías del planeta. También he señalado en más de una ocasión, que esas naciones comprendieron que reformar e invertir en una política educativa y hacer a un lado aquellas variables que impidieran su adecuado desarrollo, es vital para ocupar un lugar relevante en un orden global altamente competitivo como en el que vivimos. De manera fundamental, anticiparon estratégicamente que llevar a cabo reformas en sus políticas educativas respondía no solo a una lógica económica inaplazable, sino también para modificar las posibilidades de futuro no para una, sino para muchas generaciones.

En días pasados, el secretario de Educación Pública, maestro Aurelio Nuño Mayer, compareció ante el pleno del Senado de la República, para informar de los avances en materia educativa. El secretario de Educación dijo con toda claridad que la Reforma Educativa, la más importante de las reformas de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, no es un conjunto desarticulado de acciones de carácter coyuntural, sino que fundamentalmente “se trata de sustentar un nuevo modelo educativo en el cual tanto las escuelas, los maestros, alumnos y sociedad trascenderán hacia la modernización de planteles, infraestructura técnica, material y patrimonial de las escuelas”. Tiene razón el Secretario en mencionar que la implementación de la política pública en materia educativa es quizá la más importante y también es la de mayor contenido social y estratégico para México.

Son cinco ejes esenciales de la Reforma Educativa, y sobre los cuales giró la comparecencia del secretario de Educación. En primer lugar, poner a la escuela en el centro del sistema educativo. Desde hace muchos años, las escuelas habían dejado de ser el centro del sistema educativo. La rutinización y objetivos diferentes a los educativos, minaron a las escuelas. Con la Reforma Educativa -dijo el Secretario- el sistema educativo será ahora el que esté al servicio de las escuelas y de los alumnos, para ello, se iniciará el programa más ambiciosos para mejorar la infraestructura escolar a través de dar mayor autonomía a la gestión de las escuelas; fortalecimiento de los Consejos Técnicos Escolares; la generación de materiales educativos de calidad, y con pertinencia; se liberará de la carga burocrática a los maestros y a las maestras para que se centren en su función principal y fundamental que es la enseñanza, se dotará de baños, luz, agua, techos firmes, pisos firmes y conectividad en aquellas escuelas que no cuenten con estos servicios.

En segundo lugar, explicó el Secretario de Educación, se trata de construir un servicio profesional docente, mediante el fortalecimiento de las escuelas normales, pero también con evaluaciones que apoyen a los maestros en su formación y desarrollo y con un esfuerzo y compromiso para la capacitación continua.

Un tercer eje, el de mayor contenido social, es el de la equidad y la inclusión. De facto, la educación en nuestro país ha disminuido su valor como factor de movilidad social y como un elemento para lograr mayor justicia. Por ello, la reforma de la que habló el secretario Nuño, llevará a cabo con mucha más precisión y rigor un programa de becas para que en verdad llegue a quien más las necesitan.

El cuarto eje se orientará a modificar la lógica de la enseñanza; ya no se trata solo de transmitir contenidos, sino de avanzar hacia un nuevo modelo en el que los niños y jóvenes aprendan a conocer, es decir, a que adquieran los instrumentos de comprensión necesarios, que prendar a ser, a convivir y a cooperar para trabajar en equipo, pero al mismo tiempo, para fortalecer su autonomía y equilibrio personal, puntualizó el maestro Aurelio Nuño Mayer.

Finalmente, el quinto eje, no menos trascendente, es el de una vinculación mucho más eficaz y estrecha entre la educación y las necesidades el mercado laboral, nacional e internacional. Pero esto no solo a nivel de la educación inicial, sino de la educación incluso superior. Se trata de enriquecer la educación con un sistema de investigación y de creación que pueda potenciar nuestra economía y podamos transitar de una economía manufacturera a una economía del conocimiento.

Todo intento por tratar de sacudir las inercias se enfrenta a obstáculos. Sin embargo, no cabe duda que en el Senado compartimos la visión del titular del Ejecutivo, de que la mejor forma de transformar este país es a través de su más grande activo que son sus niñas y niños, jóvenes, maestras y sus maestros, y que la mejor forma para igualar oportunidades, para ampliar las posibilidades, para que las y los mexicanos obtengan un empleo mejor remunerado y así, combatir la desigualdad y la pobreza que caminando por la ruta de la educación.

Durante las últimas cuatro décadas, los países de Asia, y de otras regiones del mundo, canalizaron parte de sus recursos para fortalecer los sistemas educativos de sus países, sino que también tomaron un conjunto de determinaciones políticas que transformaron la imagen y la forma en que se vinculan con las demás economías del planeta. También he señalado en más de una ocasión, que esas naciones comprendieron que reformar e invertir en una política educativa y hacer a un lado aquellas variables que impidieran su adecuado desarrollo, es vital para ocupar un lugar relevante en un orden global altamente competitivo como en el que vivimos. De manera fundamental, anticiparon estratégicamente que llevar a cabo reformas en sus políticas educativas respondía no solo a una lógica económica inaplazable, sino también para modificar las posibilidades de futuro no para una, sino para muchas generaciones.

En días pasados, el secretario de Educación Pública, maestro Aurelio Nuño Mayer, compareció ante el pleno del Senado de la República, para informar de los avances en materia educativa. El secretario de Educación dijo con toda claridad que la Reforma Educativa, la más importante de las reformas de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, no es un conjunto desarticulado de acciones de carácter coyuntural, sino que fundamentalmente “se trata de sustentar un nuevo modelo educativo en el cual tanto las escuelas, los maestros, alumnos y sociedad trascenderán hacia la modernización de planteles, infraestructura técnica, material y patrimonial de las escuelas”. Tiene razón el Secretario en mencionar que la implementación de la política pública en materia educativa es quizá la más importante y también es la de mayor contenido social y estratégico para México.

Son cinco ejes esenciales de la Reforma Educativa, y sobre los cuales giró la comparecencia del secretario de Educación. En primer lugar, poner a la escuela en el centro del sistema educativo. Desde hace muchos años, las escuelas habían dejado de ser el centro del sistema educativo. La rutinización y objetivos diferentes a los educativos, minaron a las escuelas. Con la Reforma Educativa -dijo el Secretario- el sistema educativo será ahora el que esté al servicio de las escuelas y de los alumnos, para ello, se iniciará el programa más ambiciosos para mejorar la infraestructura escolar a través de dar mayor autonomía a la gestión de las escuelas; fortalecimiento de los Consejos Técnicos Escolares; la generación de materiales educativos de calidad, y con pertinencia; se liberará de la carga burocrática a los maestros y a las maestras para que se centren en su función principal y fundamental que es la enseñanza, se dotará de baños, luz, agua, techos firmes, pisos firmes y conectividad en aquellas escuelas que no cuenten con estos servicios.

En segundo lugar, explicó el Secretario de Educación, se trata de construir un servicio profesional docente, mediante el fortalecimiento de las escuelas normales, pero también con evaluaciones que apoyen a los maestros en su formación y desarrollo y con un esfuerzo y compromiso para la capacitación continua.

Un tercer eje, el de mayor contenido social, es el de la equidad y la inclusión. De facto, la educación en nuestro país ha disminuido su valor como factor de movilidad social y como un elemento para lograr mayor justicia. Por ello, la reforma de la que habló el secretario Nuño, llevará a cabo con mucha más precisión y rigor un programa de becas para que en verdad llegue a quien más las necesitan.

El cuarto eje se orientará a modificar la lógica de la enseñanza; ya no se trata solo de transmitir contenidos, sino de avanzar hacia un nuevo modelo en el que los niños y jóvenes aprendan a conocer, es decir, a que adquieran los instrumentos de comprensión necesarios, que prendar a ser, a convivir y a cooperar para trabajar en equipo, pero al mismo tiempo, para fortalecer su autonomía y equilibrio personal, puntualizó el maestro Aurelio Nuño Mayer.

Finalmente, el quinto eje, no menos trascendente, es el de una vinculación mucho más eficaz y estrecha entre la educación y las necesidades el mercado laboral, nacional e internacional. Pero esto no solo a nivel de la educación inicial, sino de la educación incluso superior. Se trata de enriquecer la educación con un sistema de investigación y de creación que pueda potenciar nuestra economía y podamos transitar de una economía manufacturera a una economía del conocimiento.

Todo intento por tratar de sacudir las inercias se enfrenta a obstáculos. Sin embargo, no cabe duda que en el Senado compartimos la visión del titular del Ejecutivo, de que la mejor forma de transformar este país es a través de su más grande activo que son sus niñas y niños, jóvenes, maestras y sus maestros, y que la mejor forma para igualar oportunidades, para ampliar las posibilidades, para que las y los mexicanos obtengan un empleo mejor remunerado y así, combatir la desigualdad y la pobreza que caminando por la ruta de la educación.