/ jueves 24 de agosto de 2017

El PRI, de cara a la nación

Hoy estaremos los priistas en nuestra XXII Asamblea Nacional de cara a la Nación, conscientes de su enorme importancia. De lo que acordemos y aprobemos, seguramente de vital importancia para la vida política e institucional de México, saldremos con la fortaleza para enfrentar no solo la competencia electoral por la Presidencia de la República sino también para seguir sirviendo y aportando al engrandecimiento nacional.

Muchos mexicanos que no militan en el PRI, pero que simpatizan o que son observadores de la vida política para analizar y decidir su voto, no saben bien a bien qué es lo que ahora estamos haciendo los priistas porque los reflectores de los medios de información se han concentrado en gran medida en la reforma de nuestros estatutos.

Pero hay datos que revelan la importancia de lo que hacemos, más allá del morbo político y del interés de los propios priistas y de los medios informativos. Es cierto que el objetivo primordial de la XXII Asamblea es obtener o delimitar el perfil que deba tener nuestro candidato a la Presidencia de la República, pero la Asamblea también debe conocer la situación política y electoral del partido para definir las políticas y líneas de acción a seguir.

También analizar la situación nacional, el desempeño de los integrantes de los poderes públicos, económicos y sociales para la mejor aplicación de los principios y programas del Partido.

Para lograr ese análisis real, objetivo, fue que se decidió integrar cinco mesas nacionales temáticas, para promover entre la militancia una participación plena, abierta y libre, así como una reflexión profunda sobre el proyecto de nación al que aspira el Partido.

Esas cinco mesas fueron:

Mesa Nacional de Estatutos, con sede en San Francisco de Campeche: Donde se debatió todo lo referente a la vida interna del partido, los estatutos, las reglas, los métodos de selección, entre otros.

Mesa Nacional de Visión de Futuro, con sede en Guadalajara: Donde se debatió lo que se quiere como partido, los objetivos, parte de la plataforma para los próximos tres años en los comicios federales y estatales, etcétera.

Mesa Nacional de Rendición de Cuentas y Ética, con sede en Mazatlán.

Mesa Nacional de Declaración de Principios, con sede en Saltillo.

Mesa Nacional de Programa de Acción, con sede en Toluca.

Para esta XXII Asamblea los priistas sabemos (sabíamos) que para lograr nuestro propósito como partido, y a partir de ahí seguir sirviendo a México, debemos salir hoy con la certeza de que cumplimos un gran requisito: la unidad.

No hay, no habrá, en el México de hoy no hay ninguna posibilidad de seguir sirviendo como partido en el poder si no llegamos a la elección del año próximo unidos, sólidos, con un gran programa de acción creíble para la ciudadanía, posible en su ejecución, surgido de las grandes demandas nacionales: mayor seguridad, cero corrupción e impunidad y una economía que pase de la macroeconomía saludable a una microeconomía que permita a las familias una vida digna.

Solo así el Revolucionario Institucional podrá decir que está de cara a la nación, por un lado, reconociendo y corrigiendo errores y vicios del pasado; por otro, presentando propuestas y acciones que satisfagan a los ciudadanos y, en el futuro inmediato, exponiendo al escrutinio público a candidatos con arraigo, con credibilidad, limpios, que puedan ver a la cara de los electores y se comprometan porque tienen solvencia, porque tienen capacidades, porque tienen experiencia y saben cómo atender y resolver los problemas en el día a día.

Lo han dicho priistas de antes y de ahora, muchos historiadores y estudiosos de nuestra vida nacional: México, el de las instituciones, no se entendería sin entender la propia vida del Revolucionario Institucional. Hoy los priistas queremos seguir haciendo historia construyendo el México del presente y del futuro, y para ello nos preparamos, está en nuestras manos, pero de cara a la Nación.

Hoy estaremos los priistas en nuestra XXII Asamblea Nacional de cara a la Nación, conscientes de su enorme importancia. De lo que acordemos y aprobemos, seguramente de vital importancia para la vida política e institucional de México, saldremos con la fortaleza para enfrentar no solo la competencia electoral por la Presidencia de la República sino también para seguir sirviendo y aportando al engrandecimiento nacional.

Muchos mexicanos que no militan en el PRI, pero que simpatizan o que son observadores de la vida política para analizar y decidir su voto, no saben bien a bien qué es lo que ahora estamos haciendo los priistas porque los reflectores de los medios de información se han concentrado en gran medida en la reforma de nuestros estatutos.

Pero hay datos que revelan la importancia de lo que hacemos, más allá del morbo político y del interés de los propios priistas y de los medios informativos. Es cierto que el objetivo primordial de la XXII Asamblea es obtener o delimitar el perfil que deba tener nuestro candidato a la Presidencia de la República, pero la Asamblea también debe conocer la situación política y electoral del partido para definir las políticas y líneas de acción a seguir.

También analizar la situación nacional, el desempeño de los integrantes de los poderes públicos, económicos y sociales para la mejor aplicación de los principios y programas del Partido.

Para lograr ese análisis real, objetivo, fue que se decidió integrar cinco mesas nacionales temáticas, para promover entre la militancia una participación plena, abierta y libre, así como una reflexión profunda sobre el proyecto de nación al que aspira el Partido.

Esas cinco mesas fueron:

Mesa Nacional de Estatutos, con sede en San Francisco de Campeche: Donde se debatió todo lo referente a la vida interna del partido, los estatutos, las reglas, los métodos de selección, entre otros.

Mesa Nacional de Visión de Futuro, con sede en Guadalajara: Donde se debatió lo que se quiere como partido, los objetivos, parte de la plataforma para los próximos tres años en los comicios federales y estatales, etcétera.

Mesa Nacional de Rendición de Cuentas y Ética, con sede en Mazatlán.

Mesa Nacional de Declaración de Principios, con sede en Saltillo.

Mesa Nacional de Programa de Acción, con sede en Toluca.

Para esta XXII Asamblea los priistas sabemos (sabíamos) que para lograr nuestro propósito como partido, y a partir de ahí seguir sirviendo a México, debemos salir hoy con la certeza de que cumplimos un gran requisito: la unidad.

No hay, no habrá, en el México de hoy no hay ninguna posibilidad de seguir sirviendo como partido en el poder si no llegamos a la elección del año próximo unidos, sólidos, con un gran programa de acción creíble para la ciudadanía, posible en su ejecución, surgido de las grandes demandas nacionales: mayor seguridad, cero corrupción e impunidad y una economía que pase de la macroeconomía saludable a una microeconomía que permita a las familias una vida digna.

Solo así el Revolucionario Institucional podrá decir que está de cara a la nación, por un lado, reconociendo y corrigiendo errores y vicios del pasado; por otro, presentando propuestas y acciones que satisfagan a los ciudadanos y, en el futuro inmediato, exponiendo al escrutinio público a candidatos con arraigo, con credibilidad, limpios, que puedan ver a la cara de los electores y se comprometan porque tienen solvencia, porque tienen capacidades, porque tienen experiencia y saben cómo atender y resolver los problemas en el día a día.

Lo han dicho priistas de antes y de ahora, muchos historiadores y estudiosos de nuestra vida nacional: México, el de las instituciones, no se entendería sin entender la propia vida del Revolucionario Institucional. Hoy los priistas queremos seguir haciendo historia construyendo el México del presente y del futuro, y para ello nos preparamos, está en nuestras manos, pero de cara a la Nación.