/ miércoles 17 de agosto de 2016

Fidel: genio y figura

A Mircea, por sus logros profesionales y el inicio de un cambio de vida

  • Rosamaría Villarello Reza

Nunca pensé que llegaría a esta edad; a esta época… fueron el sentir de las palabras que pronunció Fidel Castro hace poco tiempo, durante el congreso del todavía existente Partido Comunista, cuando se acercaba a su nonagésimo aniversario cumplido el 13 de agosto.

Un personaje que a sus 90, sigue siendo la personalidad más sobresaliente de su país y de América Latina, y con una poderosa influencia en el triángulo con Estados Unidos.

Fiel a sus convicciones, como significa su nombre, durante el festejo acompañado de su hermano, familiares y a un lado el Presidente venezolano Maduro -quien se veía muy orgulloso por el respaldo al y del líder- criticó a Barack Obama, aún con la reciente visita de este último a la Isla. Esta actitud es parte del juego del poder con una posición antiestadunidense, aún con el restablecimiento de relaciones diplomáticas, justificada durante las grandes intervenciones imperialistas del siglo XX; que le ha redituado al Gobierno cubano durante todos estos largos 57 años, para sostener un régimen que permanentemente ha sido denunciado por los disidentes y opositores de adentro y por los miles que has salido y siguen emigrando a otros países.

Raúl Castro como Presidente en funciones y sin lugar a dudas artífice de los principales cambios que se han dado en Cuba en los últimos tiempos ante las graves crisis internas, le ha tocado tomar el papel de aperturista y de buscar insertar a Cuba en el contexto de la globalización, tratando de detener una caída estrepitosa. Sin embargo, los pronósticos de un desplome ha sido sentenciado desde varias décadas atrás, sin que se hay producido.

En definitiva, estamos ante un caso único en la Historia mundial y aunque muchos especialistas consideran que “ahora sí” se va a dar un vuelco, el régimen ha tenido la habilidad de evitar el derrumbe, a pesar de las épocas tan difíciles que le ha tocado afrontar: quedarse sin su principales soportes internacionales y regionales: desde que la antigua URSS le suspendió los subsidios en los inicios de su propia desintegración, hasta sin el sostén de países que por solidaridad, compromiso o por intereses financieros latinoamericanos y de otros países le han tenido que rebajar o inclusive suspender.

Lo que muchos han mencionado como el invierno del patriarca en analogía a “El otoño del patriarca” todavía no se vislumbra el fin como lo noveliza García Márquez, por cierto su gran amigo. Desde hace muchos años los Castro y seguidores han venido preparando el terreno de las sucesiones, pero la longevidad de Fidel no la ha hecho posible. Raúl ha anunciado su retiro por lo que pronto conoceremos a su posible sucesor. Por un buen rato el mito se mantendrá ya que ineluctablemente por lo pronto se habla de un sobrino de éste o uno muy cercano proveniente de la misma dinastía. Dictadura al fin, con todo lo que conlleva, habrá que ver si los nuevos tiempos y circunstancias la logran mantener, con las consecuencias que cargue.

A Mircea, por sus logros profesionales y el inicio de un cambio de vida

  • Rosamaría Villarello Reza

Nunca pensé que llegaría a esta edad; a esta época… fueron el sentir de las palabras que pronunció Fidel Castro hace poco tiempo, durante el congreso del todavía existente Partido Comunista, cuando se acercaba a su nonagésimo aniversario cumplido el 13 de agosto.

Un personaje que a sus 90, sigue siendo la personalidad más sobresaliente de su país y de América Latina, y con una poderosa influencia en el triángulo con Estados Unidos.

Fiel a sus convicciones, como significa su nombre, durante el festejo acompañado de su hermano, familiares y a un lado el Presidente venezolano Maduro -quien se veía muy orgulloso por el respaldo al y del líder- criticó a Barack Obama, aún con la reciente visita de este último a la Isla. Esta actitud es parte del juego del poder con una posición antiestadunidense, aún con el restablecimiento de relaciones diplomáticas, justificada durante las grandes intervenciones imperialistas del siglo XX; que le ha redituado al Gobierno cubano durante todos estos largos 57 años, para sostener un régimen que permanentemente ha sido denunciado por los disidentes y opositores de adentro y por los miles que has salido y siguen emigrando a otros países.

Raúl Castro como Presidente en funciones y sin lugar a dudas artífice de los principales cambios que se han dado en Cuba en los últimos tiempos ante las graves crisis internas, le ha tocado tomar el papel de aperturista y de buscar insertar a Cuba en el contexto de la globalización, tratando de detener una caída estrepitosa. Sin embargo, los pronósticos de un desplome ha sido sentenciado desde varias décadas atrás, sin que se hay producido.

En definitiva, estamos ante un caso único en la Historia mundial y aunque muchos especialistas consideran que “ahora sí” se va a dar un vuelco, el régimen ha tenido la habilidad de evitar el derrumbe, a pesar de las épocas tan difíciles que le ha tocado afrontar: quedarse sin su principales soportes internacionales y regionales: desde que la antigua URSS le suspendió los subsidios en los inicios de su propia desintegración, hasta sin el sostén de países que por solidaridad, compromiso o por intereses financieros latinoamericanos y de otros países le han tenido que rebajar o inclusive suspender.

Lo que muchos han mencionado como el invierno del patriarca en analogía a “El otoño del patriarca” todavía no se vislumbra el fin como lo noveliza García Márquez, por cierto su gran amigo. Desde hace muchos años los Castro y seguidores han venido preparando el terreno de las sucesiones, pero la longevidad de Fidel no la ha hecho posible. Raúl ha anunciado su retiro por lo que pronto conoceremos a su posible sucesor. Por un buen rato el mito se mantendrá ya que ineluctablemente por lo pronto se habla de un sobrino de éste o uno muy cercano proveniente de la misma dinastía. Dictadura al fin, con todo lo que conlleva, habrá que ver si los nuevos tiempos y circunstancias la logran mantener, con las consecuencias que cargue.