/ jueves 22 de junio de 2017

Horizonte económico

El cambiante entorno mundial

El año inició con un panorama sombrío, marcado por el surgimiento de movimientos nacionalistas y barruntos proteccionistas, lo que hacía prever un difícil y adverso panorama económico mundial.

La decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea presagiaba una dura negociación, para tratar de paliar los efectos de Brexit, así como para mantener una posición de fuerza ante las amenazas que surgían sobre su posible desintegración. En medio de la incertidumbre sobre las futuras relaciones de la isla con el continente, se comenzaron a mudar empresas financieras hacia Francia, Alemania, Irlanda y en menor medida a España. La moneda británica ha estado bajo presiones especulativas y se preveía una fuerte contracción económica, así como la posibilidad de que otros piases siguieran el camino del Brexit, lo que rompería el importante bloque económico europeo y llevaría al colapso de euro.

Por su parte, la incertidumbre y expectativas que generó la política que pretendía aplicar el Gobierno norteamericano de Trump, contribuyó al enrarecimiento del panorama mundial, contribuyendo a propiciar el fortalecimiento del dólar y la consecuente pérdida de valor del resto de las monedas, sobre todo de las economías emergentes.

El panorama pesimista se completaba con la fuerza que comenzaron a tomar los movimientos nacionalistas y xenófobos en Francia y Alemania, así como por la volatilidad imperante en el mercado petrolero, tanto por la inestable situación en Medio Oriente y la crítica situación en Venezuela, como por las presiones de la producción norteamericana de yacimientos de esquisto.

Sin embargo, los reveses que ha sufrido Trump en sus decisiones en materia de migración y de cobertura médica, así como sobre la construcción del muro y sobre su propuesta presupuestal; han puesto en duda su inarticulado plan económico y revertido la fortaleza que había mostrado el dólar. Por su parte, la Reserva Federal continúa con su política de normalización monetaria y con las acciones para disminuir su balance y drenar liquidez en el mercado.

Asimismo, el triunfo indiscutible de Macron en Francia y el reposicionamiento de Merkel en Alemania, unido al descalabro de May en Reino Unido, está despejando los nubarrones que amenazaban a la economía mundial, aunque sin dejar de estar presentes riesgos que puedan disipar las perspectivas de una mejoría económica.

En este cambiante contexto internacional, México ha podido librar las amenazas externas, gracias a la estabilidad macroeconómica que se ha conseguido con políticas responsables y coordinadas en materia monetaria, financiera y hacendaria. El mercado interno se ha mantenido vigoroso y ha destacado la encomiable contribución del turismo y la prolífica labor de ProMéxico y de Bancomext.

De igual manera, la estrategia del canciller Videgaray y del secretario Guajardo para encaminar la renegociación de TLCAN y para enfrentar los conflictos comerciales y políticos, junto con la paulatina y firme instrumentación de las reformas estructurales; han mantenido la confianza y el rumbo de la economía. Sin embargo, persisten la inseguridad, la corrupción y la impunidad que dan pie al riesgo que puedan consolidarse las fuerzas populistas de la derecha y de la supuesta izquierda en las próximas elecciones presidenciales.

miggoib@unam.mx

El cambiante entorno mundial

El año inició con un panorama sombrío, marcado por el surgimiento de movimientos nacionalistas y barruntos proteccionistas, lo que hacía prever un difícil y adverso panorama económico mundial.

La decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea presagiaba una dura negociación, para tratar de paliar los efectos de Brexit, así como para mantener una posición de fuerza ante las amenazas que surgían sobre su posible desintegración. En medio de la incertidumbre sobre las futuras relaciones de la isla con el continente, se comenzaron a mudar empresas financieras hacia Francia, Alemania, Irlanda y en menor medida a España. La moneda británica ha estado bajo presiones especulativas y se preveía una fuerte contracción económica, así como la posibilidad de que otros piases siguieran el camino del Brexit, lo que rompería el importante bloque económico europeo y llevaría al colapso de euro.

Por su parte, la incertidumbre y expectativas que generó la política que pretendía aplicar el Gobierno norteamericano de Trump, contribuyó al enrarecimiento del panorama mundial, contribuyendo a propiciar el fortalecimiento del dólar y la consecuente pérdida de valor del resto de las monedas, sobre todo de las economías emergentes.

El panorama pesimista se completaba con la fuerza que comenzaron a tomar los movimientos nacionalistas y xenófobos en Francia y Alemania, así como por la volatilidad imperante en el mercado petrolero, tanto por la inestable situación en Medio Oriente y la crítica situación en Venezuela, como por las presiones de la producción norteamericana de yacimientos de esquisto.

Sin embargo, los reveses que ha sufrido Trump en sus decisiones en materia de migración y de cobertura médica, así como sobre la construcción del muro y sobre su propuesta presupuestal; han puesto en duda su inarticulado plan económico y revertido la fortaleza que había mostrado el dólar. Por su parte, la Reserva Federal continúa con su política de normalización monetaria y con las acciones para disminuir su balance y drenar liquidez en el mercado.

Asimismo, el triunfo indiscutible de Macron en Francia y el reposicionamiento de Merkel en Alemania, unido al descalabro de May en Reino Unido, está despejando los nubarrones que amenazaban a la economía mundial, aunque sin dejar de estar presentes riesgos que puedan disipar las perspectivas de una mejoría económica.

En este cambiante contexto internacional, México ha podido librar las amenazas externas, gracias a la estabilidad macroeconómica que se ha conseguido con políticas responsables y coordinadas en materia monetaria, financiera y hacendaria. El mercado interno se ha mantenido vigoroso y ha destacado la encomiable contribución del turismo y la prolífica labor de ProMéxico y de Bancomext.

De igual manera, la estrategia del canciller Videgaray y del secretario Guajardo para encaminar la renegociación de TLCAN y para enfrentar los conflictos comerciales y políticos, junto con la paulatina y firme instrumentación de las reformas estructurales; han mantenido la confianza y el rumbo de la economía. Sin embargo, persisten la inseguridad, la corrupción y la impunidad que dan pie al riesgo que puedan consolidarse las fuerzas populistas de la derecha y de la supuesta izquierda en las próximas elecciones presidenciales.

miggoib@unam.mx