/ viernes 23 de junio de 2017

Horizonte económico

Generación de empleo, prioridad impostergable

Retomando el tema de aquellos que aspiran a tener el privilegio de gobernar este país para el periodo 2018-2024, es indispensable que tengan como prioridad el bienestar de la población y para ello la condición fundamental es que se logre la generación de empleo y que sea éste y la remuneración que por ello perciba, lo que permita que el ciudadano tenga el soporte real para un mínimo de bienestar.

Para que esa condición sea real es necesaria una revisión de fondo de la Política Económica a instrumentar, donde, efectivamente la prioridad sea el bienestar del mexicano y una condicionante sin duda, es que cuenten con empleo.

En ese sentido, la revisión de fondo de la Política Económica tiene que considerarse desde un esquema inicial que la meta de crecimiento sea el instrumento a partir del cual la generación de empleo sería ya un resultado, es decir, crecimiento y empleo son variables que van de la mano y por ello, es entendible porqué a la fecha y en los últimos lustros la Tasa de Crecimiento ha estado por debajo de su potencial, por que la prioridad de la Política Económica ha sido registrar la tasa más baja posible de inflación.

Es evidente que controlar la inflación también tiene que ser una prioridad, pero nunca por encima de la del empleo. Queda claro que para las tesis neoliberales el control de la inflación el mínimo nivel posible es, y así ocurrió en el país, la meta central, pero sin entrar en polémica sobre tópico tan controversial, lo real es que ese Modelo registró agotamiento hacia el 2008, lo que se expresó en la crisis de 2009, que ocurrió en el ámbito internacional y desde luego impactó a nuestra economía.

Pero la problemática es que con el modelo ya agotado la prioridad siga siendo la misma donde año con año y del 2009 a la fecha no ha sido la excepción, la meta de crecimiento de inflación se ha mantenido en 3%, cifra irreal e inalcanzable para una economía como la mexicana, donde además de la inflación importada se registran fallas estructurales a nivel sectorial y abatir la inflación se convierte en el centro de toda la Política Económica.

Se requiere entonces que quienes tengan la decisión de Política Económica en el país den lugar a una reorientación de fondo donde el bienestar del mexicano esté por encima de cualquier otra variable, que controlar la inflación siga siendo una meta pero que sea acorde a las tasas de crecimiento en esa nueva etapa.

Por lo regular un planteamiento justificante es la insuficiencia de ingresos para financiar una mayor tasa de crecimiento, pero es real que el círculo vicioso que se ha generado se profundiza cada vez más y se requiere un golpe de timón para que comience un reordenamiento en esa materia.

Esto es, que a medida que haya más crecimiento tendrá lugar una mayor recaudación tributaria, porque los volúmenes de Impuestos Sobre la Renta y el IVA, tendrán que ser mayores, en consecuencia la capacidad para financiar el crecimiento se acrecienta, a ello habría que agregar los ingresos que por Inversión Extranjera Directa derivan de la Reforma Energética, que al momento no forman parte del Presupuesto, pero tendrán que hacerlo o por lo menos, son recursos que pueden ser utilizados para el destino que la autoridad determine.

Es por eso que resulta conveniente que los equipos económicos de los aspirantes a gobernar este país tengan claro que su principal preocupación, meta, compromiso y definición de estrategias para conseguirlo, es indudablemente la generación de empleos, que sigan controlando la inflación pero a niveles en donde no riña con el crecimiento y la generación de empleo, desde luego que esto es una cuestión ideológica, pero que no quede duda que ninguna ideología ni corriente política están por encima del bienestar del mexicano.

*estudioshacendarios.cmlm@hotmail.com

Generación de empleo, prioridad impostergable

Retomando el tema de aquellos que aspiran a tener el privilegio de gobernar este país para el periodo 2018-2024, es indispensable que tengan como prioridad el bienestar de la población y para ello la condición fundamental es que se logre la generación de empleo y que sea éste y la remuneración que por ello perciba, lo que permita que el ciudadano tenga el soporte real para un mínimo de bienestar.

Para que esa condición sea real es necesaria una revisión de fondo de la Política Económica a instrumentar, donde, efectivamente la prioridad sea el bienestar del mexicano y una condicionante sin duda, es que cuenten con empleo.

En ese sentido, la revisión de fondo de la Política Económica tiene que considerarse desde un esquema inicial que la meta de crecimiento sea el instrumento a partir del cual la generación de empleo sería ya un resultado, es decir, crecimiento y empleo son variables que van de la mano y por ello, es entendible porqué a la fecha y en los últimos lustros la Tasa de Crecimiento ha estado por debajo de su potencial, por que la prioridad de la Política Económica ha sido registrar la tasa más baja posible de inflación.

Es evidente que controlar la inflación también tiene que ser una prioridad, pero nunca por encima de la del empleo. Queda claro que para las tesis neoliberales el control de la inflación el mínimo nivel posible es, y así ocurrió en el país, la meta central, pero sin entrar en polémica sobre tópico tan controversial, lo real es que ese Modelo registró agotamiento hacia el 2008, lo que se expresó en la crisis de 2009, que ocurrió en el ámbito internacional y desde luego impactó a nuestra economía.

Pero la problemática es que con el modelo ya agotado la prioridad siga siendo la misma donde año con año y del 2009 a la fecha no ha sido la excepción, la meta de crecimiento de inflación se ha mantenido en 3%, cifra irreal e inalcanzable para una economía como la mexicana, donde además de la inflación importada se registran fallas estructurales a nivel sectorial y abatir la inflación se convierte en el centro de toda la Política Económica.

Se requiere entonces que quienes tengan la decisión de Política Económica en el país den lugar a una reorientación de fondo donde el bienestar del mexicano esté por encima de cualquier otra variable, que controlar la inflación siga siendo una meta pero que sea acorde a las tasas de crecimiento en esa nueva etapa.

Por lo regular un planteamiento justificante es la insuficiencia de ingresos para financiar una mayor tasa de crecimiento, pero es real que el círculo vicioso que se ha generado se profundiza cada vez más y se requiere un golpe de timón para que comience un reordenamiento en esa materia.

Esto es, que a medida que haya más crecimiento tendrá lugar una mayor recaudación tributaria, porque los volúmenes de Impuestos Sobre la Renta y el IVA, tendrán que ser mayores, en consecuencia la capacidad para financiar el crecimiento se acrecienta, a ello habría que agregar los ingresos que por Inversión Extranjera Directa derivan de la Reforma Energética, que al momento no forman parte del Presupuesto, pero tendrán que hacerlo o por lo menos, son recursos que pueden ser utilizados para el destino que la autoridad determine.

Es por eso que resulta conveniente que los equipos económicos de los aspirantes a gobernar este país tengan claro que su principal preocupación, meta, compromiso y definición de estrategias para conseguirlo, es indudablemente la generación de empleos, que sigan controlando la inflación pero a niveles en donde no riña con el crecimiento y la generación de empleo, desde luego que esto es una cuestión ideológica, pero que no quede duda que ninguna ideología ni corriente política están por encima del bienestar del mexicano.

*estudioshacendarios.cmlm@hotmail.com