/ jueves 13 de julio de 2017

Horizonte económico

Incertidumbre política y debilidad externa

Durante el primer semestre del año, el país ha mantenido un ritmo de crecimiento y de creación de empleo superior a las expectativas que, desde los últimos meses del año pasado, se habían creado ante el temor de las propuestas proteccionistas y fiscales de Trump, al considerar que amenazaban la continuidad de las relaciones comerciales, financieras y de los flujos de inversión y migratorios.

Las medidas que tomaron las autoridades hacendarias y el banco central en materia fiscal, monetaria y cambiaria, así como la estrategia diplomática para sensibilizar a los sectores empresariales norteamericanos sobre la importancia de las relaciones económicas bilaterales, permitieron cambiar la tendencia de ajustar a la baja las perspectivas. Adicionalmente, el entorno externo, aunque complicado, se ha venido aclarando, a pesar de la incertidumbre que generan las impredecibles reacciones del presidente norteamericano.

Sin embargo, en la encuesta del Banco de México sobre la percepción del sector privado y académico acerca del comportamiento de la economía, correspondiente al mes de junio y que se dio a conocer la semana pasada, los inversionistas y especialistas en economía consultados consideran que persisten los riesgos de que la economía se pueda descarrilar ante la incertidumbre política que genera el próximo proceso electoral, así como ante la debilidad y fragilidad que continúa presentando la economía mundial.

La posibilidad de que el próximo sexenio se produzca una ruptura en la transformación estructural que se ha venido dando en el país para poder ingresar a la cuarta revolución industrial, llevaría a que México se rezague del progreso mundial, que será la tónica de todo el siglo XXI. Las propuestas de populismo económico encuentran eco en la inconformidad de la población con las instituciones, ante la incapacidad de los políticos, los partidos y los gobiernos para dar respuestas contundentes a los estragos originados por la crisis financiera mundial y al posterior largo periodo de recesión, originando movimientos de indignación que alimentan las propuestas proteccionistas y exacerban los nacionalismos.

En cuanto a la economía mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó en la reunión del G 20, que se llevó a cabo el fin de semana pasada en Alemania, un documento sobre los retos que se tienen que enfrentar en los próximos años. En dicho documento se destaca que a pesar que se han mitigado los riesgos de un nuevo ciclo recesivo, persiste el lento crecimiento económico y de la productividad, así como la falta de inversión para capacitar a la fuerza de trabajo para satisfacer los requerimientos que demandará la economía digital de las próximas décadas.

De igual manera, considera que los persistentes desequilibrios mundiales y la desigualdad en la distribución de la riqueza son otros de los obstáculos que debilitan el comportamiento de la economía mundial, lo que podría agravarse ante la falta de apoyo a la incorporación a las actividades productivas de la población femenina, en igualdad de condiciones, así como por el envejecimiento de la población.

Ante estos desafíos mundiales, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, llamó a los países a continuar fortaleciendo la cooperación multilateral y a desechar las tentaciones aislacionistas, como único camino para enfrentar un mundo crecientemente integrado por las tecnologías de la información y por la economía digital.

miggoib@unam.mx

Incertidumbre política y debilidad externa

Durante el primer semestre del año, el país ha mantenido un ritmo de crecimiento y de creación de empleo superior a las expectativas que, desde los últimos meses del año pasado, se habían creado ante el temor de las propuestas proteccionistas y fiscales de Trump, al considerar que amenazaban la continuidad de las relaciones comerciales, financieras y de los flujos de inversión y migratorios.

Las medidas que tomaron las autoridades hacendarias y el banco central en materia fiscal, monetaria y cambiaria, así como la estrategia diplomática para sensibilizar a los sectores empresariales norteamericanos sobre la importancia de las relaciones económicas bilaterales, permitieron cambiar la tendencia de ajustar a la baja las perspectivas. Adicionalmente, el entorno externo, aunque complicado, se ha venido aclarando, a pesar de la incertidumbre que generan las impredecibles reacciones del presidente norteamericano.

Sin embargo, en la encuesta del Banco de México sobre la percepción del sector privado y académico acerca del comportamiento de la economía, correspondiente al mes de junio y que se dio a conocer la semana pasada, los inversionistas y especialistas en economía consultados consideran que persisten los riesgos de que la economía se pueda descarrilar ante la incertidumbre política que genera el próximo proceso electoral, así como ante la debilidad y fragilidad que continúa presentando la economía mundial.

La posibilidad de que el próximo sexenio se produzca una ruptura en la transformación estructural que se ha venido dando en el país para poder ingresar a la cuarta revolución industrial, llevaría a que México se rezague del progreso mundial, que será la tónica de todo el siglo XXI. Las propuestas de populismo económico encuentran eco en la inconformidad de la población con las instituciones, ante la incapacidad de los políticos, los partidos y los gobiernos para dar respuestas contundentes a los estragos originados por la crisis financiera mundial y al posterior largo periodo de recesión, originando movimientos de indignación que alimentan las propuestas proteccionistas y exacerban los nacionalismos.

En cuanto a la economía mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó en la reunión del G 20, que se llevó a cabo el fin de semana pasada en Alemania, un documento sobre los retos que se tienen que enfrentar en los próximos años. En dicho documento se destaca que a pesar que se han mitigado los riesgos de un nuevo ciclo recesivo, persiste el lento crecimiento económico y de la productividad, así como la falta de inversión para capacitar a la fuerza de trabajo para satisfacer los requerimientos que demandará la economía digital de las próximas décadas.

De igual manera, considera que los persistentes desequilibrios mundiales y la desigualdad en la distribución de la riqueza son otros de los obstáculos que debilitan el comportamiento de la economía mundial, lo que podría agravarse ante la falta de apoyo a la incorporación a las actividades productivas de la población femenina, en igualdad de condiciones, así como por el envejecimiento de la población.

Ante estos desafíos mundiales, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, llamó a los países a continuar fortaleciendo la cooperación multilateral y a desechar las tentaciones aislacionistas, como único camino para enfrentar un mundo crecientemente integrado por las tecnologías de la información y por la economía digital.

miggoib@unam.mx