/ miércoles 14 de junio de 2017

Juego de palabras

El peor abuso del poder

De los abusos del poder, se dice que el peor es no usarlo.

Deslumbrados por un siglo de poder Ejecutivo omnímodo, la mayor parte de los mexicanos está convencido que el poder entre nosotros lo ejercen solamente el Presidente y los gobernadores de los estados. Es un fenómeno llamado “escotoma”  que  consiste en ver, o no ver, lo que queremos o no queremos, porque por todas partes está escrito que el Estado mexicano tiene tres Poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. O sea, que legisladores y magistrados ejercen la misma calidad –aunque quizá no la misma cantidad– de poder que Presidentes y gobernadores. Erróneamente también, se identifica “el gobierno” con el Poder Ejecutivo. Diputados, senadores y jueces son tan gobierno como un secretario de Despacho, un policía, o un embajador.

Entonces, si en una especie de silogismo periodístico, consideramos los dos primeros párrafos de este ensayo como premisas, emerge una conclusión que a muchos parecerá descontextuada: cuando un legislador no legisla, está abusando de su poder, tan gravemente, o quizá más, que cuando utiliza su encargo para hacer negocios o pedir dinero, como al parecer lo ha hecho el diputado panista Enrique Flores Flores en San Luis Potosí.

EL PERIODO EXTRAORDINARIO COMO MONEDA DE CAMBIO

En recientes declaraciones, el senador Emilio Gamboa, coordinador del Grupo Parlamentario del PRI en el Senado, ha dicho que esa formación está lista y preparada para ir a un Periodo Extraordinario de Sesiones, por lo que reitera la convocatoria a los otros Grupos Parlamentarios a buscar los acuerdos necesarios para analizar, discutir y elaborar los dictámenes necesarios y así cumplir con la responsabilidad que como senadores tenemos con la sociedad mexicana.

Los priistas en el Senado –añadió- insistimos en que el periodo extraordinario de sesiones no debe ser utilizado como rehén de los procesos electorales ni como objeto de canje o condición, ya que temas como el de la Ley de Seguridad Interior, la ley federal que endurece las sanciones para combatir el robo de hidrocarburos, la elección del Fiscal Anticorrupción y lo relacionado con el Fiscal General no pueden esperar más.

Finalmente, Gamboa estableció que el Grupo Parlamentario del PRI está listo y con ánimo para asistir al Periodo Extraordinario de Sesiones en fechas próximas y confía en que, una vez más, en el Senado de la República los Grupos Parlamentarios sabrán privilegiar la política para llegar a los acuerdos y consensos que  permitan concretar las reformas legislativas que la sociedad exige y merece.

Pero, hasta el momento, como quien oye llover.

Ricardo Anaya, presidente del PAN, quien no ha podido superar el ridículo que hizo la tarde de la elección, cuando anunció tres victorias ( y peor aún, cuando los números oficiales colocaron a su candidata en cuarto lugar en el Edomex ) se aferra a una cada vez deteriorada posibilidad de ser candidato presidencial, soltando impugnaciones como programas de cine en el Estado de México –apoyando a Morena, buscando que Morena lo apoye en Coahuila– y en la patria chica de Francisco I. Madero y Venustiano Carranza, buscando recomponer su maltrecha imagen.

Y el PRD, que preside la Jucopo, se hace como la mamá del muerto –pen*eja para no dar café– escudándose en el nuevo presupuesto.

O sea, están abusando de su poder. Y lo pagarán, vaya que sí lo pagarán.

Buenos días. Buena suerte.

juegodepalabras1@yahoo.com

Sitio Web: juegodepalabras.mx

El peor abuso del poder

De los abusos del poder, se dice que el peor es no usarlo.

Deslumbrados por un siglo de poder Ejecutivo omnímodo, la mayor parte de los mexicanos está convencido que el poder entre nosotros lo ejercen solamente el Presidente y los gobernadores de los estados. Es un fenómeno llamado “escotoma”  que  consiste en ver, o no ver, lo que queremos o no queremos, porque por todas partes está escrito que el Estado mexicano tiene tres Poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. O sea, que legisladores y magistrados ejercen la misma calidad –aunque quizá no la misma cantidad– de poder que Presidentes y gobernadores. Erróneamente también, se identifica “el gobierno” con el Poder Ejecutivo. Diputados, senadores y jueces son tan gobierno como un secretario de Despacho, un policía, o un embajador.

Entonces, si en una especie de silogismo periodístico, consideramos los dos primeros párrafos de este ensayo como premisas, emerge una conclusión que a muchos parecerá descontextuada: cuando un legislador no legisla, está abusando de su poder, tan gravemente, o quizá más, que cuando utiliza su encargo para hacer negocios o pedir dinero, como al parecer lo ha hecho el diputado panista Enrique Flores Flores en San Luis Potosí.

EL PERIODO EXTRAORDINARIO COMO MONEDA DE CAMBIO

En recientes declaraciones, el senador Emilio Gamboa, coordinador del Grupo Parlamentario del PRI en el Senado, ha dicho que esa formación está lista y preparada para ir a un Periodo Extraordinario de Sesiones, por lo que reitera la convocatoria a los otros Grupos Parlamentarios a buscar los acuerdos necesarios para analizar, discutir y elaborar los dictámenes necesarios y así cumplir con la responsabilidad que como senadores tenemos con la sociedad mexicana.

Los priistas en el Senado –añadió- insistimos en que el periodo extraordinario de sesiones no debe ser utilizado como rehén de los procesos electorales ni como objeto de canje o condición, ya que temas como el de la Ley de Seguridad Interior, la ley federal que endurece las sanciones para combatir el robo de hidrocarburos, la elección del Fiscal Anticorrupción y lo relacionado con el Fiscal General no pueden esperar más.

Finalmente, Gamboa estableció que el Grupo Parlamentario del PRI está listo y con ánimo para asistir al Periodo Extraordinario de Sesiones en fechas próximas y confía en que, una vez más, en el Senado de la República los Grupos Parlamentarios sabrán privilegiar la política para llegar a los acuerdos y consensos que  permitan concretar las reformas legislativas que la sociedad exige y merece.

Pero, hasta el momento, como quien oye llover.

Ricardo Anaya, presidente del PAN, quien no ha podido superar el ridículo que hizo la tarde de la elección, cuando anunció tres victorias ( y peor aún, cuando los números oficiales colocaron a su candidata en cuarto lugar en el Edomex ) se aferra a una cada vez deteriorada posibilidad de ser candidato presidencial, soltando impugnaciones como programas de cine en el Estado de México –apoyando a Morena, buscando que Morena lo apoye en Coahuila– y en la patria chica de Francisco I. Madero y Venustiano Carranza, buscando recomponer su maltrecha imagen.

Y el PRD, que preside la Jucopo, se hace como la mamá del muerto –pen*eja para no dar café– escudándose en el nuevo presupuesto.

O sea, están abusando de su poder. Y lo pagarán, vaya que sí lo pagarán.

Buenos días. Buena suerte.

juegodepalabras1@yahoo.com

Sitio Web: juegodepalabras.mx