/ lunes 21 de noviembre de 2016

La devaluación mexicana: 21,700 veces en 140 años

  • Betty Zanolli Fabila

México atraviesa por la peor crisis no solo de la posrevolución, sino de toda su historia: económica, política, ideológica y social. Y cada una de las medidas que adopta el gobierno tal parece que, en vez de remediar la situación, está pensada para agudizar el caldo de cultivo más peligroso que hayamos tenido, pues en el interactúan -como nunca antes- tanto factores internos como externos altamente dañinos. La más reciente: el criminal incremento de 50 puntos de la tasa de interés interbancaria a un día, que pasó de 4.75 a 5.25 por ciento y del cual ya se anuncia podría haber otro antes de que finalice 2016 cercano a 6.25 por ciento debido a los riesgos endógenos y desarrollo de los mercados financieros. Con ello, la tasa subió cuatro veces en lo que va del año hasta 2 puntos porcentuales, alcanzando la tasa de referencia que tuvo el Banco de México el 18 de junio de 2009 -a de la crisis económica de 2008-,lo que eleva en 200 puntos base el referencial, primero por el Brexit y ahora por el fenómeno Trump. El objetivo es, se nos dice, “mantener la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda”, pero bien sabemos que eso detonará –como lo está haciendo- en una severa inflación y decremento económico como nunca antes hemos tenido.Decisión injustificable como también contradictorias y cambiantes son las declaraciones “meteorológicas” del gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, quien a finales de septiembre señaló que si ganaba Trump nos esperaría “un panorama desastroso”, comparable a “un huracán de máxima potencia”, pero tan sólo hace unos días ya reviró al señalar que estaba “disminuyendo la magnitud”. ¿Quién puede creerlo ante semejante panorama, el más negro de todos los tiempos? Tan solo consideremos la devaluación que sufrió el peso mexicano a partir de que comenzó a vislumbrarse el triunfo republicano el mismo día de la contienda electoral, al llegar a 21.70 pesos por dólar, esto es, una caída de 13 por ciento en cuestión de horas: así fue la primera reacción de la política económica mexicana tras la confirmación de la victoria trumpiana.

¿Podemos imaginarnos qué podrá ocurrir en los próximos meses? Sin duda una brutal recesión económica a la que el pueblo de México estará sometido, y cuando digo pueblo no me refiero obviamente a los grupos cupulares del poder económico, que salen no solo ilesos sino fortalecidos de las crisis, sino al grueso de la población -95 por ciento de ella- que padece la desaceleración del consumo y el deterioro en su capacidad de pago ante la elevación de las tasas de interés. Y no podría ser menos, hoy nuestro peso vale presuntamente apenas 46 centavos de dólar.Pero el panorama es infinitamente más dantesco y si queremos tener una mejor idea de lo que es realmente el “crecimiento” económico de nuestro país, debemos revisar la historia de nuestras devaluaciones en los últimos 140 años.

Fue en 1875 la última vez en que el peso mexicano se cotizaba más alto que el dólar: 1.01 pesos. En 1904 se devaluó a 2.38; en 1914 a 4.28; una tercera devaluación tuvo lugar en 1931 y para 1938, se fijaba su paridad en 4.52 pesos por dólar, esto es, se había devaluado 452 por ciento en 63 años. Una década más tarde llegó a 8.65 pesos y en 1954 a 12.50 la moneda nacional, paridad que mantuvo hasta su séptima devaluación en agosto de 1976, en que comenzó la caída abismal de nuestra moneda al alcanzar los 22.00 pesos. En 1982 se devaluó primero a 37.66 y luego a 74.04, pero en diciembre el entonces presidente Miguel de la Madrid fijó dos valores: 150.00 para el cambio libre y 70.00 pesos para los mexdólares. Sin embargo, lo peor estaba por venir: en seis años tuvimos una devaluación de 3,975 por ciento y al cierre del mandato la cotización llegó a 2 mil 278. Para cuando arriba al poder Carlos Salinas de Gortari, el peso está en 2,330.00 por dólar, y es entonces cuando éste decreta la entrada en circulación a partir de enero de 1993 de una nueva unidad del sistema monetario, el “nuevo peso”, que substituiría a razón de un nuevo peso a mil de los antiguos -momento en el que nuestra moneda ya rondaba los 3,329.60 pesos por dólar. De entonces a la fecha, el peso continúa su incontenible espiral devaluatoria, por lo que si no hacemos la conversión antes aludida, para 2000 el tipo de cambio era de 9,800 y ya para 2008 rondaba los 13,000 pesos. Hoy, a menos de una década, el peso ha casi vuelto a la paridad de 22 unidades por dólar que tuvo en 1976. Sí, pero en realidad nuestra devaluación frente a dicha moneda en los últimos 140 años ha sido de 21,700 veces, algo inconcebible, al llegar a 21,700 pesos por dólar, lo que equivale a decir que en la actualidad un peso mexicano representa 0.00004608 de dólar. Tal es la magnitud real de nuestra devaluación en 140 años.

Lo sorprendente es que aún México exista como país soberano e independiente, bueno, cuando menos oficialmente. bettyzanolli@gmail.com     @BettyZanolli

  • Betty Zanolli Fabila

México atraviesa por la peor crisis no solo de la posrevolución, sino de toda su historia: económica, política, ideológica y social. Y cada una de las medidas que adopta el gobierno tal parece que, en vez de remediar la situación, está pensada para agudizar el caldo de cultivo más peligroso que hayamos tenido, pues en el interactúan -como nunca antes- tanto factores internos como externos altamente dañinos. La más reciente: el criminal incremento de 50 puntos de la tasa de interés interbancaria a un día, que pasó de 4.75 a 5.25 por ciento y del cual ya se anuncia podría haber otro antes de que finalice 2016 cercano a 6.25 por ciento debido a los riesgos endógenos y desarrollo de los mercados financieros. Con ello, la tasa subió cuatro veces en lo que va del año hasta 2 puntos porcentuales, alcanzando la tasa de referencia que tuvo el Banco de México el 18 de junio de 2009 -a de la crisis económica de 2008-,lo que eleva en 200 puntos base el referencial, primero por el Brexit y ahora por el fenómeno Trump. El objetivo es, se nos dice, “mantener la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda”, pero bien sabemos que eso detonará –como lo está haciendo- en una severa inflación y decremento económico como nunca antes hemos tenido.Decisión injustificable como también contradictorias y cambiantes son las declaraciones “meteorológicas” del gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, quien a finales de septiembre señaló que si ganaba Trump nos esperaría “un panorama desastroso”, comparable a “un huracán de máxima potencia”, pero tan sólo hace unos días ya reviró al señalar que estaba “disminuyendo la magnitud”. ¿Quién puede creerlo ante semejante panorama, el más negro de todos los tiempos? Tan solo consideremos la devaluación que sufrió el peso mexicano a partir de que comenzó a vislumbrarse el triunfo republicano el mismo día de la contienda electoral, al llegar a 21.70 pesos por dólar, esto es, una caída de 13 por ciento en cuestión de horas: así fue la primera reacción de la política económica mexicana tras la confirmación de la victoria trumpiana.

¿Podemos imaginarnos qué podrá ocurrir en los próximos meses? Sin duda una brutal recesión económica a la que el pueblo de México estará sometido, y cuando digo pueblo no me refiero obviamente a los grupos cupulares del poder económico, que salen no solo ilesos sino fortalecidos de las crisis, sino al grueso de la población -95 por ciento de ella- que padece la desaceleración del consumo y el deterioro en su capacidad de pago ante la elevación de las tasas de interés. Y no podría ser menos, hoy nuestro peso vale presuntamente apenas 46 centavos de dólar.Pero el panorama es infinitamente más dantesco y si queremos tener una mejor idea de lo que es realmente el “crecimiento” económico de nuestro país, debemos revisar la historia de nuestras devaluaciones en los últimos 140 años.

Fue en 1875 la última vez en que el peso mexicano se cotizaba más alto que el dólar: 1.01 pesos. En 1904 se devaluó a 2.38; en 1914 a 4.28; una tercera devaluación tuvo lugar en 1931 y para 1938, se fijaba su paridad en 4.52 pesos por dólar, esto es, se había devaluado 452 por ciento en 63 años. Una década más tarde llegó a 8.65 pesos y en 1954 a 12.50 la moneda nacional, paridad que mantuvo hasta su séptima devaluación en agosto de 1976, en que comenzó la caída abismal de nuestra moneda al alcanzar los 22.00 pesos. En 1982 se devaluó primero a 37.66 y luego a 74.04, pero en diciembre el entonces presidente Miguel de la Madrid fijó dos valores: 150.00 para el cambio libre y 70.00 pesos para los mexdólares. Sin embargo, lo peor estaba por venir: en seis años tuvimos una devaluación de 3,975 por ciento y al cierre del mandato la cotización llegó a 2 mil 278. Para cuando arriba al poder Carlos Salinas de Gortari, el peso está en 2,330.00 por dólar, y es entonces cuando éste decreta la entrada en circulación a partir de enero de 1993 de una nueva unidad del sistema monetario, el “nuevo peso”, que substituiría a razón de un nuevo peso a mil de los antiguos -momento en el que nuestra moneda ya rondaba los 3,329.60 pesos por dólar. De entonces a la fecha, el peso continúa su incontenible espiral devaluatoria, por lo que si no hacemos la conversión antes aludida, para 2000 el tipo de cambio era de 9,800 y ya para 2008 rondaba los 13,000 pesos. Hoy, a menos de una década, el peso ha casi vuelto a la paridad de 22 unidades por dólar que tuvo en 1976. Sí, pero en realidad nuestra devaluación frente a dicha moneda en los últimos 140 años ha sido de 21,700 veces, algo inconcebible, al llegar a 21,700 pesos por dólar, lo que equivale a decir que en la actualidad un peso mexicano representa 0.00004608 de dólar. Tal es la magnitud real de nuestra devaluación en 140 años.

Lo sorprendente es que aún México exista como país soberano e independiente, bueno, cuando menos oficialmente. bettyzanolli@gmail.com     @BettyZanolli