/ viernes 1 de septiembre de 2017

La moviola / El wannabismo perestroiko: Guardianes

por Gerardo Gil Ballesteros

De plano ya en el mejor ejemplo de decadencia cultural llega a las pantallas grandes Guardianes (Zashchitniki, Sarik Andreasyan, 2016) filme ruso que le apuesta al cine de superhéroes y con estilo de comic pero sin seguir una mitología propia, lo cual hubiera sido interesante.

 Lo que hace, es copiar cínicamente a Hollywood, logrando una sucesión de clichés que acercan  más al filme a un humor involuntario muy torpe y poco disfrutable hasta para el espectador más cínico.

Porque alejarse de Hollywood no es tan difícil, aun cuando el blockbuster ha popularizado este cine y para poner un par de ejemplos están la serie de filmes sobre Fantomas, el famosísimo  antihéroe francés, personaje creado por Marcel Allain en 1911 y que tuvo una larga serie de filmes, desde la época silente hasta la década de los setenta y a nuestro popular Kalimán, personaje salido de la mente de Rafael Cutberto Navarro y Modesto Vázquez González para la radio y después la historieta con dos adaptaciones al cine, es verdad que poco afortunadas, pero por lo menos no negaban en el fondo una identidad propia.

El problema con Guardianes, es su absoluto querer ser y no poder. Su intención de copiar de mala manera los esquemas más sólidos del género desde la perspectiva hollywoodense, con final post créditos incluidos, que ya a esas alturas convierte al asunto en algo hilarante.

Durante la Guerra Fría en la Unión Soviética, una organización llamada Los Patriotas crea a un grupo de super humanos para defender al país. El experimento no sale del todo bien y trae como consecuencia que los voluntarios vivan como forajidos y a un científico loco para completar al cuadro.

Décadas después, el científico aparece para cobrar venganza ¿De qué es la pregunta? Pero eso sí, deja establecido que el enemigo es interno. Los super humanos, deberán reunirse para combatir la amenaza.

Y desde ahí el asunto no tiene desperdicio, porque los poderes van desde un hombre que se convierte en oso (prófugo de anuncio de colchones) hasta un sujeto que tiene el poder de aventar rocas. Cada uno, ya muy avanzado el filme, con trágico pasado incluido que se explica mediante breve escena para dar personalidad, en lo que cabe, a los personajes.

Escenita de desastre incluido en la avenida para la escena de  la batalla final, un romance entre dos personajes, el rebelde del grupo, al que se le murió su hermano en una batalla, en fin, ya el asunto si se ve desde la perspectiva de la copia barata no tiene

desperdicio.

Lo que vemos con Guardianeses una clara muestra del vacío cultural de algunos directores nacidos a finales de la década de los ochenta y su carencia, por lo que se ve en el filme, de verdaderos pilares culturales. La vida post perestroika y la era Marvel-DC como único referente cultural.

 

EN CORTO

Afortunadamente no solo la pantalla grande ofrece ese panorama porque ya viene la edición 21 del Tour de cine Francés. Este año, en la programación se podrán filmes de directores como Francois Ozon con Frantz, Los exdirigida por Maurice Barthélemy, Paso a pasode Grand Corps y Malade y MehdiIdir. Entre otras.

Cabe destacar el filme El viñedo que nos une (Ce quinouis lie, CédricKlapisch, 2017), sobre tres hermanos, que al regreso de uno de ellos después de años de ausencia y a la muerte de su padre, heredan un viñedo en Borgoña.

Los personajes, son mostrados a pesar de la contención en las escenas de drama, en un momento crucial en su vida. El hermano que regresa pero no cierra heridas del pasado, pero que a su vez no termina de entender sus responsabilidades, la joven que no ha asumido su fuerza interna y el más joven que carece de carácter para tomar las riendas de su vida.

Porque el tono más bien amable con que se desarrolla el filme, característico del director, no escatima las carencias de los personajes, pero estás logran en el espectador sienta más bien empatía. Una muestra de lo que tiene el Tour de Cine Francés este año. Para mayores informes de la programación:

www.tourdecinefrances.com.

por Gerardo Gil Ballesteros

De plano ya en el mejor ejemplo de decadencia cultural llega a las pantallas grandes Guardianes (Zashchitniki, Sarik Andreasyan, 2016) filme ruso que le apuesta al cine de superhéroes y con estilo de comic pero sin seguir una mitología propia, lo cual hubiera sido interesante.

 Lo que hace, es copiar cínicamente a Hollywood, logrando una sucesión de clichés que acercan  más al filme a un humor involuntario muy torpe y poco disfrutable hasta para el espectador más cínico.

Porque alejarse de Hollywood no es tan difícil, aun cuando el blockbuster ha popularizado este cine y para poner un par de ejemplos están la serie de filmes sobre Fantomas, el famosísimo  antihéroe francés, personaje creado por Marcel Allain en 1911 y que tuvo una larga serie de filmes, desde la época silente hasta la década de los setenta y a nuestro popular Kalimán, personaje salido de la mente de Rafael Cutberto Navarro y Modesto Vázquez González para la radio y después la historieta con dos adaptaciones al cine, es verdad que poco afortunadas, pero por lo menos no negaban en el fondo una identidad propia.

El problema con Guardianes, es su absoluto querer ser y no poder. Su intención de copiar de mala manera los esquemas más sólidos del género desde la perspectiva hollywoodense, con final post créditos incluidos, que ya a esas alturas convierte al asunto en algo hilarante.

Durante la Guerra Fría en la Unión Soviética, una organización llamada Los Patriotas crea a un grupo de super humanos para defender al país. El experimento no sale del todo bien y trae como consecuencia que los voluntarios vivan como forajidos y a un científico loco para completar al cuadro.

Décadas después, el científico aparece para cobrar venganza ¿De qué es la pregunta? Pero eso sí, deja establecido que el enemigo es interno. Los super humanos, deberán reunirse para combatir la amenaza.

Y desde ahí el asunto no tiene desperdicio, porque los poderes van desde un hombre que se convierte en oso (prófugo de anuncio de colchones) hasta un sujeto que tiene el poder de aventar rocas. Cada uno, ya muy avanzado el filme, con trágico pasado incluido que se explica mediante breve escena para dar personalidad, en lo que cabe, a los personajes.

Escenita de desastre incluido en la avenida para la escena de  la batalla final, un romance entre dos personajes, el rebelde del grupo, al que se le murió su hermano en una batalla, en fin, ya el asunto si se ve desde la perspectiva de la copia barata no tiene

desperdicio.

Lo que vemos con Guardianeses una clara muestra del vacío cultural de algunos directores nacidos a finales de la década de los ochenta y su carencia, por lo que se ve en el filme, de verdaderos pilares culturales. La vida post perestroika y la era Marvel-DC como único referente cultural.

 

EN CORTO

Afortunadamente no solo la pantalla grande ofrece ese panorama porque ya viene la edición 21 del Tour de cine Francés. Este año, en la programación se podrán filmes de directores como Francois Ozon con Frantz, Los exdirigida por Maurice Barthélemy, Paso a pasode Grand Corps y Malade y MehdiIdir. Entre otras.

Cabe destacar el filme El viñedo que nos une (Ce quinouis lie, CédricKlapisch, 2017), sobre tres hermanos, que al regreso de uno de ellos después de años de ausencia y a la muerte de su padre, heredan un viñedo en Borgoña.

Los personajes, son mostrados a pesar de la contención en las escenas de drama, en un momento crucial en su vida. El hermano que regresa pero no cierra heridas del pasado, pero que a su vez no termina de entender sus responsabilidades, la joven que no ha asumido su fuerza interna y el más joven que carece de carácter para tomar las riendas de su vida.

Porque el tono más bien amable con que se desarrolla el filme, característico del director, no escatima las carencias de los personajes, pero estás logran en el espectador sienta más bien empatía. Una muestra de lo que tiene el Tour de Cine Francés este año. Para mayores informes de la programación:

www.tourdecinefrances.com.

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