Londres. Al momento de redactar esta colaboración, jueves por la mañana, ya han abierto las casillas desde las 07:00 y permanecerán abiertas hasta las 22:00 horas. Están convocados alrededor de 45 millones de ciudadanos para elegir al Parlamento, en unos comicios adelantados. El periodo que dura una legislatura es de cinco años. La razón de modificar la fecha y no esperar hasta el término correspondiente, se debe a que Theresa May busca ampliar su ventaja en la Cámara de los Comunes y con ello obtener más fuerza para las negociaciones en el proceso del Brexit.
Cuando se convocaron a las elecciones de hoy, el 18 de abril, los sondeos respecto de la ventaja del Partido Conservador frente al Partido Laborista era de casi 30 puntos porcentuales. Sin embargo, de acuerdo con los sondeos dados a conocer durante la campaña, la reducción ha sido disminuida hasta solo un 5% de ventaja para el partido de la Primer Ministro. En la actualidad cuenta con una escasa ventaja de 17 diputados o representantes, que si bien implica la mayoría absoluta, no resulta suficiente en algunos casos, por lo que sus posiciones ante los órganos de gobierno de la Unión Europea, se ven con frecuencia frenadas, cuestionadas e incluso interrumpidas por una pequeño grupo de diputados.
Hay 650 circunscripciones de mayoría relativa y no existe la figura de la representación proporcional. Los temas fundamentales ha sido, por supuesto, el proceso de negociación para la salida del Reino Unido de la Unión Europea –sin que ninguno de los dos principales partidos políticos haya especificado la ruta a seguir, y por supuesto, aunque de forma inesperada, el terrorismo. Ambos asuntos que preocupan de forma notable a la sociedad británica, se han sobrepuesto a otros de relevancia y de larga duración, tal como es el separatismo escocés, las complicadas relaciones entre Irlanda del Norte e Inglaterra, la calidad de los servicios públicos, de forma destacada los de salud y educación, entre otros.
Sin embargo, en el escenario también debe incluirse los efectos que ha causado el repliegue en el escenario internacional de Estados Unidos. Más aún en lo que hace a la cooperación militar y participación en la agenda de seguridad internacional. Por ejemplo, una situación muy seria a la vez que complicada se le avecina al próximo Gobierno británico, respecto de la política militar hacia/con Europa. Pues por una parte, ya se ha avanzado tanto en el Parlamento y Consejo de Ministros Europeos sobre la creación de una estructura militar propia que no dependa de la Organización del Tratado Atlántico Norte –entiéndase de los Estados Unidos, a lo que el Reino Unido mientras estuvo como miembro pleno de la Unión Europea, se opuso con el argumento de que se duplicarían algunas de las principales funciones de la OTAN.
De esa manera, sin el apoyo del aliado histórico, Estados Unidos, agravada la relación luego de los tuits críticos publicados por el Presidente de ese país a propósito del atentado del sábado 3 en Londres, en contra del alcalde y la política de seguridad en el Reino Unido, la expectativa está en la forma en que se negociará el Brexit en una situación de verdadero aislamiento. Los vaticinios están en cuantos diputados ganará o perderá el Partido Conservador. Un triunfo Laborista sería una sorpresa mayúscula. De los resultados depende el proceso de negociación con la Unión Europea. Ya comentaremos al respecto.
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