/ sábado 3 de octubre de 2015

Para variar “…no niegan la cruz de su parroquia” / Napoleón Fillat

Pues al prestar atención a los desgreñados conflictos por las posiciones políticas entre el PRD y Morena, no podemos negarles razón a nuestros abuelos, quienes calificaban los pleitos entre hermanos como los más ensañados e intransigentes, y que con claridad sin igual, siempre ejemplificaban relatando el pasaje bíblico de “Caín y Abel”. Aquél en donde el primero asesina al segundo con el hueso de la quijada de un burro (¿ya existiría en esos tiempos?), todo por pura y enfermiza envidia.

Aunque confieso que en nuestro asunto no podríamos definir quién es uno y quién es el otro, ni que la pelea sea tan solo por envidia, pues a la fecha no apreciamos diferencia en las prácticas que los caracterizan, para muestra solo basta un botón, como lo es el agarrón que todavía se están dando por las jefaturas delegacionales y por las diputaciones locales en la capital de la República.

De tal suerte que fue inevitable la confrontación entre las fracciones de ambos partidos, en la sesión de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) en que rindieron protesta los 16 jefes delegacionales, ceremonia a la que por cierto no acudió Mancera, jefe de Gobierno, seguramente para evitar desgaste antes del 2018, pues ya tendrá muchas otras oportunidades para enfrentar su cruda realidad, el que la casa no esté en calma.

En la sesión hubo de todo, pancartas, gritos, insultos y amenazas, siendo lo más leve los recordatorios familiares. Por supuesto que las acusaciones llevaban nombre y apellido, siendo de los más destacados en tal sentido, el flamante y discutido Jefe Delegacional en GAM, Víctor Hugo Lobo Román, pues la contienda con Morena por el cargo fue muy discutida y llegó a sus últimas consecuencias legales.

Y como no iba a serlo, solo por referirme a GAM, pues bien sabemos que tiene de una carrera ciertamente meteórica en las administraciones perredistas de la capital, pues de director general de Servicios Urbanos en esa misma demarcación saltó en 2009 a la jefatura delegacional, cargo que ocupó entre otras muchas cosas para darle impulso a la carrera de quien se dice es su esposa o “pareja sentimental”, Nora del Carmen Arias Contreras, quien como muchos vaticinaron lo sustituyó al frente de la jefatura delegacional por el periodo 2012-20015, mientras Víctor Hugo se daba un “respiro” en la Asamblea Legislativa como diputado.

En el desarrollo de su gestión, Nora del Carmen tuvo que apechugar los comentarios “malsanos”, en el sentido de que en realidad Lobo seguía manejando la delegación. Al día de hoy no sabemos quién manipula a quién, pues una vez que Nora concluyó su periodo, se va a “descansar” un rato a la Asamblea, mientras Lobo; su predecesor, protector, “quién sabe qué más” y ahora sucesor; vuelve a ponerse al frente del negocio.

¡Qué bonito!, ¿no crees?, ahora para cerrar el círculo perfecto, hay que esperar que en el no tan lejano 2018, Nora regrese a la jefatura delegacional de Gustavo A. Madero y Víctor Hugo a la ALDF, dando tiempo a que alguno de sus descendientes alcance la edad suficiente para entrar a la lucrativa industria familiar. Desde luego, todo ello con el beneplácito de los actuales caciques del PRD, sin embargo, y para nuestro pesar Morena no es tan diferente, pues en ese rubro:

“No canta mal… las rancheras”. napoleonef@hotmail.com

Pues al prestar atención a los desgreñados conflictos por las posiciones políticas entre el PRD y Morena, no podemos negarles razón a nuestros abuelos, quienes calificaban los pleitos entre hermanos como los más ensañados e intransigentes, y que con claridad sin igual, siempre ejemplificaban relatando el pasaje bíblico de “Caín y Abel”. Aquél en donde el primero asesina al segundo con el hueso de la quijada de un burro (¿ya existiría en esos tiempos?), todo por pura y enfermiza envidia.

Aunque confieso que en nuestro asunto no podríamos definir quién es uno y quién es el otro, ni que la pelea sea tan solo por envidia, pues a la fecha no apreciamos diferencia en las prácticas que los caracterizan, para muestra solo basta un botón, como lo es el agarrón que todavía se están dando por las jefaturas delegacionales y por las diputaciones locales en la capital de la República.

De tal suerte que fue inevitable la confrontación entre las fracciones de ambos partidos, en la sesión de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) en que rindieron protesta los 16 jefes delegacionales, ceremonia a la que por cierto no acudió Mancera, jefe de Gobierno, seguramente para evitar desgaste antes del 2018, pues ya tendrá muchas otras oportunidades para enfrentar su cruda realidad, el que la casa no esté en calma.

En la sesión hubo de todo, pancartas, gritos, insultos y amenazas, siendo lo más leve los recordatorios familiares. Por supuesto que las acusaciones llevaban nombre y apellido, siendo de los más destacados en tal sentido, el flamante y discutido Jefe Delegacional en GAM, Víctor Hugo Lobo Román, pues la contienda con Morena por el cargo fue muy discutida y llegó a sus últimas consecuencias legales.

Y como no iba a serlo, solo por referirme a GAM, pues bien sabemos que tiene de una carrera ciertamente meteórica en las administraciones perredistas de la capital, pues de director general de Servicios Urbanos en esa misma demarcación saltó en 2009 a la jefatura delegacional, cargo que ocupó entre otras muchas cosas para darle impulso a la carrera de quien se dice es su esposa o “pareja sentimental”, Nora del Carmen Arias Contreras, quien como muchos vaticinaron lo sustituyó al frente de la jefatura delegacional por el periodo 2012-20015, mientras Víctor Hugo se daba un “respiro” en la Asamblea Legislativa como diputado.

En el desarrollo de su gestión, Nora del Carmen tuvo que apechugar los comentarios “malsanos”, en el sentido de que en realidad Lobo seguía manejando la delegación. Al día de hoy no sabemos quién manipula a quién, pues una vez que Nora concluyó su periodo, se va a “descansar” un rato a la Asamblea, mientras Lobo; su predecesor, protector, “quién sabe qué más” y ahora sucesor; vuelve a ponerse al frente del negocio.

¡Qué bonito!, ¿no crees?, ahora para cerrar el círculo perfecto, hay que esperar que en el no tan lejano 2018, Nora regrese a la jefatura delegacional de Gustavo A. Madero y Víctor Hugo a la ALDF, dando tiempo a que alguno de sus descendientes alcance la edad suficiente para entrar a la lucrativa industria familiar. Desde luego, todo ello con el beneplácito de los actuales caciques del PRD, sin embargo, y para nuestro pesar Morena no es tan diferente, pues en ese rubro:

“No canta mal… las rancheras”. napoleonef@hotmail.com

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