/ martes 24 de enero de 2017

Paradigma Económico

  • Jorge Sánchez Tello
  • Primero México

En los últimos veinte años se han aplicado políticas económicas de apertura comercial con mayor o menor grado de intensidad en varios países del mundo, México incluido, en especial en los Estados fronterizos del norte.

El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado sus primeras instrucciones para intentar renegociar el TLC. Ante este escenario, el Gobierno de México, encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto, tiene la oportunidad de replantear algunos puntos que pueden tener beneficio para nuestro país, pero no tendrá que ceder ante los chantajes y presiones de Trump, al contrario, deberá ser una negociación con firmeza.

Lo importante es no tener el sentimiento de derrota que ha permeado en la sociedad, al contrario, verlo como una oportunidad y de que se cuenta con personas con la preparación suficiente para poder negociar con el equipo del narcista del norte.

La vocación económica natural de la frontera norte en los últimos años es la industria de exportación. Así lo determinan sus características geográficas, sus recursos naturales, su enorme zona semidesértica, cuya escasez de agua limita o hace imposible el desarrollo racional y ordenado de otras actividades productivas. En cambio, su amplia frontera con Estados Unidos, sus vías de comunicación, su riqueza minera y energética, su infraestructura educacional y su benigno clima laboral han propiciado el crecimiento de la actividad manufacturera y las actividades encaminadas al comercio internacional.

México tendrá que responder frente a los cambios que hará el Gobierno de Trump, en especial en materia fiscal, pues ha prometido bajar los impuestos y reducir la regulación a las empresas. México deberá cambios importantes para poder incentivar a la iniciativa privada, hacer cambios fiscales y sobre todo reducir el gasto corriente del Gobierno así como la deuda pública. Sin embargo, no deberemos caer en la tentación de cerrarnos al mundo ni mucho menos ser proteccionistas.

Estados Unidos necesita de México para poder crear una zona con mayor seguridad frente al terrorismo y al narcotráfico. Son dos de las cartas que tiene el Gobierno mexicano para negociar. En el tema migratorio realmente el problema es para Estados Unidos: los que vienen de Centroamérica y su miedo a infiltrados del Islamismo radical, así que necesitan de la cooperación de México. Por esta razón México tiene las herramientas necesarias para negociar de tu a tu y en el supuesto caso de que a Estados Unidos no le interese, no tenga un trato digno a México o en su defecto proponga una negociación muy larga, muy “simple”, a nuestro país le convendría salirse del TLC y seguir la vía de libre comercio con la OMC.

Estados Unidos no recuerdo se quejara de la mano de obra que ofrece México, no recuerdo se quejen de los empresarios que han invertido en dicho país y es algo que le debe de quedar claro al gobierno de Trump: México no está arrodillado y es un país con dignidad.

Como liberal en lo político y en lo económico pienso que México tiene una ventana de oportunidad para dar una señal clara de que somos un país abierto al mundo a inversiones que generen empleo en nuestro país.

Frente al embate proteccionista de Trump, México tiene que fortalecer la política exterior del país hacia otros socios comerciales en Europa, Asia y en particular con Latinoamérica.

Sin embargo, no debemos descuidar la política interna, en especial en el tema de deuda pública y finanzas públicas, que es la mejor forma de resistir al embate de las políticas de Trump. *Economista e investigador asociado de la FUNDEF

www.fundef.org.mx

jorge.sanchez@itam.mx

Twitter: @jorgeteilus

  • Jorge Sánchez Tello
  • Primero México

En los últimos veinte años se han aplicado políticas económicas de apertura comercial con mayor o menor grado de intensidad en varios países del mundo, México incluido, en especial en los Estados fronterizos del norte.

El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado sus primeras instrucciones para intentar renegociar el TLC. Ante este escenario, el Gobierno de México, encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto, tiene la oportunidad de replantear algunos puntos que pueden tener beneficio para nuestro país, pero no tendrá que ceder ante los chantajes y presiones de Trump, al contrario, deberá ser una negociación con firmeza.

Lo importante es no tener el sentimiento de derrota que ha permeado en la sociedad, al contrario, verlo como una oportunidad y de que se cuenta con personas con la preparación suficiente para poder negociar con el equipo del narcista del norte.

La vocación económica natural de la frontera norte en los últimos años es la industria de exportación. Así lo determinan sus características geográficas, sus recursos naturales, su enorme zona semidesértica, cuya escasez de agua limita o hace imposible el desarrollo racional y ordenado de otras actividades productivas. En cambio, su amplia frontera con Estados Unidos, sus vías de comunicación, su riqueza minera y energética, su infraestructura educacional y su benigno clima laboral han propiciado el crecimiento de la actividad manufacturera y las actividades encaminadas al comercio internacional.

México tendrá que responder frente a los cambios que hará el Gobierno de Trump, en especial en materia fiscal, pues ha prometido bajar los impuestos y reducir la regulación a las empresas. México deberá cambios importantes para poder incentivar a la iniciativa privada, hacer cambios fiscales y sobre todo reducir el gasto corriente del Gobierno así como la deuda pública. Sin embargo, no deberemos caer en la tentación de cerrarnos al mundo ni mucho menos ser proteccionistas.

Estados Unidos necesita de México para poder crear una zona con mayor seguridad frente al terrorismo y al narcotráfico. Son dos de las cartas que tiene el Gobierno mexicano para negociar. En el tema migratorio realmente el problema es para Estados Unidos: los que vienen de Centroamérica y su miedo a infiltrados del Islamismo radical, así que necesitan de la cooperación de México. Por esta razón México tiene las herramientas necesarias para negociar de tu a tu y en el supuesto caso de que a Estados Unidos no le interese, no tenga un trato digno a México o en su defecto proponga una negociación muy larga, muy “simple”, a nuestro país le convendría salirse del TLC y seguir la vía de libre comercio con la OMC.

Estados Unidos no recuerdo se quejara de la mano de obra que ofrece México, no recuerdo se quejen de los empresarios que han invertido en dicho país y es algo que le debe de quedar claro al gobierno de Trump: México no está arrodillado y es un país con dignidad.

Como liberal en lo político y en lo económico pienso que México tiene una ventana de oportunidad para dar una señal clara de que somos un país abierto al mundo a inversiones que generen empleo en nuestro país.

Frente al embate proteccionista de Trump, México tiene que fortalecer la política exterior del país hacia otros socios comerciales en Europa, Asia y en particular con Latinoamérica.

Sin embargo, no debemos descuidar la política interna, en especial en el tema de deuda pública y finanzas públicas, que es la mejor forma de resistir al embate de las políticas de Trump. *Economista e investigador asociado de la FUNDEF

www.fundef.org.mx

jorge.sanchez@itam.mx

Twitter: @jorgeteilus