/ martes 7 de marzo de 2017

Paradigma Económico

  • Jorge Sánchez Tello
  • Instituciones y economía

Establecer la frontera entre Estado y mercado ha sido siempre una cuestión en plena vigencia, si bien es cierto que aún no tiene fácil solución. Los Estados actuales operan mayoritariamente en un sistema basado en el mercado como principal fuente de generación de riqueza y en el Estado para solventar los problemas de su mal funcionamiento. De hecho, ningún país habría definido su economía como una economía de mercado a principios del siglo XXI. Todas ellas, en mayor o menor medida se consideran economías mixtas, donde se conjuga el mercado y el Estado.

El libre mercado no propugna la desaparición el Estado, ni tampoco la desregulación completa de los mercados, como erróneamente muchos han interpretado. Se necesita de un Estado fuerte, que proteja la vida, la libertad—para elegir— y la propiedad—privada— del individuo. Pero que no interfiera en el derecho de los individuos a decidir sobre aspectos fundamentales de su potestad.

Una de las instituciones que ha tenido un desarrollo favorable para México en los últimos 20 años, es el sistema financiero. Es para la economía en su conjunto como el sistema circulatorio en el cuerpo humano: facilita el funcionamiento del resto de la economía. Y su importancia radica en ser intermediario entre ahorradores e inversores. Su buen funcionamiento es una cuestión de confianza: confianza en que tus depósitos estarán ahí cuando los necesites, confianza en que te asesoran inversiones legales y que no son ruinosas, confianza en obtener los créditos necesarios para llevar a cabo proyectos viables y razonables.

México necesita fortalecer a todas sus instituciones para tener un mejor país, la falta de confianza en la actualidad ha elevado los costos de transacción en los mercados y puede provocar que las personas apoyen gobiernos populistas. Y son precisamente estos costos de transacción tan elevados los que están impulsando cambios en la regulación y en la intervención del Estado en la economía. Es necesario recuperar la confianza para reducir los costos de transacción.

Para que los incentivos puedan ser comprendidos de forma correcta, la confianza requiere generalizar, simplificar y hacer comprensible la información financiera. Debemos incrementar la cultura económica de la sociedad.

El mercado genera progreso económico y no hay razón para prescindir de él. Pero hay que regular su funcionamiento para recuperar la confianza y poder disfrutar de nuevo de estabilidad financiera, que se ha descubierto como un bien común, del que todos hacemos uso, pero que nadie ha procurado conservar.

México no necesita regresar al populismo, si bien hay problemas por resolver, se tiene que reconocer que llevamos tres décadas construyendo instituciones sólidas y una serie de reformas que se verán reflejadas en un mejor bienestar de la población, y para esto es importante no mandar al diablo a las instituciones. *Economista e investigador asociado de la Fundef

www.fundef.org.mx

jorge.sanchez@itam.mx

@jorgeteilus

  • Jorge Sánchez Tello
  • Instituciones y economía

Establecer la frontera entre Estado y mercado ha sido siempre una cuestión en plena vigencia, si bien es cierto que aún no tiene fácil solución. Los Estados actuales operan mayoritariamente en un sistema basado en el mercado como principal fuente de generación de riqueza y en el Estado para solventar los problemas de su mal funcionamiento. De hecho, ningún país habría definido su economía como una economía de mercado a principios del siglo XXI. Todas ellas, en mayor o menor medida se consideran economías mixtas, donde se conjuga el mercado y el Estado.

El libre mercado no propugna la desaparición el Estado, ni tampoco la desregulación completa de los mercados, como erróneamente muchos han interpretado. Se necesita de un Estado fuerte, que proteja la vida, la libertad—para elegir— y la propiedad—privada— del individuo. Pero que no interfiera en el derecho de los individuos a decidir sobre aspectos fundamentales de su potestad.

Una de las instituciones que ha tenido un desarrollo favorable para México en los últimos 20 años, es el sistema financiero. Es para la economía en su conjunto como el sistema circulatorio en el cuerpo humano: facilita el funcionamiento del resto de la economía. Y su importancia radica en ser intermediario entre ahorradores e inversores. Su buen funcionamiento es una cuestión de confianza: confianza en que tus depósitos estarán ahí cuando los necesites, confianza en que te asesoran inversiones legales y que no son ruinosas, confianza en obtener los créditos necesarios para llevar a cabo proyectos viables y razonables.

México necesita fortalecer a todas sus instituciones para tener un mejor país, la falta de confianza en la actualidad ha elevado los costos de transacción en los mercados y puede provocar que las personas apoyen gobiernos populistas. Y son precisamente estos costos de transacción tan elevados los que están impulsando cambios en la regulación y en la intervención del Estado en la economía. Es necesario recuperar la confianza para reducir los costos de transacción.

Para que los incentivos puedan ser comprendidos de forma correcta, la confianza requiere generalizar, simplificar y hacer comprensible la información financiera. Debemos incrementar la cultura económica de la sociedad.

El mercado genera progreso económico y no hay razón para prescindir de él. Pero hay que regular su funcionamiento para recuperar la confianza y poder disfrutar de nuevo de estabilidad financiera, que se ha descubierto como un bien común, del que todos hacemos uso, pero que nadie ha procurado conservar.

México no necesita regresar al populismo, si bien hay problemas por resolver, se tiene que reconocer que llevamos tres décadas construyendo instituciones sólidas y una serie de reformas que se verán reflejadas en un mejor bienestar de la población, y para esto es importante no mandar al diablo a las instituciones. *Economista e investigador asociado de la Fundef

www.fundef.org.mx

jorge.sanchez@itam.mx

@jorgeteilus