/ martes 14 de marzo de 2017

Paradigma Económico

  • Crisis en Occidente
  • Jorge Sánchez Tello

El regreso del discurso populista y antiglobalización está marcado por una crisis en las instituciones de Occidente. ¿La razón? El desprestigio de los políticos ha dañado a las instituciones y a la modernidad, generando un gran desencanto entre la población.

Esta crisis en las instituciones de Occidente puede provocar un retroceso porque son cada vez más los movimientos, Gobiernos y partidos políticos que están apoyando ir contra la libertad económica, política y social, es decir, contra el liberalismo.

El mundo dio un paso enorme para dejar el feudalismo y tratar de tener una economía de mercado porque tiene que organizarse “científicamente”. Las consecuencias políticas de esta cuestión son muy importantes, sobre todo para entender cierta exaltación de la razón humana, opuesta a la religión de antaño, que acompaña a la “construcción” de las repúblicas democráticas europeas después de la revolución francesa. Intentos fallidos, en cierta medida, interrumpidas por monarquías o emperadores absolutos, pero siempre acompañados de la idea de una construcción racional del poder.

Este pensamiento trató de permear a América, pero solo en Estados Unidos ha tenido éxito porque en América Latina ha estado en constante enfrentamiento la libertad frente al socialismo.

Kant, entre sus muchos escritos, tiene uno muy corto, pero muy importante para la historia de la filosofía y muy audaz para la época. Se trata de un libro que leí hace poco “Qué es la ilustración”. La ilustración es que cada persona suma su propia madurez. Y asumir la madurez es tomar las propias decisiones respecto a lo que las iglesias nos enseñan.

Ante el “oscurantismo” medieval anterior, la razón, ahora, es la emancipación del hombre. Lo que antes era la fe, ahora lo es la razón. La razón guiará a la humanidad hacia el camino de su redención, de su salvación, liberación. Liberación, no de un pecado entendido de modo sobrenatural, sino liberación de la ignorancia, de la superstición, del desconocimiento de las ciencias.

Se trata de una visión optimista, ya que se confiaba en que todos los hombres podían tener acceso a la razón, haciendo así posible una construcción racional de la política. Sin embargo, este concepto ha quedado solo en un ideal porque el renacer del populismo solo demuestra que estamos todavía lejos de tener ciudadanos educados, capaces de afrontar su propio destino. Es decir, tenemos una crisis educativa porque no han permeado los valores de la libertad y la responsabilidad a la mayoría de la población.

En ese sentido, la razón, para Kant, está autolimitada a partir de su propio movimiento. Esta función de autocontrol es la que cumplía el debate en la esfera pública, ya que permitía someter a revisión lo ya decidido. Es decir, la libertad no es un dogma y nos permite seguir el método científico de la duda.

Esta forma de concebir la razón en la política es la que se realiza plenamente en lo que dio en llamarse el parlamentarismo, régimen en el que la argumentación, entendida como forma de convencer y de arribar a la verdad, tiene un peso fundamental. Pero el advenimiento de la sociedad de masas, modificó todo esto y por esta razón ha tardado varios años fortalecer las instituciones democráticas en los diferentes países.

Este camino de construcción de instituciones no ha sido sencillo y sirven como base a la economía de mercado, por esta razón se deben fortalecer no destruir para no regresar al pasado populista. *Economista e investigador asociado de la Fundef

www.fundef.org.mx

jorge.sanchez@itam.mx

@jorgeteilus

  • Crisis en Occidente
  • Jorge Sánchez Tello

El regreso del discurso populista y antiglobalización está marcado por una crisis en las instituciones de Occidente. ¿La razón? El desprestigio de los políticos ha dañado a las instituciones y a la modernidad, generando un gran desencanto entre la población.

Esta crisis en las instituciones de Occidente puede provocar un retroceso porque son cada vez más los movimientos, Gobiernos y partidos políticos que están apoyando ir contra la libertad económica, política y social, es decir, contra el liberalismo.

El mundo dio un paso enorme para dejar el feudalismo y tratar de tener una economía de mercado porque tiene que organizarse “científicamente”. Las consecuencias políticas de esta cuestión son muy importantes, sobre todo para entender cierta exaltación de la razón humana, opuesta a la religión de antaño, que acompaña a la “construcción” de las repúblicas democráticas europeas después de la revolución francesa. Intentos fallidos, en cierta medida, interrumpidas por monarquías o emperadores absolutos, pero siempre acompañados de la idea de una construcción racional del poder.

Este pensamiento trató de permear a América, pero solo en Estados Unidos ha tenido éxito porque en América Latina ha estado en constante enfrentamiento la libertad frente al socialismo.

Kant, entre sus muchos escritos, tiene uno muy corto, pero muy importante para la historia de la filosofía y muy audaz para la época. Se trata de un libro que leí hace poco “Qué es la ilustración”. La ilustración es que cada persona suma su propia madurez. Y asumir la madurez es tomar las propias decisiones respecto a lo que las iglesias nos enseñan.

Ante el “oscurantismo” medieval anterior, la razón, ahora, es la emancipación del hombre. Lo que antes era la fe, ahora lo es la razón. La razón guiará a la humanidad hacia el camino de su redención, de su salvación, liberación. Liberación, no de un pecado entendido de modo sobrenatural, sino liberación de la ignorancia, de la superstición, del desconocimiento de las ciencias.

Se trata de una visión optimista, ya que se confiaba en que todos los hombres podían tener acceso a la razón, haciendo así posible una construcción racional de la política. Sin embargo, este concepto ha quedado solo en un ideal porque el renacer del populismo solo demuestra que estamos todavía lejos de tener ciudadanos educados, capaces de afrontar su propio destino. Es decir, tenemos una crisis educativa porque no han permeado los valores de la libertad y la responsabilidad a la mayoría de la población.

En ese sentido, la razón, para Kant, está autolimitada a partir de su propio movimiento. Esta función de autocontrol es la que cumplía el debate en la esfera pública, ya que permitía someter a revisión lo ya decidido. Es decir, la libertad no es un dogma y nos permite seguir el método científico de la duda.

Esta forma de concebir la razón en la política es la que se realiza plenamente en lo que dio en llamarse el parlamentarismo, régimen en el que la argumentación, entendida como forma de convencer y de arribar a la verdad, tiene un peso fundamental. Pero el advenimiento de la sociedad de masas, modificó todo esto y por esta razón ha tardado varios años fortalecer las instituciones democráticas en los diferentes países.

Este camino de construcción de instituciones no ha sido sencillo y sirven como base a la economía de mercado, por esta razón se deben fortalecer no destruir para no regresar al pasado populista. *Economista e investigador asociado de la Fundef

www.fundef.org.mx

jorge.sanchez@itam.mx

@jorgeteilus