/ lunes 10 de julio de 2017

Razones para un Frente Amplio Democrático

Ningún partido político por sí solo podrá ganar la Presidencia en 2018, es un hecho. Convenir una coalición de diversos partidos es una oportunidad para impulsar compromisos que resuelvan el desastre que tenemos. Algunos ejemplos:

El agotamiento progresivo de las reservas de petróleo y la contaminación, obligan a voltear hacia las energías limpias, pero las políticas medioambientales son mediocres. Las nuevas energías y sus megaproyectos, causan desplazamientos forzosos internos de las comunidades originarias. Lo mismo ocurre con minas y presas.

Este problema aunado a los de migración, agresión a periodistas y defensores de derechos humanos, desaparición forzada o la violencia contra mujeres, son de resolución prioritaria.

México tiene serios problemas de estabilidad económica, requerimos empleos suficientes y con salarios dignos y decentes. Hay un déficit en el crecimiento de nuestra economía, la cual ha privilegiado la estabilidad macroeconómica y relegado el combate a la pobreza a un mero asistencialismo. Casi la mitad de la población se encuentra en situación de pobreza, urge transitar hacia el desarrollo social.

En la esfera de acceso a la justicia no estamos mejor. Enfrentamos una crisis de violencia derivada de la guerra contra las drogas, el crecimiento de delitos como el cobro de piso, el secuestro, tráfico ilegal de armas y trata de personas. Las personas migrantes no escapan y son también víctimas de las delincuencia.

Y aunque estamos frente a un nuevo sistema de justicia penal acusatorio, no hemos concretado la transición, son muchas las resistencias a una nueva etapa en la que las policías deben verdaderamente investigar y probar sus acusaciones ante los jueces.

La seguridad, la paz pública y el respeto a los derechos humanos son reclamos a lo largo y ancho del país, implementar las normas legales requiere de gobiernos abiertos, que rindan cuentas y que funcionen con controles internos y externos, sobre todo, urge que los congresos verifiquen la eficiencia y buenas formas de gobernar a partir del cumplimiento de la Ley.

Requerimos un Poder Judicial que haga cumplir las leyes y transforme los consejos de la judicatura para que vigilen y pongan orden a jueces y juezas que son omisos o deficientes en su quehacer.

Estos son solo algunos temas que están en el contexto de la transición democrática que no se ha logrado, ese es el parangón para el 2018. Y para lograrlo hay que enfrentar a quienes representan al presidencialismo unipersonal que tuvo lugar desde la revolución del siglo pasado y que se expresa en “la forma personal de gobernar”como decía Cosío Villegas.

Entre las precandidaturas que hay, está la de AMLO, que fundamentada en mandar al diablo a las instituciones y con 15 años de campaña continua, se dice de izquierda, yo le observo más bien arcaica y el otro, es el que nombren en el PRI.

La alternativa que se comprometa en la resolución de los problemas de las sociedades multiculturales de México nos obliga a pensar, articular, construir, concretar y lograr un Frente amplio y democrático en el que confluyan, además del PRD y el PAN, también otros partidos y organizaciones sociales, personalidades de la academia y de quienes compartan el compromiso con los derechos humanos económicos, sociales, culturales, medioambientales, civiles y políticos, establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales. Nos lo merecemos.

Senadora por el PRD

Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos

@angelicadelap

Ningún partido político por sí solo podrá ganar la Presidencia en 2018, es un hecho. Convenir una coalición de diversos partidos es una oportunidad para impulsar compromisos que resuelvan el desastre que tenemos. Algunos ejemplos:

El agotamiento progresivo de las reservas de petróleo y la contaminación, obligan a voltear hacia las energías limpias, pero las políticas medioambientales son mediocres. Las nuevas energías y sus megaproyectos, causan desplazamientos forzosos internos de las comunidades originarias. Lo mismo ocurre con minas y presas.

Este problema aunado a los de migración, agresión a periodistas y defensores de derechos humanos, desaparición forzada o la violencia contra mujeres, son de resolución prioritaria.

México tiene serios problemas de estabilidad económica, requerimos empleos suficientes y con salarios dignos y decentes. Hay un déficit en el crecimiento de nuestra economía, la cual ha privilegiado la estabilidad macroeconómica y relegado el combate a la pobreza a un mero asistencialismo. Casi la mitad de la población se encuentra en situación de pobreza, urge transitar hacia el desarrollo social.

En la esfera de acceso a la justicia no estamos mejor. Enfrentamos una crisis de violencia derivada de la guerra contra las drogas, el crecimiento de delitos como el cobro de piso, el secuestro, tráfico ilegal de armas y trata de personas. Las personas migrantes no escapan y son también víctimas de las delincuencia.

Y aunque estamos frente a un nuevo sistema de justicia penal acusatorio, no hemos concretado la transición, son muchas las resistencias a una nueva etapa en la que las policías deben verdaderamente investigar y probar sus acusaciones ante los jueces.

La seguridad, la paz pública y el respeto a los derechos humanos son reclamos a lo largo y ancho del país, implementar las normas legales requiere de gobiernos abiertos, que rindan cuentas y que funcionen con controles internos y externos, sobre todo, urge que los congresos verifiquen la eficiencia y buenas formas de gobernar a partir del cumplimiento de la Ley.

Requerimos un Poder Judicial que haga cumplir las leyes y transforme los consejos de la judicatura para que vigilen y pongan orden a jueces y juezas que son omisos o deficientes en su quehacer.

Estos son solo algunos temas que están en el contexto de la transición democrática que no se ha logrado, ese es el parangón para el 2018. Y para lograrlo hay que enfrentar a quienes representan al presidencialismo unipersonal que tuvo lugar desde la revolución del siglo pasado y que se expresa en “la forma personal de gobernar”como decía Cosío Villegas.

Entre las precandidaturas que hay, está la de AMLO, que fundamentada en mandar al diablo a las instituciones y con 15 años de campaña continua, se dice de izquierda, yo le observo más bien arcaica y el otro, es el que nombren en el PRI.

La alternativa que se comprometa en la resolución de los problemas de las sociedades multiculturales de México nos obliga a pensar, articular, construir, concretar y lograr un Frente amplio y democrático en el que confluyan, además del PRD y el PAN, también otros partidos y organizaciones sociales, personalidades de la academia y de quienes compartan el compromiso con los derechos humanos económicos, sociales, culturales, medioambientales, civiles y políticos, establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales. Nos lo merecemos.

Senadora por el PRD

Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos

@angelicadelap