/ miércoles 16 de noviembre de 2016

Sin Gafete

  • Isabel Arvide
  • Otro justiciero, otra víctima de la impunidad
  • Incapacidad del Estado de México frente a la inseguridad

A ver qué le dicen a la familia de la mujer asesinada. A ver cómo le explican que la mujer murió por la impunidad concedida a un “justiciero”. A ver qué justificación les dan a sus hijos los cientos de miles de mexicanos que aplaudieron la acción de un criminal que “ajustició” a presuntos delincuentes en La Marquesa.

El fondo es el mismo. La razón de la actuación de un hombre que sacó su pistola, otra vez 9 milímetros, o sea un arma de policía o de militar, es idéntica. Imponer su Ley, su justicia, su fuerza contra asaltantes.

El trasfondo es el mismo. La razón de la actuación de un hombre que asesinó a dos asaltantes y una pasajera, es la inmensa omisión de la autoridad.

Otra vez en el Estado de México.

¿Por qué un hombre armado, pistola de calibre reglamentario, viaja en una combi del Estado de México? ¿Se trata en realidad de un pasajero, o es una costumbre que “justicieros” viajen en el transporte público para asesinar a los asaltantes?

Algo está profundamente podrido en nuestra realidad. En especial en la realidad del Estado de México.

La mujer asesinada viajaba en esa “camioneta”. Es una víctima que nunca debió ser, que no debió morir.

Cuando escribimos del “justiciero” de La Marquesa, a quien no buscaron ni hallaron, al que dejaron en libertad los pasajeros y el chofer del camión, nos fustigaron por hacerlo en contra de una acción criminal que amplios sectores de la sociedad no solamente aceptaron sino que elevaron a romanticismo.

Como si un “justiciero” fuera el gran reivindicador de la sociedad agraviada por la inseguridad.

En el transporte público del Estado de México asaltan. Eso es una realidad. En lo que no puede haber coincidencia inocente es en el arma, reglamentaria, que se utilizó en los dos eventos, en La Marquesa y en Naucalpan.

¿Cuántos hombres armados toman el transporte público, camión o camioneta? ¿Por qué pueden hacerlo con impunidad? ¿Qué no tenemos control de armas? ¿Los policías tienen control sobre el arma de cargo, oficial, y se la pueden llevar a casa? El tirador no iba uniformado, pero otra vez, tuvo la sangre fría para disparar contra dos asaltantes. Es decir, contra quienes lo superaban en número.

No es tan buen tirador como el “justiciero” de La Marquesa. O, todo lo indica, no pudo controlar el arma dentro de una camioneta, no sabemos si caminando o parada. Un espacio mínimo. Una mujer, que viajaba en el asiento junto al chofer, murió. ¿Esta es la “justicia” que queremos?

El tema es la impunidad que una sociedad, gozosa, concedió a un asesino. Que ultimó, además, a sus víctimas ya en el suelo.

La misma autoridad omisa para proteger a los pasajeros, a los ciudadanos, del Estado de México, ha sido incapaz de detenerlo.  Como ha sucedido en muchos hechos violentos en el país, el mensaje de impunidad está detrás de la acción de este tirador, que supongo es otro.

Así sucedió con las “Muertas de Juárez”. Los crímenes contra jóvenes mujeres se multiplicaron porque no hubo interés de las autoridades en investigar, en detener a los asesinos. Porque no se le dio valor a esas muertes. Tal como sucedió con las muertes de los asaltantes que tal parece que fuesen bien recibidas por la sociedad mexicana.

Yo pienso dormir muy tranquila porque en mis espacios advertí contra la gravedad de los hechos en La Marquesa, porque me pronuncié contra esos crímenes. A ver, a ver en verdad, si pueden hacer otro tanto cientos de miles de personas que aplaudieron. A ver, cómo le hacen para acomodar la muerte de una pasajera en sus esquemas morales, en sus aplausos para el asesino. En twitter: @isabelarvide Blog: EstadoMayor.mx

Blog: CambioQRR.com

  • Isabel Arvide
  • Otro justiciero, otra víctima de la impunidad
  • Incapacidad del Estado de México frente a la inseguridad

A ver qué le dicen a la familia de la mujer asesinada. A ver cómo le explican que la mujer murió por la impunidad concedida a un “justiciero”. A ver qué justificación les dan a sus hijos los cientos de miles de mexicanos que aplaudieron la acción de un criminal que “ajustició” a presuntos delincuentes en La Marquesa.

El fondo es el mismo. La razón de la actuación de un hombre que sacó su pistola, otra vez 9 milímetros, o sea un arma de policía o de militar, es idéntica. Imponer su Ley, su justicia, su fuerza contra asaltantes.

El trasfondo es el mismo. La razón de la actuación de un hombre que asesinó a dos asaltantes y una pasajera, es la inmensa omisión de la autoridad.

Otra vez en el Estado de México.

¿Por qué un hombre armado, pistola de calibre reglamentario, viaja en una combi del Estado de México? ¿Se trata en realidad de un pasajero, o es una costumbre que “justicieros” viajen en el transporte público para asesinar a los asaltantes?

Algo está profundamente podrido en nuestra realidad. En especial en la realidad del Estado de México.

La mujer asesinada viajaba en esa “camioneta”. Es una víctima que nunca debió ser, que no debió morir.

Cuando escribimos del “justiciero” de La Marquesa, a quien no buscaron ni hallaron, al que dejaron en libertad los pasajeros y el chofer del camión, nos fustigaron por hacerlo en contra de una acción criminal que amplios sectores de la sociedad no solamente aceptaron sino que elevaron a romanticismo.

Como si un “justiciero” fuera el gran reivindicador de la sociedad agraviada por la inseguridad.

En el transporte público del Estado de México asaltan. Eso es una realidad. En lo que no puede haber coincidencia inocente es en el arma, reglamentaria, que se utilizó en los dos eventos, en La Marquesa y en Naucalpan.

¿Cuántos hombres armados toman el transporte público, camión o camioneta? ¿Por qué pueden hacerlo con impunidad? ¿Qué no tenemos control de armas? ¿Los policías tienen control sobre el arma de cargo, oficial, y se la pueden llevar a casa? El tirador no iba uniformado, pero otra vez, tuvo la sangre fría para disparar contra dos asaltantes. Es decir, contra quienes lo superaban en número.

No es tan buen tirador como el “justiciero” de La Marquesa. O, todo lo indica, no pudo controlar el arma dentro de una camioneta, no sabemos si caminando o parada. Un espacio mínimo. Una mujer, que viajaba en el asiento junto al chofer, murió. ¿Esta es la “justicia” que queremos?

El tema es la impunidad que una sociedad, gozosa, concedió a un asesino. Que ultimó, además, a sus víctimas ya en el suelo.

La misma autoridad omisa para proteger a los pasajeros, a los ciudadanos, del Estado de México, ha sido incapaz de detenerlo.  Como ha sucedido en muchos hechos violentos en el país, el mensaje de impunidad está detrás de la acción de este tirador, que supongo es otro.

Así sucedió con las “Muertas de Juárez”. Los crímenes contra jóvenes mujeres se multiplicaron porque no hubo interés de las autoridades en investigar, en detener a los asesinos. Porque no se le dio valor a esas muertes. Tal como sucedió con las muertes de los asaltantes que tal parece que fuesen bien recibidas por la sociedad mexicana.

Yo pienso dormir muy tranquila porque en mis espacios advertí contra la gravedad de los hechos en La Marquesa, porque me pronuncié contra esos crímenes. A ver, a ver en verdad, si pueden hacer otro tanto cientos de miles de personas que aplaudieron. A ver, cómo le hacen para acomodar la muerte de una pasajera en sus esquemas morales, en sus aplausos para el asesino. En twitter: @isabelarvide Blog: EstadoMayor.mx

Blog: CambioQRR.com