/ jueves 7 de septiembre de 2017

Sin gafete / Anaya presiona

En esta crisis legislativa, Ricardo Anaya piensa, así actúa, que tiene al gobierno de la República contra la pared.  Y que va ganando su “guerrita” contra el PRI.  En los hechos es de vergüenza, peor que lamentable que juegue a paralizar la vida legislativa del país.  Nada más lejos del panismo, de todo aquello que defendieron quienes fundaron la verdadera oposición en nuestro país.

El gobierno, sus negociadores, algunos más bien fallidos y reventados, intenta revertir la maniobra del todavía presidente del PAN.  Y por más que se empeñan no han conseguido darle la vuelta a sus maniobras.

En medio, aplastado como el jamón de una torta escolar, Ernesto Cordero saca la nariz para tomar aire y logra alzar la mano para decir aquí estoy, no me voy, no me van a correr, no van a poder conmigo.  Y en esa resistencia pacífica, como cuando los panistas derrotados se instalaban frente a palacios de gobierno en huelga de hambre, ahí la lleva.

Por lo pronto, ya rompió la maldición del “pase automático”, ya se quitó la chamarra de haber llegado para convertir a Raúl Cervantes en “Fiscal”, a priori.  Incluso ha abierto su oficina para darle espacio a quienes son los más fuertes opositores al mal llamado “fiscal carnal”.

Se apura, vive su papel a tope, y no lo hace nada mal.

Mientras tanto Raúl Cervantes mandó lavar su Ferrari color rojo, hoy por hoy motivo de la más absurda lapidación.

Como si los abogados panistas, y hablemos de Diego Fernández de Cevallos, de muchos otros que dirigen los principales despachos jurídicos del país, no ganasen de sobra para comprarse este tipo de vehículo o cualquier otro lujo. ¿Alguien conoce sus tarifas?

Es decir, a diferencia de Rosario Robles que viene del sindicalismo universitario y no puede explicar su vida de lujos, lo convirtieron en villano sin sustento alguno.

¿Quiénes pueden tener un Ferrari en nuestro país?  Supongo que menos del uno por ciento de la población, pensando que además quieran tenerlo. ¿Quiénes quieren tener un Ferrari en nuestro país?  Quiero creer que millones de mexicanos.  ¿Dónde está el pecado?

Lo cierto es que Raúl Cervantes tiene un pésimo jefe de prensa, alguien que no lo ha ayudado ni con la esperanza.  Porque no ha habido la indispensable información para “explicar” de dónde salió el Ferrari.

Lo de la tenencia es, en buen español, una “jalada”.  Porque la mayoría de los dueños de vehículos que deben pagar tenencia en el Ciudad de México, los registran en Morelos.  Pagar cientos de miles de pesos por transitar por calles llenas de baches, a treinta kilómetros de velocidad, dañando el vehículo con las inundaciones se antoja, por lo menos, absurdo.

El tema, importante, es que se trata de un hombre rico.  Y eso, en nuestro país, se volvió sinónimo de corrupto.  Por eso ha sido tan grave la falta de capacidad de comunicar de su oficina.

¿Va a ser Fiscal Raúl Cervantes?  No es el tema urgente.  Si así lo decidiese el Presidente Peña, su amigo cercano, y tuviese un Congreso a modo, lo sería sin problema.  Y de igual manera, facilito, el próximo mandatario podría quitarlo.  Como sucedió en Chiapas, con todos los candados que le puso a la Ley el primer fiscal, Mariano Herrán Salvati.

A Ernesto Cordero le tocó bailar con el más feo, vomitado, cretino de los “invitados”, que desafortunadamente es panista.  Un joven, apodado justamente “joven maravilla” que piensa en inglés y está enfermo de ambición, que quiere ganar dinero por medio del poder político.

Y que se comporta sin ningún respeto por las instituciones.

Raúl Cervantes puede ser el peor de los procuradores de justicia que hemos tenido.  Los que sigan serán, todavía, peores.  Porque no se ha cambiado la podredumbre e ineficiencia inmensas que existen en esa institución.

En Tuiter: @isabelarvide  Blog: EstadoMayor.mx  Blog:

 CambioQRR.com

 

En esta crisis legislativa, Ricardo Anaya piensa, así actúa, que tiene al gobierno de la República contra la pared.  Y que va ganando su “guerrita” contra el PRI.  En los hechos es de vergüenza, peor que lamentable que juegue a paralizar la vida legislativa del país.  Nada más lejos del panismo, de todo aquello que defendieron quienes fundaron la verdadera oposición en nuestro país.

El gobierno, sus negociadores, algunos más bien fallidos y reventados, intenta revertir la maniobra del todavía presidente del PAN.  Y por más que se empeñan no han conseguido darle la vuelta a sus maniobras.

En medio, aplastado como el jamón de una torta escolar, Ernesto Cordero saca la nariz para tomar aire y logra alzar la mano para decir aquí estoy, no me voy, no me van a correr, no van a poder conmigo.  Y en esa resistencia pacífica, como cuando los panistas derrotados se instalaban frente a palacios de gobierno en huelga de hambre, ahí la lleva.

Por lo pronto, ya rompió la maldición del “pase automático”, ya se quitó la chamarra de haber llegado para convertir a Raúl Cervantes en “Fiscal”, a priori.  Incluso ha abierto su oficina para darle espacio a quienes son los más fuertes opositores al mal llamado “fiscal carnal”.

Se apura, vive su papel a tope, y no lo hace nada mal.

Mientras tanto Raúl Cervantes mandó lavar su Ferrari color rojo, hoy por hoy motivo de la más absurda lapidación.

Como si los abogados panistas, y hablemos de Diego Fernández de Cevallos, de muchos otros que dirigen los principales despachos jurídicos del país, no ganasen de sobra para comprarse este tipo de vehículo o cualquier otro lujo. ¿Alguien conoce sus tarifas?

Es decir, a diferencia de Rosario Robles que viene del sindicalismo universitario y no puede explicar su vida de lujos, lo convirtieron en villano sin sustento alguno.

¿Quiénes pueden tener un Ferrari en nuestro país?  Supongo que menos del uno por ciento de la población, pensando que además quieran tenerlo. ¿Quiénes quieren tener un Ferrari en nuestro país?  Quiero creer que millones de mexicanos.  ¿Dónde está el pecado?

Lo cierto es que Raúl Cervantes tiene un pésimo jefe de prensa, alguien que no lo ha ayudado ni con la esperanza.  Porque no ha habido la indispensable información para “explicar” de dónde salió el Ferrari.

Lo de la tenencia es, en buen español, una “jalada”.  Porque la mayoría de los dueños de vehículos que deben pagar tenencia en el Ciudad de México, los registran en Morelos.  Pagar cientos de miles de pesos por transitar por calles llenas de baches, a treinta kilómetros de velocidad, dañando el vehículo con las inundaciones se antoja, por lo menos, absurdo.

El tema, importante, es que se trata de un hombre rico.  Y eso, en nuestro país, se volvió sinónimo de corrupto.  Por eso ha sido tan grave la falta de capacidad de comunicar de su oficina.

¿Va a ser Fiscal Raúl Cervantes?  No es el tema urgente.  Si así lo decidiese el Presidente Peña, su amigo cercano, y tuviese un Congreso a modo, lo sería sin problema.  Y de igual manera, facilito, el próximo mandatario podría quitarlo.  Como sucedió en Chiapas, con todos los candados que le puso a la Ley el primer fiscal, Mariano Herrán Salvati.

A Ernesto Cordero le tocó bailar con el más feo, vomitado, cretino de los “invitados”, que desafortunadamente es panista.  Un joven, apodado justamente “joven maravilla” que piensa en inglés y está enfermo de ambición, que quiere ganar dinero por medio del poder político.

Y que se comporta sin ningún respeto por las instituciones.

Raúl Cervantes puede ser el peor de los procuradores de justicia que hemos tenido.  Los que sigan serán, todavía, peores.  Porque no se ha cambiado la podredumbre e ineficiencia inmensas que existen en esa institución.

En Tuiter: @isabelarvide  Blog: EstadoMayor.mx  Blog:

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