/ lunes 12 de junio de 2017

Sin gafete en la República

La tragedia verde de Cancún  

La imberbe soberbia del presidente municipal

El manejo de la seguridad puede ser el mayor “talón de Aquiles” para cualquier político. Nada multiplica tanto su incapacidad y su cobardía.

No asumir los riesgos del tema, no meter las manos, no comprometerse deviene en el mayor de los fracasos.

Los ciudadanos quieren, queremos, seguridad antes que cualquier otra cosa. Y la exigen, la exigimos, al gobierno porque es su obligación cuidar de nuestra integridad física, de nuestros bienes, de nuestro entorno.

En Cancún el problema de la inseguridad, además, se imbrica con el ingreso. Sin seguridad no habrá turistas, y sin visitantes no hay pan en las mesas de quienes ahí viven.

Por eso el fracaso de Remberto Estrada, el jovencito imberbe que llegó a la presidencia municipal de Benito Juárez por capricho de su padrino El niño verde, por negociaciones con Roberto Borge, duele tanto.

UN FRACASO CONTINUADO

Que la federación insiste en no documentar, ni siquiera mirar.

En el peor estilo, como si viviésemos en el siglo pasado, Estrada se concreta en publicar fotografías, con inserción pagada, en oficinas federales donde, supuestamente, le expresan su apoyo.

La más reciente, vaya que gasta en publicidad, fue con Miguel Osorio Chong. Justo en el día, jueves pasado, en que la ejecución de dos personas aumentaba la cifra a 61. O sea, 61 asesinatos impunes, ejecuciones a plena luz del día, crímenes perpetuados en lugares muy concurridos por la población.

¿Cómo puede el titular de Gobernación, responsable de la seguridad, expresarle su apoyo?

Remberto gasta mucho en publicidad oficial. Cada día todos los medios locales publican fotografías de él sonriendo. Siempre sonriendo. Eso es lo único que ha hecho desde que tomó posesión en septiembre del año pasado. En Cancún cada día crece el número de negocios que cierran por la inseguridad, y no habrá qué esperar mucho por las cancelaciones de visitantes.

Frente a esto, una verdadera tragedia, el jovencito, de 29 años, Estrada primero nombró a un titular de seguridad pública bajo sospecha. Un policía de nombre Jonathan Yong, que estuvo de “encargado del despacho” por no haber pasado los exámenes de confianza. A principios de mayo lo despidió… para traer de Tijuana al cuestionado policía Julián Leyzaola.

Que tiene cuatro investigaciones abiertas en la CNDH.

Esto por recomendación de Greg Sánchez, el experredista que fue presidente municipal de Cancún y estuvo en la cárcel. Quien ahora encabeza al partido Encuentro Social (PES) en Quintana Roo, al que pertenece Leyzaola.

Este señor quiere ser presidente municipal de Tijuana. Ya fue candidato y perdió frene al PAN. Esa es su prioridad. El mismo día que Remberto Estrada lo presentó como “asesor operativo”, el teniente coronel Leyzaola subía a sus redes sociales su “compromiso” con los tijuanenses… O sea, que a Cancún solo irá de vacaciones…

El problema de la inseguridad crece inconmensurable por la corrupción, que se traduce en permanente omisión de la policía municipal. Que no actúa en ninguna situación de emergencia, la más reciente un operativo la misma tarde del viernes donde policías estatales apoyados por federales capturaron a seis secuestradores y sicarios.

Por eso, el gobernador Carlos Joaquín declaró la semana pasada que la seguridad no es un tema de egos… y se quejó de que Remberto Estrada no respeta las decisiones de seguridad que se han tomado con la participación de todas las autoridades estatales y federales. De ese tamaño es su incapacidad en materia de seguridad, ya traducida en un tema político.

Lo cierto es que Remberto no escucha. Se cree invulnerable, más allá de cualquier realidad. Piensa que tiene el apoyo de las autoridades federales del más alto nivel, por la presión del líder del Partido Verde… lo que no está midiendo es que por Quintana Roo entra el 50 por ciento de las divisas internacionales producto del turismo. Y cuando esa cifra que recibe el país, disminuya, lo que encontrará en las oficinas federales será una gran preocupación.

Este sábado Remberto se fue a “limpiar” playas, acompañado de periodistas muy bien “recompensados”, con fotógrafos de su oficina que se encargan de tomar cada día la misma expresión vacía, como de muñeco de ventrículo, que habrá de magnificarse -previa factura- en todos los medios.

Habrá, mientras tanto, quién piense que 61 muertos en cinco meses son muchos. Y que un responsable de la seguridad que quiere ser presidente municipal de una población a más de tres mil kilómetros, no es la mejor opción.

La tragedia verde de Cancún  

La imberbe soberbia del presidente municipal

El manejo de la seguridad puede ser el mayor “talón de Aquiles” para cualquier político. Nada multiplica tanto su incapacidad y su cobardía.

No asumir los riesgos del tema, no meter las manos, no comprometerse deviene en el mayor de los fracasos.

Los ciudadanos quieren, queremos, seguridad antes que cualquier otra cosa. Y la exigen, la exigimos, al gobierno porque es su obligación cuidar de nuestra integridad física, de nuestros bienes, de nuestro entorno.

En Cancún el problema de la inseguridad, además, se imbrica con el ingreso. Sin seguridad no habrá turistas, y sin visitantes no hay pan en las mesas de quienes ahí viven.

Por eso el fracaso de Remberto Estrada, el jovencito imberbe que llegó a la presidencia municipal de Benito Juárez por capricho de su padrino El niño verde, por negociaciones con Roberto Borge, duele tanto.

UN FRACASO CONTINUADO

Que la federación insiste en no documentar, ni siquiera mirar.

En el peor estilo, como si viviésemos en el siglo pasado, Estrada se concreta en publicar fotografías, con inserción pagada, en oficinas federales donde, supuestamente, le expresan su apoyo.

La más reciente, vaya que gasta en publicidad, fue con Miguel Osorio Chong. Justo en el día, jueves pasado, en que la ejecución de dos personas aumentaba la cifra a 61. O sea, 61 asesinatos impunes, ejecuciones a plena luz del día, crímenes perpetuados en lugares muy concurridos por la población.

¿Cómo puede el titular de Gobernación, responsable de la seguridad, expresarle su apoyo?

Remberto gasta mucho en publicidad oficial. Cada día todos los medios locales publican fotografías de él sonriendo. Siempre sonriendo. Eso es lo único que ha hecho desde que tomó posesión en septiembre del año pasado. En Cancún cada día crece el número de negocios que cierran por la inseguridad, y no habrá qué esperar mucho por las cancelaciones de visitantes.

Frente a esto, una verdadera tragedia, el jovencito, de 29 años, Estrada primero nombró a un titular de seguridad pública bajo sospecha. Un policía de nombre Jonathan Yong, que estuvo de “encargado del despacho” por no haber pasado los exámenes de confianza. A principios de mayo lo despidió… para traer de Tijuana al cuestionado policía Julián Leyzaola.

Que tiene cuatro investigaciones abiertas en la CNDH.

Esto por recomendación de Greg Sánchez, el experredista que fue presidente municipal de Cancún y estuvo en la cárcel. Quien ahora encabeza al partido Encuentro Social (PES) en Quintana Roo, al que pertenece Leyzaola.

Este señor quiere ser presidente municipal de Tijuana. Ya fue candidato y perdió frene al PAN. Esa es su prioridad. El mismo día que Remberto Estrada lo presentó como “asesor operativo”, el teniente coronel Leyzaola subía a sus redes sociales su “compromiso” con los tijuanenses… O sea, que a Cancún solo irá de vacaciones…

El problema de la inseguridad crece inconmensurable por la corrupción, que se traduce en permanente omisión de la policía municipal. Que no actúa en ninguna situación de emergencia, la más reciente un operativo la misma tarde del viernes donde policías estatales apoyados por federales capturaron a seis secuestradores y sicarios.

Por eso, el gobernador Carlos Joaquín declaró la semana pasada que la seguridad no es un tema de egos… y se quejó de que Remberto Estrada no respeta las decisiones de seguridad que se han tomado con la participación de todas las autoridades estatales y federales. De ese tamaño es su incapacidad en materia de seguridad, ya traducida en un tema político.

Lo cierto es que Remberto no escucha. Se cree invulnerable, más allá de cualquier realidad. Piensa que tiene el apoyo de las autoridades federales del más alto nivel, por la presión del líder del Partido Verde… lo que no está midiendo es que por Quintana Roo entra el 50 por ciento de las divisas internacionales producto del turismo. Y cuando esa cifra que recibe el país, disminuya, lo que encontrará en las oficinas federales será una gran preocupación.

Este sábado Remberto se fue a “limpiar” playas, acompañado de periodistas muy bien “recompensados”, con fotógrafos de su oficina que se encargan de tomar cada día la misma expresión vacía, como de muñeco de ventrículo, que habrá de magnificarse -previa factura- en todos los medios.

Habrá, mientras tanto, quién piense que 61 muertos en cinco meses son muchos. Y que un responsable de la seguridad que quiere ser presidente municipal de una población a más de tres mil kilómetros, no es la mejor opción.