/ martes 1 de septiembre de 2020

A grandes males, grandes remedios

La irresponsabilidad compromete el presente y el futuro del futbol mexicano, por lo que es urgente que se apliquen sanciones más estrictas para aquellos jugadores que no actúan como profesionales ni como ejemplo para la sociedad

El futbol atraviesa por un momento sumamente complicado, en el que intenta superar la crisis provocada por la pandemia del Covid-19, cuando todavía no se ha podido frenar la propagación de esta terrible enfermedad, que ha causado la muerte de cerca de 845 mil personas.

Se han registrado pérdidas millonarias en una temporada que a mediados de marzo tuvo que ser interrumpida, así como todo lo que conlleva el fuerte protocolo sanitario para lograr completarla e intentar que los aficionados puedan regresar, próximamente, a los estadios.

Sin embargo, existen jugadores profesionales que creen saber lo que son, pero que con sus acciones no sólo complican la situación, sino que además ponen el mal ejemplo ante todos aquellos que los ven como referentes.

Es cierto que uno como jugador profesional tiene derecho a una vida personal privada, en la que se puede disfrutar como cualquier otra persona, pero también lo es que se debe respetar el compromiso con uno mismo, con el club y con los aficionados.

Participar en reuniones familiares no es pecado, pero hacerlo a altas horas de la noche con personas ajenas a su entorno en plena temporada es un acto total de indisciplina, sobre todo en época de pandemia, cuando las autoridades instan a mantener el confinamiento en casa cuanto más sea posible.

En el Torneo Guard1anes 2020, dedicado a todos esos héroes que cada día arriesgan su vida en la batalla contra el coronavirus, ya han transcurrido siete fechas, pero también se han registrado cerca de 100 contagios entre los integrantes de los equipos.

Y la mayoría de ellos podrían deberse a estos jugadores, que lejos de comportarse como profesionales anteponen sus intereses personales, quizá no de manera intencional, pero sí irresponsable.

Lo más penoso de todo esto, es que muchos de ellos son los jóvenes que representan el futuro del futbol mexicano, que deberían estar enfocados en su correcto descanso y buena alimentación para alcanzar el nivel óptimo que les permita consolidarse en Primera División.

Sin el afán de criticar a nadie, nos encontramos con casos como el del volante de Chivas, Javier López, quien cuenta con el talento necesario para convertirse en ídolo, pero que, a sus 25 años de edad, últimamente ha sido duramente criticado debido a su sobrepeso.

Javier, mejor conocido como la Chofis, fue viralizado en las redes sociales luego de que su novia publicó en Instagram el video en el que el jugador aparece durante una fiesta en las calles de Guadalajara.

Pero él no es el único caso de indisciplina en Chivas, que, cabe destacar, mantiene su tradición de jugar con puro futbolista mexicano.

Uriel Antuna y Alexis Vega también estuvieron recientemente en el ojo del huracán, luego de que ambos acudieron a una fiesta con amigos.

Al igual que pasó con Javier López, el volante y el delantero, de 23 y 22 años de edad, respectivamente, fueron evidenciados en Instagram.

Aquí es donde entra en cuestión de qué tan en privado quieren mantener su vida personal, pues han dado más de qué hablar en las redes sociales que sobre el terreno de juego.

En el caso de Antuna es aún más lamentable, ya que se trata del jugador que hace tres años firmó contrato con el Manchester City, antes de ser cedido al Groningen y al Galaxy de la MLS, para finalmente ser vendido a Chivas.

El más reciente cado fue el de Alan Mozo, defensor de los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El joven de 23 años de edad fue castigado un partido suspendido tras ser sorprendido en una fiesta, en la que también se encontraba el uruguayo Pablo Cepellini, volante del Cruz Azul.

Mozo salió de fiesta tras el empate sin goles ante Mazatlán FC, en lugar de regresar a casa para recuperarse del desgaste y, sobre todo, mantenerse a salvo ante la propagación de la pandemia.

Definitivamente, en la vida, como en el futbol, hay decisiones que se toman en su momento. Por esa razón es básica la educación familiar, que son los valores que se aprenden; así como la escuela, que es adquirir una cultura para disfrutar de bases sólidas.

Y con esto se toman mucho mejor las decisiones para saber distinguir lo bueno de lo malo.

¡Que te lo digo yo!

La irresponsabilidad compromete el presente y el futuro del futbol mexicano, por lo que es urgente que se apliquen sanciones más estrictas para aquellos jugadores que no actúan como profesionales ni como ejemplo para la sociedad

El futbol atraviesa por un momento sumamente complicado, en el que intenta superar la crisis provocada por la pandemia del Covid-19, cuando todavía no se ha podido frenar la propagación de esta terrible enfermedad, que ha causado la muerte de cerca de 845 mil personas.

Se han registrado pérdidas millonarias en una temporada que a mediados de marzo tuvo que ser interrumpida, así como todo lo que conlleva el fuerte protocolo sanitario para lograr completarla e intentar que los aficionados puedan regresar, próximamente, a los estadios.

Sin embargo, existen jugadores profesionales que creen saber lo que son, pero que con sus acciones no sólo complican la situación, sino que además ponen el mal ejemplo ante todos aquellos que los ven como referentes.

Es cierto que uno como jugador profesional tiene derecho a una vida personal privada, en la que se puede disfrutar como cualquier otra persona, pero también lo es que se debe respetar el compromiso con uno mismo, con el club y con los aficionados.

Participar en reuniones familiares no es pecado, pero hacerlo a altas horas de la noche con personas ajenas a su entorno en plena temporada es un acto total de indisciplina, sobre todo en época de pandemia, cuando las autoridades instan a mantener el confinamiento en casa cuanto más sea posible.

En el Torneo Guard1anes 2020, dedicado a todos esos héroes que cada día arriesgan su vida en la batalla contra el coronavirus, ya han transcurrido siete fechas, pero también se han registrado cerca de 100 contagios entre los integrantes de los equipos.

Y la mayoría de ellos podrían deberse a estos jugadores, que lejos de comportarse como profesionales anteponen sus intereses personales, quizá no de manera intencional, pero sí irresponsable.

Lo más penoso de todo esto, es que muchos de ellos son los jóvenes que representan el futuro del futbol mexicano, que deberían estar enfocados en su correcto descanso y buena alimentación para alcanzar el nivel óptimo que les permita consolidarse en Primera División.

Sin el afán de criticar a nadie, nos encontramos con casos como el del volante de Chivas, Javier López, quien cuenta con el talento necesario para convertirse en ídolo, pero que, a sus 25 años de edad, últimamente ha sido duramente criticado debido a su sobrepeso.

Javier, mejor conocido como la Chofis, fue viralizado en las redes sociales luego de que su novia publicó en Instagram el video en el que el jugador aparece durante una fiesta en las calles de Guadalajara.

Pero él no es el único caso de indisciplina en Chivas, que, cabe destacar, mantiene su tradición de jugar con puro futbolista mexicano.

Uriel Antuna y Alexis Vega también estuvieron recientemente en el ojo del huracán, luego de que ambos acudieron a una fiesta con amigos.

Al igual que pasó con Javier López, el volante y el delantero, de 23 y 22 años de edad, respectivamente, fueron evidenciados en Instagram.

Aquí es donde entra en cuestión de qué tan en privado quieren mantener su vida personal, pues han dado más de qué hablar en las redes sociales que sobre el terreno de juego.

En el caso de Antuna es aún más lamentable, ya que se trata del jugador que hace tres años firmó contrato con el Manchester City, antes de ser cedido al Groningen y al Galaxy de la MLS, para finalmente ser vendido a Chivas.

El más reciente cado fue el de Alan Mozo, defensor de los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El joven de 23 años de edad fue castigado un partido suspendido tras ser sorprendido en una fiesta, en la que también se encontraba el uruguayo Pablo Cepellini, volante del Cruz Azul.

Mozo salió de fiesta tras el empate sin goles ante Mazatlán FC, en lugar de regresar a casa para recuperarse del desgaste y, sobre todo, mantenerse a salvo ante la propagación de la pandemia.

Definitivamente, en la vida, como en el futbol, hay decisiones que se toman en su momento. Por esa razón es básica la educación familiar, que son los valores que se aprenden; así como la escuela, que es adquirir una cultura para disfrutar de bases sólidas.

Y con esto se toman mucho mejor las decisiones para saber distinguir lo bueno de lo malo.

¡Que te lo digo yo!