/ lunes 6 de diciembre de 2021

A la mitad del camino,vamos por la ruta correcta

Durante los primeros tres años de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador ha quedado demostrado que el país es conducido por la ruta de la estabilidad y el crecimiento, lo que ha contribuido en mayor inversión y hacer realidad una política social que cumple con el paradigma de primero los pobres.

Están sentadas las bases para consolidar la Cuarta Transformación no solo por los logros alcanzados en el ámbito macroeconómico, los proyectos de infraestructura que están en marcha en varias entidades federativas y el apoyo decidido al campo, sino, además, por los lineamientos de austeridad, respeto absoluto a los principios de transparencia y rendición de cuentas, elementos insustituibles en el combate a la corrupción.

Las y los mexicanos hemos podido observar, en estos tres años, una forma distinta en la actuación del gobierno que, dicho sea de paso, ha permanecido cercano a la ciudadanía en el territorio y no como antes lo hacía desde el escritorio. El propósito se ha cumplido: eliminar excesos y derroches; hacer más con menos en el quehacer público; bienvenida la austeridad republicana.

En este tramo del camino en la construcción de un país más equitativo, en el que no haya cabida a la desigualdad ni a la exclusión, los integrantes de la mayoría en el Poder Legislativo han acompañado al gobierno de la 4T con la aprobación de reformas relevantes para cumplir con los grupos sociales más vulnerables y asegurar la permanencia de programas de bienestar para 9 millones de adultos mayores de 65 años, personas con discapacidad, becas para 11 millones de estudiantes de escasos recursos, niñas, niños y adolescentes, así como trabajadores del campo.

Debemos reconocer la voluntad política del régimen de propiciar, por cuestiones de justicia, la actualización del salario mínimo, cuyo incremento de 22 por ciento se aprobó el pasado miércoles y entrará en vigor el primer día de 2022, para quedar en 172.87 pesos y en la zona especial de la frontera norte en 260.34 pesos diarios.

En estos 36 meses de gestión, el titular del Poder Ejecutivo ha cumplido el compromiso asumido con la ciudadanía de no aumentar los impuestos ni crear nuevos. Se incrementó la recaudación al erradicar la evasión, elusión y defraudación fiscal. Se canceló la condonación de impuestos y no se endeudó al país.

Mediante la construcción de grandes obras de infraestructura en diversas regiones, además de alentar la inversión y generar fuentes de trabajo, se ha contribuido a la reactivación de la economía en algunas entidades federativas. Me refiero especialmente al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el Tren Maya, el Corredor Interoceánico, la refinería de Dos Bocas y la Central Fotovoltaica, en el estado de Sonora, la octava más grande del mundo.

No es casual la aceptación que tiene el presidente López Obrador entre la ciudadanía, que se reflejó en la concentración popular de miles de personas que acudieron a la Plaza de la Constitución para escuchar el informe de quien encabeza el proyecto transformador del país.

Los logros en materia de democracia participativa son evidentes en lo que va de esta administración: el impulso a la consulta popular, el ejercicio de revocación de mandato y el respeto absoluto a las personas, organizaciones y grupos sociales que ejercen su derecho a disentir.

En este tramo, justo a la mitad del camino, es importante el grado de avance de acciones realizadas en diferentes ámbitos, otras requieren de un mayor esfuerzo como el de la seguridad, que es una asignatura pendiente en algunas regiones del país y que, sin duda, seguirá siendo un tema prioritario para el gobierno.

Coincido con el presidente López Obrador cuando afirma que los mexicanos estamos de pie y que, a pesar de las adversidades, los retos provocados por la pandemia por Covid-19 y la situación económica a nivel mundial, sigue avanzando el proyecto transformador de la vida pública del país.

XXX Twitter: @Sergeluna_S

Durante los primeros tres años de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador ha quedado demostrado que el país es conducido por la ruta de la estabilidad y el crecimiento, lo que ha contribuido en mayor inversión y hacer realidad una política social que cumple con el paradigma de primero los pobres.

Están sentadas las bases para consolidar la Cuarta Transformación no solo por los logros alcanzados en el ámbito macroeconómico, los proyectos de infraestructura que están en marcha en varias entidades federativas y el apoyo decidido al campo, sino, además, por los lineamientos de austeridad, respeto absoluto a los principios de transparencia y rendición de cuentas, elementos insustituibles en el combate a la corrupción.

Las y los mexicanos hemos podido observar, en estos tres años, una forma distinta en la actuación del gobierno que, dicho sea de paso, ha permanecido cercano a la ciudadanía en el territorio y no como antes lo hacía desde el escritorio. El propósito se ha cumplido: eliminar excesos y derroches; hacer más con menos en el quehacer público; bienvenida la austeridad republicana.

En este tramo del camino en la construcción de un país más equitativo, en el que no haya cabida a la desigualdad ni a la exclusión, los integrantes de la mayoría en el Poder Legislativo han acompañado al gobierno de la 4T con la aprobación de reformas relevantes para cumplir con los grupos sociales más vulnerables y asegurar la permanencia de programas de bienestar para 9 millones de adultos mayores de 65 años, personas con discapacidad, becas para 11 millones de estudiantes de escasos recursos, niñas, niños y adolescentes, así como trabajadores del campo.

Debemos reconocer la voluntad política del régimen de propiciar, por cuestiones de justicia, la actualización del salario mínimo, cuyo incremento de 22 por ciento se aprobó el pasado miércoles y entrará en vigor el primer día de 2022, para quedar en 172.87 pesos y en la zona especial de la frontera norte en 260.34 pesos diarios.

En estos 36 meses de gestión, el titular del Poder Ejecutivo ha cumplido el compromiso asumido con la ciudadanía de no aumentar los impuestos ni crear nuevos. Se incrementó la recaudación al erradicar la evasión, elusión y defraudación fiscal. Se canceló la condonación de impuestos y no se endeudó al país.

Mediante la construcción de grandes obras de infraestructura en diversas regiones, además de alentar la inversión y generar fuentes de trabajo, se ha contribuido a la reactivación de la economía en algunas entidades federativas. Me refiero especialmente al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, el Tren Maya, el Corredor Interoceánico, la refinería de Dos Bocas y la Central Fotovoltaica, en el estado de Sonora, la octava más grande del mundo.

No es casual la aceptación que tiene el presidente López Obrador entre la ciudadanía, que se reflejó en la concentración popular de miles de personas que acudieron a la Plaza de la Constitución para escuchar el informe de quien encabeza el proyecto transformador del país.

Los logros en materia de democracia participativa son evidentes en lo que va de esta administración: el impulso a la consulta popular, el ejercicio de revocación de mandato y el respeto absoluto a las personas, organizaciones y grupos sociales que ejercen su derecho a disentir.

En este tramo, justo a la mitad del camino, es importante el grado de avance de acciones realizadas en diferentes ámbitos, otras requieren de un mayor esfuerzo como el de la seguridad, que es una asignatura pendiente en algunas regiones del país y que, sin duda, seguirá siendo un tema prioritario para el gobierno.

Coincido con el presidente López Obrador cuando afirma que los mexicanos estamos de pie y que, a pesar de las adversidades, los retos provocados por la pandemia por Covid-19 y la situación económica a nivel mundial, sigue avanzando el proyecto transformador de la vida pública del país.

XXX Twitter: @Sergeluna_S