/ martes 6 de agosto de 2024

A la sombra / Jesús Ramírez Cuevas

Como para el Presidente Andrés Manuel López Obrador “los potentados controlan los medios convencionales de comunicación, como periódicos, revistas, estaciones de radio y televisión”, la mejor opción que se le ocurre para combatirlos es pagar desde el gobierno a comunicadores “independientes”, para que reproduzcan acríticamente el discurso oficial y los boletines de prensa oficiales.

Para eso está organizando, desde la oficina en Palacio Nacional de Jesús Ramírez, su vocero, el Primer Encuentro Continental de Comunicador@s Independientes (PECCI), leaseo youtubers, que en el caso de los mexicanos son quienes asisten regularmente a las conferencias mañaneras, que en este sexenio se han caracterizado por replicar el discurso oficialista del Presidente mientras descalifican el trabajo de la prensa convencional. Ahora serán influencers “independientes” pagados desde el poder.

A la sombra…

A propósito de esta relación amor-odio que mantienen algunos personajes de la política con las redes sociales, al mandatario venezolano Nicolás Maduro se le ocurrió ayer “romper relaciones” con WhatsApp, así, tal cual, porque asegura que “están usando” esta aplicación para amenazar a Venezuela. “¡Dile no a WhatsApp! ¡Fuera WhatsApp de Venezuela!", dijo ayer, pero ya había planteado la posibilidad de regular Instagram y TikTok.

Lo cierto es que las controvertidas elecciones detonaron una oleada de información falsa en redes sociales sobre la situación en el país sudamericano, como aquella que circuló precisamente en WhatsApp que alertaba de una supuesta represión policiaca contra manifestantes en las calles de Venezuela.

En el fondo, el riesgo es que el régimen chavista utilice este fenómeno como argumento para estrechar cada vez más el cerco informativo. Y si cabe la duda, basta traer a cuento la denuncia que hizo apenas en junio pasado el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) de Venezuela: 405 medios de comunicación cerraron en ese país en las últimas dos décadas.

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Pues a los ex perredistas como Jesús Zambrano, que quieren fundar “México Posible” sobre las ruinas de lo que fue el partido del Sol Azteca, súmele ahora a la “Organización por la familia y seguridad de México”, que encabeza la ex delegada en Cuauhtémoc y fallida candidata al Senado, Sandra Cuevas, quien dice que va a buscar el registro como partido político para su organización.

Esto luego de dejarse retratar en Madrid con el ex presidente Felipe Calderón y con su esposa Margarita Zavala, aunque bien a bien no se sabe la orientación ideológica de su partido, pues ya militó en PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.

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A pesar de que no se cuenta con un Atlas de Riesgos de la Seguridad Nacional, ni en la Sedena del general Luis Cresencio Sandoval, ni en la Secretaría de Seguridad Pública de Rosa Icela Rodríguez, una de las hipótesis más fuertes de quienes vandalizaron el fin de semana el edificio de la Secretaría del Bienestar, en Paseo de la Reforma, tiene que ver con el resurgimiento de células anarquistas, que hace 10 años estuvieron muy activas, pero cuyos integrantes fueron abandonando el activismo, siendo ahora relevados por células pequeñas de jóvenes inconformes con el statu quo, sin alto poder de fuego, pero dispuestos a atacar símbolos de todo tipo de poder, tanto político y económico.

Como para el Presidente Andrés Manuel López Obrador “los potentados controlan los medios convencionales de comunicación, como periódicos, revistas, estaciones de radio y televisión”, la mejor opción que se le ocurre para combatirlos es pagar desde el gobierno a comunicadores “independientes”, para que reproduzcan acríticamente el discurso oficial y los boletines de prensa oficiales.

Para eso está organizando, desde la oficina en Palacio Nacional de Jesús Ramírez, su vocero, el Primer Encuentro Continental de Comunicador@s Independientes (PECCI), leaseo youtubers, que en el caso de los mexicanos son quienes asisten regularmente a las conferencias mañaneras, que en este sexenio se han caracterizado por replicar el discurso oficialista del Presidente mientras descalifican el trabajo de la prensa convencional. Ahora serán influencers “independientes” pagados desde el poder.

A la sombra…

A propósito de esta relación amor-odio que mantienen algunos personajes de la política con las redes sociales, al mandatario venezolano Nicolás Maduro se le ocurrió ayer “romper relaciones” con WhatsApp, así, tal cual, porque asegura que “están usando” esta aplicación para amenazar a Venezuela. “¡Dile no a WhatsApp! ¡Fuera WhatsApp de Venezuela!", dijo ayer, pero ya había planteado la posibilidad de regular Instagram y TikTok.

Lo cierto es que las controvertidas elecciones detonaron una oleada de información falsa en redes sociales sobre la situación en el país sudamericano, como aquella que circuló precisamente en WhatsApp que alertaba de una supuesta represión policiaca contra manifestantes en las calles de Venezuela.

En el fondo, el riesgo es que el régimen chavista utilice este fenómeno como argumento para estrechar cada vez más el cerco informativo. Y si cabe la duda, basta traer a cuento la denuncia que hizo apenas en junio pasado el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) de Venezuela: 405 medios de comunicación cerraron en ese país en las últimas dos décadas.

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Pues a los ex perredistas como Jesús Zambrano, que quieren fundar “México Posible” sobre las ruinas de lo que fue el partido del Sol Azteca, súmele ahora a la “Organización por la familia y seguridad de México”, que encabeza la ex delegada en Cuauhtémoc y fallida candidata al Senado, Sandra Cuevas, quien dice que va a buscar el registro como partido político para su organización.

Esto luego de dejarse retratar en Madrid con el ex presidente Felipe Calderón y con su esposa Margarita Zavala, aunque bien a bien no se sabe la orientación ideológica de su partido, pues ya militó en PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.

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A pesar de que no se cuenta con un Atlas de Riesgos de la Seguridad Nacional, ni en la Sedena del general Luis Cresencio Sandoval, ni en la Secretaría de Seguridad Pública de Rosa Icela Rodríguez, una de las hipótesis más fuertes de quienes vandalizaron el fin de semana el edificio de la Secretaría del Bienestar, en Paseo de la Reforma, tiene que ver con el resurgimiento de células anarquistas, que hace 10 años estuvieron muy activas, pero cuyos integrantes fueron abandonando el activismo, siendo ahora relevados por células pequeñas de jóvenes inconformes con el statu quo, sin alto poder de fuego, pero dispuestos a atacar símbolos de todo tipo de poder, tanto político y económico.