/ jueves 27 de junio de 2019

A la sombra | José Antonio Fernández Carbajal

Foto: Alejandro Oyervides

Dicen los que saben que la diputada TATIANA CLOUTHIER ahora hace campaña para el Diablo. No se asuste, nos referimos al empresario JOSÉ ANTONIO FERNÁNDEZ CARBAJAL, para evitar que se establezca un etiquetado de advertencia al frente de los refrescos y la comida chatarra y los consumidores puedan hacer elecciones más saludables. Sí, resulta que la fallida subsecretaria de Gobernación cabildea para echar abajo el etiquetado de alimentos simplificado y fácil, como el que se usa ya en Chile, Uruguay y Perú. Total, nos cuentan que ella ya se puso del lado de las refresqueras y fabricantes de comida chatarra. ¿Es en serio?

***

Pemex, de Octavio Romero, debe decidir en estos días si mantiene el contrato de suministro de etanol firmado en 2010 con Braskem-Idesa para un periodo de 20 años, luego de que hace unas semanas la petrolera solicitó a la empresa de Stefan Lepecki una propuesta de inversiones a realizar en la planta de Etileno XXI que fuera benéfica para ambas partes.

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¿A usted qué? La importancia del asunto radica en que, una eventual cancelación del mencionado acuerdo, implicaría que el gobierno mexicano deba adquirir el complejo petroquímico valuado en más de mil 200 millones de dólares; situación que, en consecuencia, llevaría a una quiebra inminente a la Empresa Productiva del Estado. ¿No que no le importaba?

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Que este jueves inicia en Quintana Roo, de Carlos Joaquín González, la cumbre internacional contra el sargazo, evento en el que se darán cita delegaciones de los 18 países del Caribe que comparten la mencionada problemática. Nos adelantan que durante las mesas de trabajo se definirán acciones conjuntas para detener el avance del alga hacia las costas del Caribe y recolectarla en altamar.

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Que esta estrategia para solucionar un problema que no es “gravísimo” para el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pero sí para algunos turistas y para muchos empresarios, nos confían, estará liderada por el equipo del gobernador Carlos Joaquín González que, incluso, ha sido ya consultado por naciones como Belice, Puerto Rico, República Dominicana y Martinica sobre la efectividad del método que emplea para atender la contingencia.

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Nos cuentan que el Senado de la República pagó casi 11 millones de pesos para blindarse de ataques cibernéticos. Creen que los hackers andan sueltos en México y que ellos son uno de los objetivos clave. Este contrato es uno de los pocos que avanzan pese al recorte presupuestal ordenado por el senador Martí Batres, el presidente de la mesa directiva, el mismo que comenzó a proponer llevar su propia comida a la oficina, con tupper y todo el kit godín. Lo que salta es que este negocio millonario lo ganó una tal Millenium Technologies, que frente a otros expertos, como Kaspersky por ejemplo, suena muy desconocida.

Foto: Alejandro Oyervides

Dicen los que saben que la diputada TATIANA CLOUTHIER ahora hace campaña para el Diablo. No se asuste, nos referimos al empresario JOSÉ ANTONIO FERNÁNDEZ CARBAJAL, para evitar que se establezca un etiquetado de advertencia al frente de los refrescos y la comida chatarra y los consumidores puedan hacer elecciones más saludables. Sí, resulta que la fallida subsecretaria de Gobernación cabildea para echar abajo el etiquetado de alimentos simplificado y fácil, como el que se usa ya en Chile, Uruguay y Perú. Total, nos cuentan que ella ya se puso del lado de las refresqueras y fabricantes de comida chatarra. ¿Es en serio?

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Pemex, de Octavio Romero, debe decidir en estos días si mantiene el contrato de suministro de etanol firmado en 2010 con Braskem-Idesa para un periodo de 20 años, luego de que hace unas semanas la petrolera solicitó a la empresa de Stefan Lepecki una propuesta de inversiones a realizar en la planta de Etileno XXI que fuera benéfica para ambas partes.

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¿A usted qué? La importancia del asunto radica en que, una eventual cancelación del mencionado acuerdo, implicaría que el gobierno mexicano deba adquirir el complejo petroquímico valuado en más de mil 200 millones de dólares; situación que, en consecuencia, llevaría a una quiebra inminente a la Empresa Productiva del Estado. ¿No que no le importaba?

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Que este jueves inicia en Quintana Roo, de Carlos Joaquín González, la cumbre internacional contra el sargazo, evento en el que se darán cita delegaciones de los 18 países del Caribe que comparten la mencionada problemática. Nos adelantan que durante las mesas de trabajo se definirán acciones conjuntas para detener el avance del alga hacia las costas del Caribe y recolectarla en altamar.

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Que esta estrategia para solucionar un problema que no es “gravísimo” para el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pero sí para algunos turistas y para muchos empresarios, nos confían, estará liderada por el equipo del gobernador Carlos Joaquín González que, incluso, ha sido ya consultado por naciones como Belice, Puerto Rico, República Dominicana y Martinica sobre la efectividad del método que emplea para atender la contingencia.

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Nos cuentan que el Senado de la República pagó casi 11 millones de pesos para blindarse de ataques cibernéticos. Creen que los hackers andan sueltos en México y que ellos son uno de los objetivos clave. Este contrato es uno de los pocos que avanzan pese al recorte presupuestal ordenado por el senador Martí Batres, el presidente de la mesa directiva, el mismo que comenzó a proponer llevar su propia comida a la oficina, con tupper y todo el kit godín. Lo que salta es que este negocio millonario lo ganó una tal Millenium Technologies, que frente a otros expertos, como Kaspersky por ejemplo, suena muy desconocida.