/ martes 17 de marzo de 2020

A la sombra | Nayib Bukele

Foto: Luis Calderón

“Presidente Bukele: el vuelo AVIANCA que menciona se canceló porque se suspendieron todos los vuelos a San Salvador. Podría ud. compartirnos cuales son los 12 casos de coronavirus que menciona y donde se confirmaron? Es lo responsable en este y en cualquier otro caso”, le respondió Marcelo Ebrard a NAYIB BUKELE en Twitter. Antes, el mandatario salvadoreño advirtió: “El vuelo de Avianca procedente de México hacia San Salvador, que sale a las 4:00 pm y que arribaría a nuestro país a las 6:50 pm, trae 12 casos confirmados de #COVID19. El avión no podrá ingresar al país. Le pido a toda la gente que piensa abordar ese vuelo, QUE NO LO HAGA”. Y tachó en otro tuit de irresponsable al gobierno de López Obrador.

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Dicen los que saben que en los próximos días el Gobierno Federal definirá y hará pública la lista de los proyectos de Infraestructura Energética del país. Se estima sean alrededor de 50 que demandarán una inversión pública y privada de más de 50 mil millones de dólares.

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Nos adelantan que para la reconfiguración y modernización de seis refinerías, Pemex demandará nuevos contratos y la reactivación de acuerdos vigentes. Dos Bocas necesitará unos ocho mil 300 millones de dólares, sin contar el tema de la adecuación del terreno y las vías de acceso primarias, inversiones que estarán a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, de Javier Jiménez Espriú, y de la Comisión Nacional del Agua, que encabeza Blanca Elena Jiménez Cisneros.

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Al interior de Petróleos Mexicanos y la Secretaría de Energía ya le explicaron al Presidente que se necesita inversión privada, al menos cuatro mil 700 millones de dólares para Salina Cruz; unos tres mil 100 millones de dólares para Tula; mil millones de dólares para Minatitlán; mil millones de dólares para Ciudad Madero, y 850 millones de dólares para Cadereyta.

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Que para desarrollar estos proyectos ya se acercaron a Pemex los de Inbursa, de Carlos Slim; Grupo Azteca, de Ricardo Salinas, y Banorte, de Carlos Hank, así como BlackRock, de Larry Fink, Mitsui, fondos europeos y asiáticos, particularmente chinos. Pero que llama la atención que al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no le atrae la idea de hacer negocios con representantes del dragón asiático que comanda Xi Jinping.

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Hasta antes de la guerra del petróleo y la caída en el precio de los barriles de referencia, nos aseguraban que todos estos proyectos garantizan una rentabilidad de entre 18 y 21 por ciento. Con este esquema, Pemex seguirá siendo dueño de las instalaciones y la producción de hidrocarburos, algo que ponen como condición los jefes máximos de Pemex, Energía y CFE, considerados radicales por muchos, nos referimos a Octavio Romero, Rocío Nahle y Manuel Bartlett.

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Llama la atención de los inversionistas que la lista de proyectos que anunciará el Presidente de México en cualquier momento, tendrán un periodo de obra de no más de 36 meses con el propósito de terminar en septiembre del 2024 junto con el periodo de gobierno. Es decir, todo tendrá que festejarse en este sexenio.

Foto: Luis Calderón

“Presidente Bukele: el vuelo AVIANCA que menciona se canceló porque se suspendieron todos los vuelos a San Salvador. Podría ud. compartirnos cuales son los 12 casos de coronavirus que menciona y donde se confirmaron? Es lo responsable en este y en cualquier otro caso”, le respondió Marcelo Ebrard a NAYIB BUKELE en Twitter. Antes, el mandatario salvadoreño advirtió: “El vuelo de Avianca procedente de México hacia San Salvador, que sale a las 4:00 pm y que arribaría a nuestro país a las 6:50 pm, trae 12 casos confirmados de #COVID19. El avión no podrá ingresar al país. Le pido a toda la gente que piensa abordar ese vuelo, QUE NO LO HAGA”. Y tachó en otro tuit de irresponsable al gobierno de López Obrador.

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Dicen los que saben que en los próximos días el Gobierno Federal definirá y hará pública la lista de los proyectos de Infraestructura Energética del país. Se estima sean alrededor de 50 que demandarán una inversión pública y privada de más de 50 mil millones de dólares.

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Nos adelantan que para la reconfiguración y modernización de seis refinerías, Pemex demandará nuevos contratos y la reactivación de acuerdos vigentes. Dos Bocas necesitará unos ocho mil 300 millones de dólares, sin contar el tema de la adecuación del terreno y las vías de acceso primarias, inversiones que estarán a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, de Javier Jiménez Espriú, y de la Comisión Nacional del Agua, que encabeza Blanca Elena Jiménez Cisneros.

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Al interior de Petróleos Mexicanos y la Secretaría de Energía ya le explicaron al Presidente que se necesita inversión privada, al menos cuatro mil 700 millones de dólares para Salina Cruz; unos tres mil 100 millones de dólares para Tula; mil millones de dólares para Minatitlán; mil millones de dólares para Ciudad Madero, y 850 millones de dólares para Cadereyta.

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Que para desarrollar estos proyectos ya se acercaron a Pemex los de Inbursa, de Carlos Slim; Grupo Azteca, de Ricardo Salinas, y Banorte, de Carlos Hank, así como BlackRock, de Larry Fink, Mitsui, fondos europeos y asiáticos, particularmente chinos. Pero que llama la atención que al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no le atrae la idea de hacer negocios con representantes del dragón asiático que comanda Xi Jinping.

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Hasta antes de la guerra del petróleo y la caída en el precio de los barriles de referencia, nos aseguraban que todos estos proyectos garantizan una rentabilidad de entre 18 y 21 por ciento. Con este esquema, Pemex seguirá siendo dueño de las instalaciones y la producción de hidrocarburos, algo que ponen como condición los jefes máximos de Pemex, Energía y CFE, considerados radicales por muchos, nos referimos a Octavio Romero, Rocío Nahle y Manuel Bartlett.

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Llama la atención de los inversionistas que la lista de proyectos que anunciará el Presidente de México en cualquier momento, tendrán un periodo de obra de no más de 36 meses con el propósito de terminar en septiembre del 2024 junto con el periodo de gobierno. Es decir, todo tendrá que festejarse en este sexenio.