/ martes 14 de mayo de 2019

A la sombra | Nuno Matos

Foto: Alejandro Oyervides

“Este nuevo crédito sindicado a un plazo de cinco años y por ocho mil millones de dólares es una muestra de la confianza que tiene HSBC en Pemex, en México y en su actual administración”, dijo NUNO MATOS, el CEO de HSBC México, durante la firma del contrato con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, junto con Felipe García-Moreno, presidente y director general de JP Morgan México, y de Gerald Rizzieri, presidente y CEO de Mizuho Securities.

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Dicen los que saben que el plan original para la refinería de Tula es la base que toma el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para construir Dos Bocas. Un documento fechado el 14 de abril de 2009 es el que pasa de mano en mano entre los altos directivos de Petróleos Mexicanos, de Octavio Romero Oropeza, y la Secretaría de Energía, de Rocío Nahle. Nos referimos al texto que se titula: “Cómo tomó Pemex la decisión de la localización de la nueva refinería. Una secuencia de eventos”.

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El texto recuerda que el 18 de marzo de 2008 el entonces Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, instruyó a la Secretaría de Energía y a Petróleos Mexicanos a iniciar los estudios y analizar la factibilidad técnica, financiera y logística que permitiera construir una nueva refinería en territorio nacional, la primera en 40 años (México construyó su última refinería en 1979).

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Los nueve lugares evaluados fueron: Cadereyta, Nuevo León; Campeche, Campeche; Dos Bocas, Tabasco; La Cangrejera-Minatitlán, Veracruz; Lázaro Cárdenas, Michoacán; Manzanillo, Colima; Salina Cruz, Oaxaca; Tula, Hidalgo, y Tuxpan, Veracruz. De las alternativas evaluadas en ese entonces, Tula resultó la más rentable, seguida muy de cerca por Tuxpan. Por eso muchos de los involucrados no se explican por qué justifican Dos Bocas como la opción idónea, más de una década después.

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Por cierto, el “Estudio de viabilidad para construir una nueva refinería”, del 30 de julio de 2008, recordaba que desde hace años Pemex Refinación enfrenta una situación crítica, caracterizada por graves restricciones para cumplir su objetivo fundamental como organismo subsidiario de Petróleos Mexicanos: abastecer con eficiencia, calidad, oportunidad, seguridad y a precios competitivos la demanda de petrolíferos del país.

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Esta situación, dice el estudio de 2008, es especialmente crítica en el caso de la infraestructura de producción de petrolíferos, la cual ha permanecido sin cambios ni actualizaciones durante décadas, frente a una demanda interna de petrolíferos que aumenta a tasas más elevadas que la economía nacional. Además, hace 11 años advertía que los recursos necesarios para el proyecto se estimaban entre nueve mil y 10 mil 800 millones de dólares, dependiendo de su localización. No seis mil ni ocho mil millones de dólares de 2019, como dice el gobierno de López Obrador. Ni en tres años, ellos hablaban de comenzar la edificación en 2010, para que iniciara operaciones hacia 2015. Eso no pasó. Y por los endebles planes de Rocío Nahle, nos dicen que tampoco ahora se concretará.

Foto: Alejandro Oyervides

“Este nuevo crédito sindicado a un plazo de cinco años y por ocho mil millones de dólares es una muestra de la confianza que tiene HSBC en Pemex, en México y en su actual administración”, dijo NUNO MATOS, el CEO de HSBC México, durante la firma del contrato con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, junto con Felipe García-Moreno, presidente y director general de JP Morgan México, y de Gerald Rizzieri, presidente y CEO de Mizuho Securities.

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Dicen los que saben que el plan original para la refinería de Tula es la base que toma el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para construir Dos Bocas. Un documento fechado el 14 de abril de 2009 es el que pasa de mano en mano entre los altos directivos de Petróleos Mexicanos, de Octavio Romero Oropeza, y la Secretaría de Energía, de Rocío Nahle. Nos referimos al texto que se titula: “Cómo tomó Pemex la decisión de la localización de la nueva refinería. Una secuencia de eventos”.

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El texto recuerda que el 18 de marzo de 2008 el entonces Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, instruyó a la Secretaría de Energía y a Petróleos Mexicanos a iniciar los estudios y analizar la factibilidad técnica, financiera y logística que permitiera construir una nueva refinería en territorio nacional, la primera en 40 años (México construyó su última refinería en 1979).

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Los nueve lugares evaluados fueron: Cadereyta, Nuevo León; Campeche, Campeche; Dos Bocas, Tabasco; La Cangrejera-Minatitlán, Veracruz; Lázaro Cárdenas, Michoacán; Manzanillo, Colima; Salina Cruz, Oaxaca; Tula, Hidalgo, y Tuxpan, Veracruz. De las alternativas evaluadas en ese entonces, Tula resultó la más rentable, seguida muy de cerca por Tuxpan. Por eso muchos de los involucrados no se explican por qué justifican Dos Bocas como la opción idónea, más de una década después.

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Por cierto, el “Estudio de viabilidad para construir una nueva refinería”, del 30 de julio de 2008, recordaba que desde hace años Pemex Refinación enfrenta una situación crítica, caracterizada por graves restricciones para cumplir su objetivo fundamental como organismo subsidiario de Petróleos Mexicanos: abastecer con eficiencia, calidad, oportunidad, seguridad y a precios competitivos la demanda de petrolíferos del país.

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Esta situación, dice el estudio de 2008, es especialmente crítica en el caso de la infraestructura de producción de petrolíferos, la cual ha permanecido sin cambios ni actualizaciones durante décadas, frente a una demanda interna de petrolíferos que aumenta a tasas más elevadas que la economía nacional. Además, hace 11 años advertía que los recursos necesarios para el proyecto se estimaban entre nueve mil y 10 mil 800 millones de dólares, dependiendo de su localización. No seis mil ni ocho mil millones de dólares de 2019, como dice el gobierno de López Obrador. Ni en tres años, ellos hablaban de comenzar la edificación en 2010, para que iniciara operaciones hacia 2015. Eso no pasó. Y por los endebles planes de Rocío Nahle, nos dicen que tampoco ahora se concretará.