Como es habitual, el expresidente Vicente Fox cambió de opinión. Envió una carta al Secretario de Defensa Nacional, Luis Cresencio, para pedirle que le elimine la seguridad proporcionada, no sin antes darle las gracias. Y es que Fox argumenta que dada la situación de inseguridad en el país, él se hará cargo de su inseguridad. Recordara que en abril Don Vicente denunció que un comando armado intentó entrar a su país y responsabilizó al presidente Andrés Manuel López Obrador por si algo le pasaba.
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Después de que el gobierno federal anunció que someterá a revisión rigurosa los contratos de internet, el ingeniero Carlos Slim anda más atento de lo normal con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Dicen por ahí que ya se le está haciendo costumbre visitarlo en Palacio Nacional, pues el miércoles, casi a la hora de la merienda realizó una visita fugaz al primer mandatario y apenas la semana pasada, llegó con todo y bolsita de regalo del Museo Soumaya. Y es que parece mucha coincidencia, después de que el quinto hombre más rico del mundo ganó una licitación para proveer de internet a instituciones públicas y más, cuando dicen que ya están próximos a acordar una tarifa justa por los gasoductos con la Comisión Federal de Electricidad.
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Las organizaciones campesinas salieron ayer por todo el país a jugarle a las vencidas al gobierno federal, con una capacidad de movilización realmente nacional, pero se toparon con un Presidente duro de roer, quien dice que ya no va a dar a las organizaciones el dinero de los campesinos. En su momento la CNTE también trató de que le dejaran manejar la nómina magisterial y alcanzaron algunos acuerdos gracias a sus marchas, pero no ése.
La ciudadanía que no tiene vela en ese entierro se queda a la mitad de esos pleitos y padece caos vial citadino y parálisis en carreteras. Y ahí es justo donde comienzan a surgir voces en los pasillos de gobierno y en redes sociales que piden extrapolar la Ley Garrote a la capital al poner en la legislación que sí se puede detener a quienes marchen y bloqueen con fines de “extorsión política”, que equivale a aquel delito de “disolución social” que significaba todo y nada a la vez. Total, que un mal menor podría convertirse en un mal mayor para las libertades. Ojo.
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El acuerdo alcanzado entre los organizadores de la Fórmula Uno y la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum abre la puerta para que otras competencias y eventos que le dan realce turístico y escaparate internacional a la ciudad puedan replicar su formato y permanecer aquí, como los juegos de futbol americano en el Estadio Azteca o de béisbol, sin que el gobierno erogue grandes cantidades. En realidad sí llega a haber costos por movilización de policías para la seguridad de los eventos, pero ya sería marginal.
El problema se incubó porque a diferencia de lo que hacen los que organizan espectáculos musicales que pagan su evento y derechos por uso de inmuebles, F1 y NFL estaban acostumbrados a que la ciudad pagara por traerlos, como sucedió también con aquella película de James Bond. Esos tiempos parece que ya acabaron.
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Nos comentan que la Ley de Extinción de Dominio trae de cabeza a la bancada de Morena en San Lázaro. El punto es que aseguran algunos legisladores, como Lorena Villavicencio, que esta ley abre la posibilidad de expropiar los bienes, sin mediar juicio que compruebe la responsabilidad de alguna persona acusada de algún hecho delictivo. Ante eso se han prendido las alarmas porque atenta contra el principio de presunción de inocencia, el debido proceso y la certeza jurídica. Bueno tanto es el nerviosismo que ya algunos diputados del PRI, PAN y PRD se reunieron con la Consejería Jurídica de la Presidencia par a tratar de parar esta normativa. Es preocupante que los legisladores no estudiaran lo suficiente esta reforma antes de aprobarla y ahora tengan que abrir una ruta para corregirla.
