/ viernes 22 de junio de 2018

A la sombra | Vladimir Aguilar García

Pregunta el influyente semanario británico The Economist en su edición de este fin de semana: ¿Por qué metió a Napoleón Gómez Urrutia, un líder sindical acusado de robarse millones de dólares, como candidato al Senado por su partido?

Cuestiona el periódico, uno de los más influyentes del mundo: ¿Si el PRI es parte de la mafia del poder, por qué anima a funcionarios viejos del partido a unirse a Morena? Y otra más: ¿Si realmente le importan los pobres, por qué quiere echar para atrás el mejoramiento de la educación en el país?

Dice The Economist que la respuesta más cercana a algunos de esos cuestionamientos que saltan a la vista al escuchar a Andrés Manuel López Obrador es cínica. Su joven partido, explica en el artículo de portada titulado El mesías tropical, necesita soldados de a pie para que toquen puertas y consigan votos.

El año pasado Morena apenas tenía 320 mil miembros, de acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), de Lorenzo Córdova. El PRI tiene el doble de aliados solamente en el estado de Puebla, encabezado por el panista José Antonio Gali Fayad.

The Economist hace ver —aunque todos los medios mexicanos lo hemos hecho notar en algún momento de la campaña— que al oponerse a la reforma educativa, se gana el apoyo de 100 mil profesores sindicalizados, muy poderosos.

El tenderle la mano a Napo, además, le da el apoyo ciego de 120 mil sindicalistas del sector minero, que cuenta con muchos miles más de reclutas en todo el continente americano. Además, ofrecerle un espacio a viejos miembros del Revolucionario Institucional le asegura un flujo grande de políticos en su causa, en caso de que el PRI sufra un revés, como se espera el 1 de julio. La respetada publicación, que de verdad leen los tomadores de decisiones globales, dice que algunos sospechan que López Obrador tiene entre sus planes no solamente desmantelar el PRI, sino adoptar su modelo político, como el gran partido. Él ve ecos de la división social y la violencia que provocó la Revolución, que pueden ser reparados como lo hicieron los priistas centralizando el poder e invitando a todo el mundo a unirse. Entre Morena más crezca, debe pensar, México será más gobernable y armonioso.

El texto recuerda, así empieza en realidad, que López Obrador ha creado una cultura del no pago en Tabasco, no solamente de las cuentas de electricidad, también de agua y otros servicios. Dice que le han dicho a AMLO sus cercanos, desde la década de los 90, de la importancia de las reformas electorales para formalizar la democracia. Pero les ha dicho que no son importantes. “Este país va a avanzar con movilizaciones populares, no con reformas legales”. The Economist dice que el tabasqueño tiene la victoria en la palma de su mano y que el tiempo de probar esa teoría suya, llegó.

Hablando de la crisis del Frente, que El Sol de México le documentó muy bien ayer, resulta que VLADIMIR AGUILAR GARCÍA, secretario de Operación Política del PRD, estalló: “La plataforma del Frente no fue producto de una amplia discusión y participación de los diversos sectores de la sociedad, resultando en una incongruencia en los hechos”. Y agregó: “Tiene su peor expresión en la reciente reunión y acuerdos de (RICARDO) ANAYA con el Frente Nacional por la Familia que representa la visión más conservadora y que atenta contra los derechos humanos que nosotros siempre hemos defendido y promovido”.

Pregunta el influyente semanario británico The Economist en su edición de este fin de semana: ¿Por qué metió a Napoleón Gómez Urrutia, un líder sindical acusado de robarse millones de dólares, como candidato al Senado por su partido?

Cuestiona el periódico, uno de los más influyentes del mundo: ¿Si el PRI es parte de la mafia del poder, por qué anima a funcionarios viejos del partido a unirse a Morena? Y otra más: ¿Si realmente le importan los pobres, por qué quiere echar para atrás el mejoramiento de la educación en el país?

Dice The Economist que la respuesta más cercana a algunos de esos cuestionamientos que saltan a la vista al escuchar a Andrés Manuel López Obrador es cínica. Su joven partido, explica en el artículo de portada titulado El mesías tropical, necesita soldados de a pie para que toquen puertas y consigan votos.

El año pasado Morena apenas tenía 320 mil miembros, de acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), de Lorenzo Córdova. El PRI tiene el doble de aliados solamente en el estado de Puebla, encabezado por el panista José Antonio Gali Fayad.

The Economist hace ver —aunque todos los medios mexicanos lo hemos hecho notar en algún momento de la campaña— que al oponerse a la reforma educativa, se gana el apoyo de 100 mil profesores sindicalizados, muy poderosos.

El tenderle la mano a Napo, además, le da el apoyo ciego de 120 mil sindicalistas del sector minero, que cuenta con muchos miles más de reclutas en todo el continente americano. Además, ofrecerle un espacio a viejos miembros del Revolucionario Institucional le asegura un flujo grande de políticos en su causa, en caso de que el PRI sufra un revés, como se espera el 1 de julio. La respetada publicación, que de verdad leen los tomadores de decisiones globales, dice que algunos sospechan que López Obrador tiene entre sus planes no solamente desmantelar el PRI, sino adoptar su modelo político, como el gran partido. Él ve ecos de la división social y la violencia que provocó la Revolución, que pueden ser reparados como lo hicieron los priistas centralizando el poder e invitando a todo el mundo a unirse. Entre Morena más crezca, debe pensar, México será más gobernable y armonioso.

El texto recuerda, así empieza en realidad, que López Obrador ha creado una cultura del no pago en Tabasco, no solamente de las cuentas de electricidad, también de agua y otros servicios. Dice que le han dicho a AMLO sus cercanos, desde la década de los 90, de la importancia de las reformas electorales para formalizar la democracia. Pero les ha dicho que no son importantes. “Este país va a avanzar con movilizaciones populares, no con reformas legales”. The Economist dice que el tabasqueño tiene la victoria en la palma de su mano y que el tiempo de probar esa teoría suya, llegó.

Hablando de la crisis del Frente, que El Sol de México le documentó muy bien ayer, resulta que VLADIMIR AGUILAR GARCÍA, secretario de Operación Política del PRD, estalló: “La plataforma del Frente no fue producto de una amplia discusión y participación de los diversos sectores de la sociedad, resultando en una incongruencia en los hechos”. Y agregó: “Tiene su peor expresión en la reciente reunión y acuerdos de (RICARDO) ANAYA con el Frente Nacional por la Familia que representa la visión más conservadora y que atenta contra los derechos humanos que nosotros siempre hemos defendido y promovido”.