/ martes 12 de enero de 2021

A los combatientes

De esta pandemia hemos aprendido a valorar la vida o encontrar el significado a la misma. A un año de la detección de la primera persona infectada por el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad covid-19, los contagios parecían algo distante y ajeno. Hoy, el mundo está infestado. Entre las víctimas mortales está un amigo o algún conocido y detrás de toda esta lucha para mitigar los efectos devastadores, se encuentran seres humanos a quienes debemos reconocer su valor, profesionalismo, entrega y nobleza. A ellos, la siguiente reflexión.

La víspera de la Nochebuena, la enfermera María Irene Ramírez fue la primera mexicana en recibir la vacuna contra el covid-19. “El mejor regalo de 2020”, comentó visiblemente emocionada. En este contexto, el pasado 6 de enero celebramos el Día de la Enfermera y el Enfermero, quienes representan el 85% de todo el personal de sanidad.

Los profesionales de salud serán los primeros en recibir la inmunización al ser los combatientes de esta pandemia letal. El pasado mes de septiembre, Amnistía Internacional presentó un informe donde revelaba que México era el primer país con más decesos de personal médico. A la fecha han fallecido 2 mil 397, principalmente enfermeros y enfermeras.

Al momento de escribir estas líneas, de las 10 mil 298 camas con ventilador, el 58% se encuentran ocupadas, sin embargo, la Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo y Guanajuato registran una ocupación hospitalaria del 80%. En síntesis, al límite de sus capacidad y operatividad.

De manera insistente, el personal médico ha llamado a la población a ser solidarios, quedarse en casa y extremar medidas preventivas en la lucha contra la crisis sanitaria. “Si no nos ayudas no vamos a resistir”, claman exhaustos tras largas jornadas de trabajo. Algunos presentan el Síndrome de Burnout, lo que significa agotamiento mental, emocional y físico, aunado a problemas de salud mental como estrés, ansiedad y tendencias suicidas.

En medio de esta batalla, las condiciones laborales no son óptimas, faltan insumos, medicamentos, equipo y herramientas para su debida protección. Son vulnerables entre los vulnerables.

Llegó la vacuna, pero el espectro mortal del covid-19 sigue expandiéndose y de manera irresponsable la gente continúa acudiendo a lugares públicos y reuniones sociales. ¿Qué nos falta para entender que todos debemos contribuir en proteger la vida de quienes salvan nuestras vidas? Dejo al lector la respuesta.


De esta pandemia hemos aprendido a valorar la vida o encontrar el significado a la misma. A un año de la detección de la primera persona infectada por el virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad covid-19, los contagios parecían algo distante y ajeno. Hoy, el mundo está infestado. Entre las víctimas mortales está un amigo o algún conocido y detrás de toda esta lucha para mitigar los efectos devastadores, se encuentran seres humanos a quienes debemos reconocer su valor, profesionalismo, entrega y nobleza. A ellos, la siguiente reflexión.

La víspera de la Nochebuena, la enfermera María Irene Ramírez fue la primera mexicana en recibir la vacuna contra el covid-19. “El mejor regalo de 2020”, comentó visiblemente emocionada. En este contexto, el pasado 6 de enero celebramos el Día de la Enfermera y el Enfermero, quienes representan el 85% de todo el personal de sanidad.

Los profesionales de salud serán los primeros en recibir la inmunización al ser los combatientes de esta pandemia letal. El pasado mes de septiembre, Amnistía Internacional presentó un informe donde revelaba que México era el primer país con más decesos de personal médico. A la fecha han fallecido 2 mil 397, principalmente enfermeros y enfermeras.

Al momento de escribir estas líneas, de las 10 mil 298 camas con ventilador, el 58% se encuentran ocupadas, sin embargo, la Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo y Guanajuato registran una ocupación hospitalaria del 80%. En síntesis, al límite de sus capacidad y operatividad.

De manera insistente, el personal médico ha llamado a la población a ser solidarios, quedarse en casa y extremar medidas preventivas en la lucha contra la crisis sanitaria. “Si no nos ayudas no vamos a resistir”, claman exhaustos tras largas jornadas de trabajo. Algunos presentan el Síndrome de Burnout, lo que significa agotamiento mental, emocional y físico, aunado a problemas de salud mental como estrés, ansiedad y tendencias suicidas.

En medio de esta batalla, las condiciones laborales no son óptimas, faltan insumos, medicamentos, equipo y herramientas para su debida protección. Son vulnerables entre los vulnerables.

Llegó la vacuna, pero el espectro mortal del covid-19 sigue expandiéndose y de manera irresponsable la gente continúa acudiendo a lugares públicos y reuniones sociales. ¿Qué nos falta para entender que todos debemos contribuir en proteger la vida de quienes salvan nuestras vidas? Dejo al lector la respuesta.