/ viernes 15 de noviembre de 2019

¿A ser felices y vivir en paz?

Por: Maite Santos

Durante este último año, diversos eventos han llamado la atención de la opinión pública, resaltando la gravedad de las condiciones de seguridad que estamos viviendo en México. Este 2019, se registró un nuevo récord anual de violencia homicida. Por si esto fuera poco, según el Instituto para la Economía y la Paz, nuestro país se encuentra dentro de los 25 países menos pacíficos del mundo (IEP, 2019). Para decirlo en una simple oración, no se puede negar la realidad de que vivimos en un país cada vez más violento.

El presidente López Obrador, subió a la presidencia resaltando los problemas que han llevado a la situación de violencia, y destacó que condiciones históricas de desigualdad, pobreza y corrupción, son causa importante del incremento de la delincuencia del país.

A través de su discurso, prometió atacar las causas de fondo para establecer la paz. En esto, se le debe de dar la razón al actual presidente; sin duda hay mucho por hacer para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos de manera real y permanente.

No obstante, para que pueda haber paz en México, se requiere de un liderazgo que no se quede simplemente en un discurso coloquial utilizando frases como el “abrazos, no balazos” o respondiendo a crisis como la que se vivió en Culiacán hace unas semanas, con un simple “a ser felices y vivir en paz”.

Aquí es donde me pregunto, ¿cómo podemos vivir en paz cuando tenemos miedo de salir a la calle, cuando pensamos en quitarnos el reloj y esconder nuestras carteras al estar en el transporte público o parados en el tráfico? ¿Cómo podemos vivir en paz cuando no se puede confiar en la policía, cuando hay casos de desaparecidos sin esclarecer o cuando estamos en constante estado de alerta? ¿Cómo podemos vivir en paz en un país en donde la impunidad es constante, en el cual nos sentimos vulnerables todos los días y cuando no podemos confiar en nuestro propio gobierno?

La situación que vive México, no es un tema que se pueda resolver a la ligera, no es un tema de retórica. Establecer la paz en nuestro país, requiere de una estrategia clara en la cual el discurso lleve a la acción, en donde se escuche a los ciudadanos y se utilice la justicia transicional como política de transformación de manera seria.

Somos lo que toleramos. Debemos dejar de normalizar la situación en la que vivimos: vivimos en un país violento; y como ciudadanos, nuestra responsabilidad cae en no parar de exigir resultados, no debemos parar de exigir vivir en paz.

Por: Maite Santos

Durante este último año, diversos eventos han llamado la atención de la opinión pública, resaltando la gravedad de las condiciones de seguridad que estamos viviendo en México. Este 2019, se registró un nuevo récord anual de violencia homicida. Por si esto fuera poco, según el Instituto para la Economía y la Paz, nuestro país se encuentra dentro de los 25 países menos pacíficos del mundo (IEP, 2019). Para decirlo en una simple oración, no se puede negar la realidad de que vivimos en un país cada vez más violento.

El presidente López Obrador, subió a la presidencia resaltando los problemas que han llevado a la situación de violencia, y destacó que condiciones históricas de desigualdad, pobreza y corrupción, son causa importante del incremento de la delincuencia del país.

A través de su discurso, prometió atacar las causas de fondo para establecer la paz. En esto, se le debe de dar la razón al actual presidente; sin duda hay mucho por hacer para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos de manera real y permanente.

No obstante, para que pueda haber paz en México, se requiere de un liderazgo que no se quede simplemente en un discurso coloquial utilizando frases como el “abrazos, no balazos” o respondiendo a crisis como la que se vivió en Culiacán hace unas semanas, con un simple “a ser felices y vivir en paz”.

Aquí es donde me pregunto, ¿cómo podemos vivir en paz cuando tenemos miedo de salir a la calle, cuando pensamos en quitarnos el reloj y esconder nuestras carteras al estar en el transporte público o parados en el tráfico? ¿Cómo podemos vivir en paz cuando no se puede confiar en la policía, cuando hay casos de desaparecidos sin esclarecer o cuando estamos en constante estado de alerta? ¿Cómo podemos vivir en paz en un país en donde la impunidad es constante, en el cual nos sentimos vulnerables todos los días y cuando no podemos confiar en nuestro propio gobierno?

La situación que vive México, no es un tema que se pueda resolver a la ligera, no es un tema de retórica. Establecer la paz en nuestro país, requiere de una estrategia clara en la cual el discurso lleve a la acción, en donde se escuche a los ciudadanos y se utilice la justicia transicional como política de transformación de manera seria.

Somos lo que toleramos. Debemos dejar de normalizar la situación en la que vivimos: vivimos en un país violento; y como ciudadanos, nuestra responsabilidad cae en no parar de exigir resultados, no debemos parar de exigir vivir en paz.