/ sábado 24 de julio de 2021

Abandono a becarios

Los científicos mexicanos y quienes aspiran a serlo, se las ven negras. La crisis por falta de presupuesto y la negligencia oficial se agravó, con la llegada de María Elena Álvarez-Buylla, al frente del Conacyt.

La bióloga de Marras ha puesto de cabeza a la comunidad de sabios, a los que agrede como si tratara con personillas de tercera, indignas ni siquiera de sobrevivir. Sus ataques al gremio y a miembros destacados como el Doctor Antonio Lazcano, ofenden la inteligencia y colocan al país en condiciones desventajosas.

Una de las últimas ocurrencias, del organismo que preside, es la de dejar a los becarios en el extranjero, sin un centavo. Desde hace meses, algunos no reciben el estipendio para su manutención y se encuentran a la deriva. El reportaje de Alejandro Páez (Crónica) es revelador.

La pandemia atrasó el avance de sus investigaciones y apenas se regresa a una cierta normalidad, que les permitirá retomarlas, por lo que solicitaron una extensión. 19 de ellos, en el Reino Unido, recibieron respuesta vía correo electrónico. Fue lapidaria.

“Una de las indicaciones es no otorgar recursos nuevos, a raíz de la extinción de los fideicomisos de los fondos Conacyt-Sener”. Les recomendaban dejar colgados los proyectos y regresarse a la brevedad, a ver si aquí lograban conseguir apoyos.

Estos jóvenes, varios de ellos en la Universidad de Durham, investigan sobre temas concernientes a la energía, la sustentabilidad y la aeronáutica, desde hace tres y cuatro años.

Otros podrían auto financiarse, pero para hacerlo necesitarían que Conacyt avale sus visas, lo que tampoco hace. El costo de la colegiatura del doctorado en Durham es de 20 mil dólares y las becas cubren un 60 por ciento del costo total. El resto lo tienen que apoquinar. Habrá quien piense que tanta “sabidurencia” sale sobrando, como es la mentalidad del tlatoani en turno. Los países desarrollados están conscientes de la importancia de la ciencia y la necesidad de que, cada día un mayor número de personas se aboquen a ella.

El austericidio, amén del pésimo manejo de los presupuestos, liquida el futuro y condiciona a la nueva generación a la mediocridad.

Mientras se sacrifica a quienes intentan despegar y apoyar al desarrollo nacional, la señora Álvarez-Buylla premia a los que carecen de merecimientos. Es el caso del Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, quien trató de ingresar al SIN (Sistema Nacional de Investigadores), pero, la Comisión evaluadora lo bateó, por falta de méritos. Presentó una queja en el Consejo de la Discriminación.

Fue entonces que la directora armó una treta para su ingreso. Se convocó a una Comisión Especial Dictaminadora, al frente de Ernesto Villanueva, y ésta lo recibió eufórica, otorgándole el Nivel III, el más alto. El enorme Guillermo Sheridan destapó la cloaca, al publicar un artículo en el que señala el plagio hecho por Gertz Manero, en una de sus “grandes obras”, sobre Guillermo Prieto.

Con pelos y señales el agudo Sheridan explicita el plagio del texto en cuestión, de un par de autores de los que, de uno de ellos, hasta el título se fusiló. La nominación de Gertz había provocado urticaria en el gremio, Con el destape de los “merecimientos por su obra”, una Comisión de Honor tendrá que dilucidar el asunto y mandarlo a tomar otros vientos.

A ver si Álvarez-Buylla deja de fastidiar a quienes ameritan apoyo y se deja de beneficiar a los cuates.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Los científicos mexicanos y quienes aspiran a serlo, se las ven negras. La crisis por falta de presupuesto y la negligencia oficial se agravó, con la llegada de María Elena Álvarez-Buylla, al frente del Conacyt.

La bióloga de Marras ha puesto de cabeza a la comunidad de sabios, a los que agrede como si tratara con personillas de tercera, indignas ni siquiera de sobrevivir. Sus ataques al gremio y a miembros destacados como el Doctor Antonio Lazcano, ofenden la inteligencia y colocan al país en condiciones desventajosas.

Una de las últimas ocurrencias, del organismo que preside, es la de dejar a los becarios en el extranjero, sin un centavo. Desde hace meses, algunos no reciben el estipendio para su manutención y se encuentran a la deriva. El reportaje de Alejandro Páez (Crónica) es revelador.

La pandemia atrasó el avance de sus investigaciones y apenas se regresa a una cierta normalidad, que les permitirá retomarlas, por lo que solicitaron una extensión. 19 de ellos, en el Reino Unido, recibieron respuesta vía correo electrónico. Fue lapidaria.

“Una de las indicaciones es no otorgar recursos nuevos, a raíz de la extinción de los fideicomisos de los fondos Conacyt-Sener”. Les recomendaban dejar colgados los proyectos y regresarse a la brevedad, a ver si aquí lograban conseguir apoyos.

Estos jóvenes, varios de ellos en la Universidad de Durham, investigan sobre temas concernientes a la energía, la sustentabilidad y la aeronáutica, desde hace tres y cuatro años.

Otros podrían auto financiarse, pero para hacerlo necesitarían que Conacyt avale sus visas, lo que tampoco hace. El costo de la colegiatura del doctorado en Durham es de 20 mil dólares y las becas cubren un 60 por ciento del costo total. El resto lo tienen que apoquinar. Habrá quien piense que tanta “sabidurencia” sale sobrando, como es la mentalidad del tlatoani en turno. Los países desarrollados están conscientes de la importancia de la ciencia y la necesidad de que, cada día un mayor número de personas se aboquen a ella.

El austericidio, amén del pésimo manejo de los presupuestos, liquida el futuro y condiciona a la nueva generación a la mediocridad.

Mientras se sacrifica a quienes intentan despegar y apoyar al desarrollo nacional, la señora Álvarez-Buylla premia a los que carecen de merecimientos. Es el caso del Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, quien trató de ingresar al SIN (Sistema Nacional de Investigadores), pero, la Comisión evaluadora lo bateó, por falta de méritos. Presentó una queja en el Consejo de la Discriminación.

Fue entonces que la directora armó una treta para su ingreso. Se convocó a una Comisión Especial Dictaminadora, al frente de Ernesto Villanueva, y ésta lo recibió eufórica, otorgándole el Nivel III, el más alto. El enorme Guillermo Sheridan destapó la cloaca, al publicar un artículo en el que señala el plagio hecho por Gertz Manero, en una de sus “grandes obras”, sobre Guillermo Prieto.

Con pelos y señales el agudo Sheridan explicita el plagio del texto en cuestión, de un par de autores de los que, de uno de ellos, hasta el título se fusiló. La nominación de Gertz había provocado urticaria en el gremio, Con el destape de los “merecimientos por su obra”, una Comisión de Honor tendrá que dilucidar el asunto y mandarlo a tomar otros vientos.

A ver si Álvarez-Buylla deja de fastidiar a quienes ameritan apoyo y se deja de beneficiar a los cuates.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq