/ miércoles 5 de junio de 2019

Abstencionismo

El pasado domingo se celebraron elecciones en Baja California, Puebla, Aguascalientes, Durango, Quintana Roo y Tamaulipas. Se eligieron dos gobernadores, 63 presidentes municipales y 86 diputados locales. El foco de atención fueron las elecciones a gobernador de Puebla y Baja California y si Morena conservaría su la ola arrolladora. Los resultados serán motivo de análisis político, como también otro factor de gran visibilidad fue la abstención.

Desde que se constituyó la institucionalidad electoral en el país, nunca se había presentado una afluencia tan baja en las elecciones. La abstención fue de la siguiente forma: Quintana Roo 78 por ciento; Baja California 70 por ciento; Puebla y Tamaulipas 67 por ciento; Aguascalientes 61 por ciento; y Durango 55 por ciento. A estas cantidades se le debería agregar las personas que votaron en blanco o anularon su voto, que en promedio sería un 3 por ciento más.

Los motivos de la abstención son muy diversos: crisis global de los partidos, , problemas estructurales en el estado, descontento, ausencia de propuestas de los candidatos, falta de motivación por incumplimiento de compromisos políticos, o apatía. En otros países el abstencionismo puede ser motivado por problemas técnicos que se materializa por la poca accesibilidad de los lugares para votar o carencia de organización para la recepción de los votos. México tiene uno de los mejores sistemas electorales en el mundo en lo que respecta a la organización de las elecciones.

El sistema político mexicano está viviendo un proceso de transformación que demanda de mayor compromiso ciudadano y participación en la vida pública. El abstencionismo es contrario a ello y puede generar discrepancias al sistema de representación política. Un abstencionismo alto provoca el triunfo de los partidos políticos de voto duro significativo o clientelares. Para los partidos es más fácil hacer campañas en lugares de pocos electores, concentran sus baterías en sus votantes y dejan de escuchar y comprometerse con los demás. Una prueba de ello se manifestó el domingo pasado en Quintana Roo, en donde un diputado ganó su distrito con cinco mil votos, el 8 por ciento de los electores.

El abstencionismo también puede ser un motivo de rebeldía pacífica, es un grito sordo que envía un mensaje a los partidos y candidatos para que realicen mayores esfuerzos en sus funciones gubernamentales. Saramago, en su obra Ensayo sobre la lucidez, abordó este tema, la novela relata una elección donde la mayoría de la población no sale a votar, ante este fenómeno los políticos reaccionan haciendo una valoración errónea de las causas, afirmando que existía un complot internacional para desestabilizar al régimen, cuando la realidad era que estaban hartos de sus gobernantes.

Porfirio Muñoz Ledo reconoció que el abstencionismo del proceso electoral pasado no es alentador para la democracia, ahora lo relevante es lo que se va a hacer. Ya son varias llamadas de atención, algunos dicen que es la autoridad electoral la que tiene que promover la participación ciudadana, si bien es importante, considero que todos tendríamos que colaborar, pero la respuesta central está en el desempeño de los representantes políticos. Hoy fue la abstención, de no atenderse, mañana puede ocasionarse otro problema más difícil de resolver, no hay que esperar a que llegue la tormenta.

CIECAS-IPN

@hdiazs

El pasado domingo se celebraron elecciones en Baja California, Puebla, Aguascalientes, Durango, Quintana Roo y Tamaulipas. Se eligieron dos gobernadores, 63 presidentes municipales y 86 diputados locales. El foco de atención fueron las elecciones a gobernador de Puebla y Baja California y si Morena conservaría su la ola arrolladora. Los resultados serán motivo de análisis político, como también otro factor de gran visibilidad fue la abstención.

Desde que se constituyó la institucionalidad electoral en el país, nunca se había presentado una afluencia tan baja en las elecciones. La abstención fue de la siguiente forma: Quintana Roo 78 por ciento; Baja California 70 por ciento; Puebla y Tamaulipas 67 por ciento; Aguascalientes 61 por ciento; y Durango 55 por ciento. A estas cantidades se le debería agregar las personas que votaron en blanco o anularon su voto, que en promedio sería un 3 por ciento más.

Los motivos de la abstención son muy diversos: crisis global de los partidos, , problemas estructurales en el estado, descontento, ausencia de propuestas de los candidatos, falta de motivación por incumplimiento de compromisos políticos, o apatía. En otros países el abstencionismo puede ser motivado por problemas técnicos que se materializa por la poca accesibilidad de los lugares para votar o carencia de organización para la recepción de los votos. México tiene uno de los mejores sistemas electorales en el mundo en lo que respecta a la organización de las elecciones.

El sistema político mexicano está viviendo un proceso de transformación que demanda de mayor compromiso ciudadano y participación en la vida pública. El abstencionismo es contrario a ello y puede generar discrepancias al sistema de representación política. Un abstencionismo alto provoca el triunfo de los partidos políticos de voto duro significativo o clientelares. Para los partidos es más fácil hacer campañas en lugares de pocos electores, concentran sus baterías en sus votantes y dejan de escuchar y comprometerse con los demás. Una prueba de ello se manifestó el domingo pasado en Quintana Roo, en donde un diputado ganó su distrito con cinco mil votos, el 8 por ciento de los electores.

El abstencionismo también puede ser un motivo de rebeldía pacífica, es un grito sordo que envía un mensaje a los partidos y candidatos para que realicen mayores esfuerzos en sus funciones gubernamentales. Saramago, en su obra Ensayo sobre la lucidez, abordó este tema, la novela relata una elección donde la mayoría de la población no sale a votar, ante este fenómeno los políticos reaccionan haciendo una valoración errónea de las causas, afirmando que existía un complot internacional para desestabilizar al régimen, cuando la realidad era que estaban hartos de sus gobernantes.

Porfirio Muñoz Ledo reconoció que el abstencionismo del proceso electoral pasado no es alentador para la democracia, ahora lo relevante es lo que se va a hacer. Ya son varias llamadas de atención, algunos dicen que es la autoridad electoral la que tiene que promover la participación ciudadana, si bien es importante, considero que todos tendríamos que colaborar, pero la respuesta central está en el desempeño de los representantes políticos. Hoy fue la abstención, de no atenderse, mañana puede ocasionarse otro problema más difícil de resolver, no hay que esperar a que llegue la tormenta.

CIECAS-IPN

@hdiazs