/ viernes 12 de octubre de 2018

Acapulco y los foros de educación

Hace unos días el foro de educación en Acapulco fue interrumpido por un grupo de manifestantes, lo cual obliga a una reflexión sensata sobre estos hechos. No representa ni la realidad de los foros mismos ni de la Coordinadora.

Se han realizado 18; todos, excepto el de Acapulco, con gran intensidad pero siempre con armonía y civilidad. En ellos, los actores del sistema educativo nacional han encontrado voz, no se ha dado ninguna forma de censura o limitación, se ha hablado con libertad, democracia e igualdad de circunstancias. Los resultados sin duda serán un documento de gran valor en cuanto al contenido, pero también en cuanto al proceso, por lo que sería un gran error y una gran injusticia suponer que estos hechos definen a un proceso tan valioso como los foros.

La realidad obliga justicia ya que hay que señalar que si bien la participación de la Coordinadora ha sido muy clara y contundente sobre su agenda, se ha expresado en las reglas de dichos encuentros. En todas las entidades del país ha tenido voz y una participación activa, por lo tanto tampoco se puede suponer que los hechos de Acapulco son una definición política de la Coordinadora.

Para entender el momento debemos tomar conciencia de que todos estamos en un proceso de aprendizaje, el nuevo gobierno escucha sobre la marcha y define políticas, pero también la Coordinadora está en un proceso de cómo colaborar con un gobierno con el que encuentra coincidencias, sin que sienta que renuncia a sus principios fundamentales.

Nunca se había generado un espacio de debate educativo tan amplio e incluyente, en el que hayan participado miles de personas a través de remitir sus documentos por internet y con el sorteo aleatorio de selección (la tómbola). A éste se han sumado no sólo el Sindicato, la Coordinadora y las autoridades educativas, también han participado académicos, maestros de todos los niveles, alumnos, normalistas y una comunidad amplísima de mexicanas y mexicanos preocupados por la educación.

Entonces la pregunta obligada sería: ¿por qué se habla tanto del foro de Guerrero y no de los otros 17 eventos? El punto es que tenemos que entender que el nuevo gobierno tiene una orientación distinta, democrática en todas sus prácticas, es una nueva ética, pero también una nueva estética de las acciones de gobierno. Quienes traten de medir los eventos de esta nueva etapa bajo el parámetro de los del PRI (eventos acartonados con un guión como si fuera novela, donde las personas son escenografía) y con la filosofía de la mercadología foxista, se equivocan, son dos estilos que representan dos visiones de poder diferentes.

Los foros en materia de educación continuarán, sin duda seguirán siendo un reto, serán accidentados, habrá gritos y opiniones encontradas, pero tenemos que apostar a la armonía, el diálogo y a la construcción de una cultura política en la que todas las voces puedan participar, pero con respeto y sin violencia.

Hace unos días el foro de educación en Acapulco fue interrumpido por un grupo de manifestantes, lo cual obliga a una reflexión sensata sobre estos hechos. No representa ni la realidad de los foros mismos ni de la Coordinadora.

Se han realizado 18; todos, excepto el de Acapulco, con gran intensidad pero siempre con armonía y civilidad. En ellos, los actores del sistema educativo nacional han encontrado voz, no se ha dado ninguna forma de censura o limitación, se ha hablado con libertad, democracia e igualdad de circunstancias. Los resultados sin duda serán un documento de gran valor en cuanto al contenido, pero también en cuanto al proceso, por lo que sería un gran error y una gran injusticia suponer que estos hechos definen a un proceso tan valioso como los foros.

La realidad obliga justicia ya que hay que señalar que si bien la participación de la Coordinadora ha sido muy clara y contundente sobre su agenda, se ha expresado en las reglas de dichos encuentros. En todas las entidades del país ha tenido voz y una participación activa, por lo tanto tampoco se puede suponer que los hechos de Acapulco son una definición política de la Coordinadora.

Para entender el momento debemos tomar conciencia de que todos estamos en un proceso de aprendizaje, el nuevo gobierno escucha sobre la marcha y define políticas, pero también la Coordinadora está en un proceso de cómo colaborar con un gobierno con el que encuentra coincidencias, sin que sienta que renuncia a sus principios fundamentales.

Nunca se había generado un espacio de debate educativo tan amplio e incluyente, en el que hayan participado miles de personas a través de remitir sus documentos por internet y con el sorteo aleatorio de selección (la tómbola). A éste se han sumado no sólo el Sindicato, la Coordinadora y las autoridades educativas, también han participado académicos, maestros de todos los niveles, alumnos, normalistas y una comunidad amplísima de mexicanas y mexicanos preocupados por la educación.

Entonces la pregunta obligada sería: ¿por qué se habla tanto del foro de Guerrero y no de los otros 17 eventos? El punto es que tenemos que entender que el nuevo gobierno tiene una orientación distinta, democrática en todas sus prácticas, es una nueva ética, pero también una nueva estética de las acciones de gobierno. Quienes traten de medir los eventos de esta nueva etapa bajo el parámetro de los del PRI (eventos acartonados con un guión como si fuera novela, donde las personas son escenografía) y con la filosofía de la mercadología foxista, se equivocan, son dos estilos que representan dos visiones de poder diferentes.

Los foros en materia de educación continuarán, sin duda seguirán siendo un reto, serán accidentados, habrá gritos y opiniones encontradas, pero tenemos que apostar a la armonía, el diálogo y a la construcción de una cultura política en la que todas las voces puedan participar, pero con respeto y sin violencia.