/ sábado 18 de agosto de 2018

Acordanza

El poeta Oscar Oliva (n. 1937), nuevo Académico de la Lengua


El jueves último volaron de la ciudad de México a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. los poetas y miembros de la Academia Mexicana de la Lengua, Jaime Labastida, su presidente; y Adolfo Castañón, para presidir la ceremonia solemne donde otorgaron al poeta Oscar Oliva, el diploma correspondiente que lo acredita como miembro correspondiente de esta prestigiosa institución.

El marco: el centro de Convenciones de la Universidad Autónoma de Chiapas… El gran poeta que es Oscar Oliva se dio a conocer como tal en el libro colectivo La Espiga Amotinada, con cuatro colegas y amigos poetas, el propio Jaime Labastida, Jaime Augusto Shelley, Juan Bañuelos y Eraclio Zepeda -los dos últimos chiapanecos como él, ya desaparecidos-… El discurso de Labastida fue entrañable cuando le dio a Oliva su diploma, al recordar los cincuenta y ocho años que los separan de aquellos primeros poemas de La espiga amotinada.

Cada quien con su andar, Oliva y Labastida han hecho un camino poético, que ahora confluye en la Academia Mexicana de la Lengua… Fueron los académicos Diego Valadez, Germán Viveros y Roger Bartra los que propusieron a Oliva para este nombramiento, distinción honorífica para aquellos que se han dedicado a la cultura de nuestra lengua y la han enriquecido con su cultivo cotidiano… La generación de poetas de la Espiga amotinada (1960) es tan importante en nuestra historia literaria que muchos estudiosos extranjeros y nacional se han ocupado de estudiarla. Uno de ellos es Paul Borgeson Jr. , de la Universidad de Illinois, quien nos da la biografía de este grupo de poetas - “los espigos”-.

Dice: “La biografía de La Espiga Amotinada remite, en parte, al Sur de México: Tuxtla Gutiérrez, capital chiapaneca, en la que nacieron Oscar Oliva, Juan Bañuelos y Eraclio Zepeda. (Jaime Augusto Shelley es un mexicano dcl Distrito Federal y Jaime Labastida nació en Los Mochis, Sinaloa). Chiapas, así, llega a ser como un punto de partida-y-regreso cíclico: fuente inicial, hogar, percepciones formativas, y luego medio de renovación, verdadera piedra de toque para la identidad de los tres poetas. En Tuxtla Gutiérrez las tres familias se relacionaban, y los futuros escritores asistían a las mismas escuelas. Ya escribían, y el maestro Andrés Fibregas Roca los adoptó como ahijados de la literatura y también de otras materias, ya filosóficas y socio-políticas. La resultante coexistencia de una conciencia de ser escritores y una conciencia también social tiene paralelos notables en Shelley y Labastida… Lo social en este grupo, luego, se complementará con ciertos fundamentos estéticos, hecho que favorecerá la resistencia al simplismo dcl realismo socialista, al que se opondrán los cinco en teoría y casi siempre también en la práctica…” Pero la actitud de Oliva como poeta atento a la realidad que lo circunda y que le pega en la mera herida de las emociones, está presente en toda su obra en “Aspera cicatriz en Ocupación de la palabra, en “Estado de sitio”(1972) en “Trabajo ilegal, poesía 1960-1984”, (1985); “La realidad cruzada de rayos”…Su último libro ha sido “Lascas”, publicado en 2017… Cuando leo sus poemas pienso que: mientras en el mundo exista un poeta que lo cante y lo reconstruya en el lenguaje, estamos salvados. Y Oliva no cesa de cantarlo , pues como dice en Así amanece: “Escribo, pues, para ganarle a la vida”. ¡Felicidades, maestro!


El poeta Oscar Oliva (n. 1937), nuevo Académico de la Lengua


El jueves último volaron de la ciudad de México a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. los poetas y miembros de la Academia Mexicana de la Lengua, Jaime Labastida, su presidente; y Adolfo Castañón, para presidir la ceremonia solemne donde otorgaron al poeta Oscar Oliva, el diploma correspondiente que lo acredita como miembro correspondiente de esta prestigiosa institución.

El marco: el centro de Convenciones de la Universidad Autónoma de Chiapas… El gran poeta que es Oscar Oliva se dio a conocer como tal en el libro colectivo La Espiga Amotinada, con cuatro colegas y amigos poetas, el propio Jaime Labastida, Jaime Augusto Shelley, Juan Bañuelos y Eraclio Zepeda -los dos últimos chiapanecos como él, ya desaparecidos-… El discurso de Labastida fue entrañable cuando le dio a Oliva su diploma, al recordar los cincuenta y ocho años que los separan de aquellos primeros poemas de La espiga amotinada.

Cada quien con su andar, Oliva y Labastida han hecho un camino poético, que ahora confluye en la Academia Mexicana de la Lengua… Fueron los académicos Diego Valadez, Germán Viveros y Roger Bartra los que propusieron a Oliva para este nombramiento, distinción honorífica para aquellos que se han dedicado a la cultura de nuestra lengua y la han enriquecido con su cultivo cotidiano… La generación de poetas de la Espiga amotinada (1960) es tan importante en nuestra historia literaria que muchos estudiosos extranjeros y nacional se han ocupado de estudiarla. Uno de ellos es Paul Borgeson Jr. , de la Universidad de Illinois, quien nos da la biografía de este grupo de poetas - “los espigos”-.

Dice: “La biografía de La Espiga Amotinada remite, en parte, al Sur de México: Tuxtla Gutiérrez, capital chiapaneca, en la que nacieron Oscar Oliva, Juan Bañuelos y Eraclio Zepeda. (Jaime Augusto Shelley es un mexicano dcl Distrito Federal y Jaime Labastida nació en Los Mochis, Sinaloa). Chiapas, así, llega a ser como un punto de partida-y-regreso cíclico: fuente inicial, hogar, percepciones formativas, y luego medio de renovación, verdadera piedra de toque para la identidad de los tres poetas. En Tuxtla Gutiérrez las tres familias se relacionaban, y los futuros escritores asistían a las mismas escuelas. Ya escribían, y el maestro Andrés Fibregas Roca los adoptó como ahijados de la literatura y también de otras materias, ya filosóficas y socio-políticas. La resultante coexistencia de una conciencia de ser escritores y una conciencia también social tiene paralelos notables en Shelley y Labastida… Lo social en este grupo, luego, se complementará con ciertos fundamentos estéticos, hecho que favorecerá la resistencia al simplismo dcl realismo socialista, al que se opondrán los cinco en teoría y casi siempre también en la práctica…” Pero la actitud de Oliva como poeta atento a la realidad que lo circunda y que le pega en la mera herida de las emociones, está presente en toda su obra en “Aspera cicatriz en Ocupación de la palabra, en “Estado de sitio”(1972) en “Trabajo ilegal, poesía 1960-1984”, (1985); “La realidad cruzada de rayos”…Su último libro ha sido “Lascas”, publicado en 2017… Cuando leo sus poemas pienso que: mientras en el mundo exista un poeta que lo cante y lo reconstruya en el lenguaje, estamos salvados. Y Oliva no cesa de cantarlo , pues como dice en Así amanece: “Escribo, pues, para ganarle a la vida”. ¡Felicidades, maestro!


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