/ sábado 10 de noviembre de 2018

Acordanza

Migrar como destino humano



Veo por la televisión la gran columna humana que se desplaza desde los países centroamericanos al nuestro. Cómo doblegó esa serpenteante columna de miles de almas el puente internacional, con sus amenazantes y agresivos policías como muros; el río Suchiate, la selva, el calorón de más de 35 grados, la falta de alimentos, y aún las barreras psicológicas… El hambre, la violencia, la falta deperspectiva de una vida digna ha impulsado a estos hombres, mujeres, niños, ancianos a tomar el peligroso sendero de la esperanza: caminar hacia el paraíso en la tierra, hacia ese lugar de leche y miel: los Estados Unidos de América. ¡Qué importa que el gobierno de esa nueva Jerusalén los vea como enemigos, como “personas malas” y haya desplegado 15 mil soldados en sus fronteras, con la mira de no dejarlos pasar. Como sucede también con las migraciones africanas hacia Europa al través del Mediterráneo o los desplazados por la guerra de Asia hacia los países de Europa Occidental, el drama humano de la migración cobra toda su triste y amplia dimensión, gracias a los medios que nos informan las historias de vida, las ilusiones, de quienes componen la caravana, dandole a ésta un rostro y un corazón humanos… Los desplazamientos y cambios de residencia de grupos humanos de unas regiones a otras han sido constantes desde la remota prehistoria. Invasiones, peregrinajes, expediciones comerciales y colonizaciones han construido nuestro el mundo, pero mi recuerdo de hoy está en migraciones como “La Cruzada de los Pobres” que encabezó Pedro el Ermitaño en el año 1095. Al grito de “Dios así lo quiere” pronunciado por el Papa Urbano II,logró reunir a cerca de 40 mil almas: artesanos, campesinos y gente humilde que vivían en la más absoluta miseria y que veían en la conquista de los Santos Lugares una nueva oportunidad para empezar y redimirse de sus pecados. Esta migración terminó en el más grande desastre. Cuando cruzó la frontera de Bizancio, los sarracenos los mataron a todos…. Recuerdo también la Cruzada de los niños del año 1212, uno de los acontecimientos más extraordinarios acaecidos en la Europa medieval, pues decenas de miles de niños desarmados, autoproclamándose “cruzados”, partieron del Norte de Francia y Alemania Occidental para “reconquistar” Jerusalén, que estaba en manos de los musulmanes.Ninguno de los niños llegó a la la Tierra Santa, porqueal embarcarse, muchos fueron vendidos como esclavos y miles de ellos no regresaron jamás… Un último recuerdo: En Estados Unidos, durante a Gran depresión (1929) hubo una emigración masiva (3 millones) de campesinos empobrecidos del estado de Oklahoma al estado de California, en busca de trabajo. El premio Nobel John Steinbeck escribió una novela sobre esta migración, fenómeno que resultó dramático para los migrantes. Agudo observa: ¿Cómo se puede asustar a un hombre que no sólo carga con el hambre de su vientre sino también con el de sus pobres hijos? No se le puede atemorizar porque este hombre ha conocido un miedo superior a cualquier otro. (cap. XIX). Esta caravana centroamericana del hambre seguirá su camino, su destino, porque como los migrantes de Oklahoma, las personas que la componen no solo cargan el hambre de su vientres, sino el de todas sus familias que los acompañan.\u0009



Migrar como destino humano



Veo por la televisión la gran columna humana que se desplaza desde los países centroamericanos al nuestro. Cómo doblegó esa serpenteante columna de miles de almas el puente internacional, con sus amenazantes y agresivos policías como muros; el río Suchiate, la selva, el calorón de más de 35 grados, la falta de alimentos, y aún las barreras psicológicas… El hambre, la violencia, la falta deperspectiva de una vida digna ha impulsado a estos hombres, mujeres, niños, ancianos a tomar el peligroso sendero de la esperanza: caminar hacia el paraíso en la tierra, hacia ese lugar de leche y miel: los Estados Unidos de América. ¡Qué importa que el gobierno de esa nueva Jerusalén los vea como enemigos, como “personas malas” y haya desplegado 15 mil soldados en sus fronteras, con la mira de no dejarlos pasar. Como sucede también con las migraciones africanas hacia Europa al través del Mediterráneo o los desplazados por la guerra de Asia hacia los países de Europa Occidental, el drama humano de la migración cobra toda su triste y amplia dimensión, gracias a los medios que nos informan las historias de vida, las ilusiones, de quienes componen la caravana, dandole a ésta un rostro y un corazón humanos… Los desplazamientos y cambios de residencia de grupos humanos de unas regiones a otras han sido constantes desde la remota prehistoria. Invasiones, peregrinajes, expediciones comerciales y colonizaciones han construido nuestro el mundo, pero mi recuerdo de hoy está en migraciones como “La Cruzada de los Pobres” que encabezó Pedro el Ermitaño en el año 1095. Al grito de “Dios así lo quiere” pronunciado por el Papa Urbano II,logró reunir a cerca de 40 mil almas: artesanos, campesinos y gente humilde que vivían en la más absoluta miseria y que veían en la conquista de los Santos Lugares una nueva oportunidad para empezar y redimirse de sus pecados. Esta migración terminó en el más grande desastre. Cuando cruzó la frontera de Bizancio, los sarracenos los mataron a todos…. Recuerdo también la Cruzada de los niños del año 1212, uno de los acontecimientos más extraordinarios acaecidos en la Europa medieval, pues decenas de miles de niños desarmados, autoproclamándose “cruzados”, partieron del Norte de Francia y Alemania Occidental para “reconquistar” Jerusalén, que estaba en manos de los musulmanes.Ninguno de los niños llegó a la la Tierra Santa, porqueal embarcarse, muchos fueron vendidos como esclavos y miles de ellos no regresaron jamás… Un último recuerdo: En Estados Unidos, durante a Gran depresión (1929) hubo una emigración masiva (3 millones) de campesinos empobrecidos del estado de Oklahoma al estado de California, en busca de trabajo. El premio Nobel John Steinbeck escribió una novela sobre esta migración, fenómeno que resultó dramático para los migrantes. Agudo observa: ¿Cómo se puede asustar a un hombre que no sólo carga con el hambre de su vientre sino también con el de sus pobres hijos? No se le puede atemorizar porque este hombre ha conocido un miedo superior a cualquier otro. (cap. XIX). Esta caravana centroamericana del hambre seguirá su camino, su destino, porque como los migrantes de Oklahoma, las personas que la componen no solo cargan el hambre de su vientres, sino el de todas sus familias que los acompañan.\u0009



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