Salvador Novo en el Teatro Orientación.
Un salto en el tiempo: Del teatro La Capilla (1956) en Coyoacán, al teatro Orientación, (2018-2019).
A fines de los años 40, el poeta, dramaturgo, periodista, cronista y publicista Salvador Novo, enojado con don Rodrigo de Llano, entonces poderoso director del periódico Excélsior, -porque éste apoyó a su reportero consentido Carlos Denegri en una disputa de trabajo-, el autor de Nueva grandeza mexicana tuvo que dejar sus colaboraciones en Últimas Noticias y el “periódico de la vida nacional”. Don Rodrigo de Llano buscó sustituto para Novo en la columna que Novo había intitulado Etcétera por Radar, donde reseñaba la vida social de México en un peculiar estilo dialogado. El director del periódico le pidió entonces, a la esposa de su editorialista estrella, que se encargara de la columna, y ella lo hizo con tal éxito, que escribió la columna más leída por la sociedad, por treinta y cinco años… Novo sintió una gran cólera contra ese diario y los periodistas que trabajaban en él. Entonces concibió una comedia, una sátira dramática demoledora… Ya Novo -fundador del teatro Ulises con Xavier Villaurrutia y de la revista Contemporáneos-, tenía en su haber varias exitosas obras de teatro. Y en su teatro La Capilla, de Coyoacán, había representado obras de su cosecha, como la “La culta dama”, una crítica a las mujeres de sociedad…Teniendo Teatro y Capilla, pluma y lápiz al servicio de un talento mordaz, montó en 1956 sus A ocho columnas, donde habla de la corrupción del periodismo y de quienes lo ejercían. En ese entonces Carlos Denegri (encarnado en escena por “Torres”) era la figura emblemática. Así como denuncia los enjuagues del periodismo corrupto de Denegri, Novo también se “venga”-ridiculizándola hasta hacerla un personaje fársico-, de la sustituta de su columna Etcétera, la columnista de sociales Radar (“Martita” en la obra)…. También ataca la figura señera del director del periódico (que en escena se llama “El Mundo”, “el mejor periódico de México”). Aunque nunca sale a escena, el director está presente siempre atrás de los cristales de las puertas de sus oficinas, cerradas, pues es “la mano que mece la cuna”, dirigiendo a los reporteros los que le hacen “el trabajo sucio” y el limpio también… El año pasado, la obra de Novo saltó nuevamente a la escena gracias al director Fernando Bonilla, quien la actualizó en un montaje excelente. Novo dio en el clavo al señalar las prácticas de corrupción que emplean ciertos medios, ciertos reporteros y algunos columnistas “estrella”. A 63 años de su estreno, el tema de la corrupción periodística sigue vigente y la puesta en escena subraya este tema. De los actores, excelentes todos, destaco a José Carriedo en el papel del joven e ingenuo reportero “Carlos” y a Luis Miguel Lombana, viejo lobo del teatro, en el papel de “Torres”… Todavía puede verse esta obra los lunes y martes, a las ocho de la noche, en el teatro Orientación de la Unidad del Bosque. Permanecerá en cartelera hasta el seis de agosto próximo.
