/ sábado 17 de agosto de 2019

Acordanza

Molière y las Mujeres

Qué es preferible: ¿mujeres sabias o ignorantes? ¿Mujeres razonadoras o lerdas? ¿Mujeres “exquisitas” – preciosas- o tontas pero directas y sencillas? Estas disyuntivas las fórmula el dramaturgo y comediante francés Jean Bautiste Poquelin, -Molière- (1622-1673) en sus comedias: Las preciosas ridículas, La Escuela de las mujeres, la Escuela de los maridos y las Mujeres sabias.

Sin duda al comediógrafo le preocupaba mucho la condición de las mujeres, su “educación”, su comportamiento en relación con los varones, transformados en “pretendientes”, “novios”, “maridos” o padres. Haciéndolas centro de sus burlas y ridiculizándolas ha hecho reír a numerosas generaciones de espectadores.

El tema central de las comedias de Molière es el hombre en sociedad. En su tiempo lo acusaron de anarquista, ateo e impío, pero en realidad propugnó por la moderación como soporte de la sabiduría social … La primera y más perfecta de sus comedias de “maneras” sociales es Las preciosas ridículas… La escribió contra el salón de la Marquesa de Rambouillet donde ridiculiza toda clase de afectaciones literarias y sociales llamadas “preciosismo”…

La escuela de los maridos, estrenada en junio de 1661, es una comedia de caracteres. En ella se contraponen dos concepciones rivales sobre la educación de las mujeres. El tema: dos hermanos desean casarse con dos mujeres puestas bajo su protección. Uno ha prohibido toda sana diversión y ha obligado a la muchacha a aceptar los postulados del matrimonio de la edad media. El otro le permite a la prometida diversiones inocentes. Éste es el que consigue casarse, mientras que el otro es rechazado…. La escuela de las mujeres (1662) anticipa la moderna actitud feminista en contra de los celos de un macho convertido en pretendiente y se adelanta doscientos años a la discusión. En esta comedia aboga por la libertad de las mujeres, lo que desconcertó a sus contemporáneos quienes se escandalizaron porque Arnoldo amenazaba con el fuego del infierno si Inés lo decepcionaba…Las Mujeres Sabias es la más virulenta de sus obras en contra de las mujeres. En ella satiriza el saber femenino, el gusto por la filosofía y el uso de la razón para los análisis de la cultura. Critica también que el conocimiento intelectual se mezcle con las relaciones matrimoniales. Así dice Crisaldo, el marido oprimido y ninguneado por Filaminta, la mujer sabia:

Muchas causas hay para que yo no crea honrado que una mujer estudie, sepa tantas cosas. El estudio y la filosofía de la mujer deben consistir en inclinar a las buenas costumbres el espíritu de sus hijos, en dirigir la casa y vigilar a los sirvientes, y en economizar en los gastos. Sensatos eran nuestros padres cuando decían que una mujer sabe bastante si distingue un jubón de unos calzones….


\u0009Molière suspira por “tiempos mejores” (para los varones), en que las mujeres, sometidas a la voluntad de su marido, tenían la ignorancia como valor, la incultura como virtud y las labores hogareñas como las únicas propias de su sexo. Jean Baptiste Poquelin aprovechó la divina gracia del teatro para apuntar el despertar de las mujeres que comenzaba a vislumbrarse en la Francia del Rey Sol, Luis XIV, y que el comediógrafo a fuerza de burlarse de ellas trato de impedir.


Molière y las Mujeres

Qué es preferible: ¿mujeres sabias o ignorantes? ¿Mujeres razonadoras o lerdas? ¿Mujeres “exquisitas” – preciosas- o tontas pero directas y sencillas? Estas disyuntivas las fórmula el dramaturgo y comediante francés Jean Bautiste Poquelin, -Molière- (1622-1673) en sus comedias: Las preciosas ridículas, La Escuela de las mujeres, la Escuela de los maridos y las Mujeres sabias.

Sin duda al comediógrafo le preocupaba mucho la condición de las mujeres, su “educación”, su comportamiento en relación con los varones, transformados en “pretendientes”, “novios”, “maridos” o padres. Haciéndolas centro de sus burlas y ridiculizándolas ha hecho reír a numerosas generaciones de espectadores.

El tema central de las comedias de Molière es el hombre en sociedad. En su tiempo lo acusaron de anarquista, ateo e impío, pero en realidad propugnó por la moderación como soporte de la sabiduría social … La primera y más perfecta de sus comedias de “maneras” sociales es Las preciosas ridículas… La escribió contra el salón de la Marquesa de Rambouillet donde ridiculiza toda clase de afectaciones literarias y sociales llamadas “preciosismo”…

La escuela de los maridos, estrenada en junio de 1661, es una comedia de caracteres. En ella se contraponen dos concepciones rivales sobre la educación de las mujeres. El tema: dos hermanos desean casarse con dos mujeres puestas bajo su protección. Uno ha prohibido toda sana diversión y ha obligado a la muchacha a aceptar los postulados del matrimonio de la edad media. El otro le permite a la prometida diversiones inocentes. Éste es el que consigue casarse, mientras que el otro es rechazado…. La escuela de las mujeres (1662) anticipa la moderna actitud feminista en contra de los celos de un macho convertido en pretendiente y se adelanta doscientos años a la discusión. En esta comedia aboga por la libertad de las mujeres, lo que desconcertó a sus contemporáneos quienes se escandalizaron porque Arnoldo amenazaba con el fuego del infierno si Inés lo decepcionaba…Las Mujeres Sabias es la más virulenta de sus obras en contra de las mujeres. En ella satiriza el saber femenino, el gusto por la filosofía y el uso de la razón para los análisis de la cultura. Critica también que el conocimiento intelectual se mezcle con las relaciones matrimoniales. Así dice Crisaldo, el marido oprimido y ninguneado por Filaminta, la mujer sabia:

Muchas causas hay para que yo no crea honrado que una mujer estudie, sepa tantas cosas. El estudio y la filosofía de la mujer deben consistir en inclinar a las buenas costumbres el espíritu de sus hijos, en dirigir la casa y vigilar a los sirvientes, y en economizar en los gastos. Sensatos eran nuestros padres cuando decían que una mujer sabe bastante si distingue un jubón de unos calzones….


\u0009Molière suspira por “tiempos mejores” (para los varones), en que las mujeres, sometidas a la voluntad de su marido, tenían la ignorancia como valor, la incultura como virtud y las labores hogareñas como las únicas propias de su sexo. Jean Baptiste Poquelin aprovechó la divina gracia del teatro para apuntar el despertar de las mujeres que comenzaba a vislumbrarse en la Francia del Rey Sol, Luis XIV, y que el comediógrafo a fuerza de burlarse de ellas trato de impedir.


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