/ miércoles 10 de julio de 2019

Adiós Urzúa

Muchos apostamos que el subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, sería quien primero abandonaría el barco. Sus desencuentros públicos con el propio presidente Andrés Manuel López Obrador en temas como la refinería Dos Bocas y el regreso de la tenencia vehicular, presagiaban una próxima y eminente renuncia del Doctor en Economía por la Universidad de Nueva York, pero las apuestas sorprendieron a propios y extraños, y al final quien se despidió fue su jefe, Carlos Urzúa.

¿Y cuál es el mensaje de la salida de Carlos Urzúa de una dependencia tan importante y clave para todo el proyecto del nuevo gobierno? El primero, y más importante y grave a la vez, es que nuevamente quedaron en evidencia las diferencias al interior del gabinete y las pugnas de grupos que buscan mayor control en la toma de decisiones.

Y es que más que diferencias en la manera y estilo personal de cada uno de los funcionarios, el mayor peligro es que las acusaciones se generalicen y confronten al equipo y termine por naufragar la aplicación práctica de la política económica del actual gobierno. Esta es la verdadera preocupación de los inversionistas nacionales y extranjeros que están ávidos de señales que abonen a la confianza y al mejor entendimiento de las señales, del nuevo lenguaje, del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Mientras esto no suceda, y sin demeritar el talento y capacidad de Arturo Herrera, los relevos no tendrían un sesgo negativo y de incertidumbre sí las metas están bien trazadas.

Hoy el desgaste que ocasionó la designación prácticamente por mandato de que la Secretaría de Hacienda se convirtiera en un ente ominipresente en todas las compras del gobierno, que provocó que muchos cataloguen a la dependencia como el “malo de la película“; la creciente exigencia de aplicar más recortes al gasto federal; la formulación del escenario macroeconómico y presupuesto de 2020; y el continúo ajuste a la baja de las expectativas de crecimiento para este y el siguiente año, seguirán presentes sin importar quien ocupe la silla principal en la Secretaría de Hacienda.

@robertoah

Muchos apostamos que el subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, sería quien primero abandonaría el barco. Sus desencuentros públicos con el propio presidente Andrés Manuel López Obrador en temas como la refinería Dos Bocas y el regreso de la tenencia vehicular, presagiaban una próxima y eminente renuncia del Doctor en Economía por la Universidad de Nueva York, pero las apuestas sorprendieron a propios y extraños, y al final quien se despidió fue su jefe, Carlos Urzúa.

¿Y cuál es el mensaje de la salida de Carlos Urzúa de una dependencia tan importante y clave para todo el proyecto del nuevo gobierno? El primero, y más importante y grave a la vez, es que nuevamente quedaron en evidencia las diferencias al interior del gabinete y las pugnas de grupos que buscan mayor control en la toma de decisiones.

Y es que más que diferencias en la manera y estilo personal de cada uno de los funcionarios, el mayor peligro es que las acusaciones se generalicen y confronten al equipo y termine por naufragar la aplicación práctica de la política económica del actual gobierno. Esta es la verdadera preocupación de los inversionistas nacionales y extranjeros que están ávidos de señales que abonen a la confianza y al mejor entendimiento de las señales, del nuevo lenguaje, del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Mientras esto no suceda, y sin demeritar el talento y capacidad de Arturo Herrera, los relevos no tendrían un sesgo negativo y de incertidumbre sí las metas están bien trazadas.

Hoy el desgaste que ocasionó la designación prácticamente por mandato de que la Secretaría de Hacienda se convirtiera en un ente ominipresente en todas las compras del gobierno, que provocó que muchos cataloguen a la dependencia como el “malo de la película“; la creciente exigencia de aplicar más recortes al gasto federal; la formulación del escenario macroeconómico y presupuesto de 2020; y el continúo ajuste a la baja de las expectativas de crecimiento para este y el siguiente año, seguirán presentes sin importar quien ocupe la silla principal en la Secretaría de Hacienda.

@robertoah